N-VI. Madrid a Coruña. 10ª parte: Benavente a la Puerta del Sol

 Buenas noches.




Hace ya más de 10 años que se hizo el viaje que aquí da comienzo. 

En verano de 2012 se pudo, al fin, abarcar el tramo más largo de todos los que me faltaban... Y a lomos de un 124 D, como pasajero. No estuvo nada mal y fue el primero de muchos prósperos y fructíferos viajes que vendrían unos meses y varios años posteriormente. 

Pero antes de cruzarnos con la N-630... 






...regresamos al punto que visitamos aquí hace no mucho. También es significativo que el nuevo viaje se complementa con éste, que se hizo no antes de verano de 2015. 





Ese reportaje fue realizado mucho tiempo después y ya ha sido publicado por aquí. Merece y mucho la pena para quien nos gusta todo ésto de las carreteras históricas. 









Hete aquí el carril derecho segregado del resto del tráfico para que lo utilizasen los vehículos de mayor masa. Así el puente más antiguo no corría peligro. 




Lo dije entonces y lo repito, belleza absoluta. 








El viejo local de los Paradores de Castrogonzalo. 




Y el curioso hito de la zona. Me pregunto cómo es que en pleno kilómetro 258 es de tipo miriamétrico, hasta que me fijé en que en tres de sus caras hay indicaciones a poblaciones. Justo allí, a unos 200 metros está lo que fuera la interseccion con la N-630, y ese debe ser el motivo principal. Pero todo ésto aun siendo relevante, no lo es menos el hecho de que ahora sea su única función ser la fuente del Caserío. Así da un agua fresca y muy rica, sobre todo en verano abierto. 





Y ésto es lo único que queda de la antigua N-VI. Un camino tapado ya por la tierra que con la desidia se ha adueñado de la recta. 




Es más que notable la casilla que había en la zona, y que ya no existe por haber sido demolida. 






Seguimos hacia el sureste de nuevo y salimos brevemente en Villalpando donde estaba previsto detenerse a desayunar, pero no dimos con la estación de autobuses y el Exit... Más tarde vimos que sí, estábamos ajilipollaos perdíos, bastaría con haber cogido la antigua comarcal en el medio del pueblo. 







Ésta señal de entrada a población es la misma, o la situada en sentido A Coruña: no lo sé pero la fotografía siguiente, que me hicieron llegar y de la cual desconozco autoría es toda una joya. 




Parece que fuese tomada en sentido noroeste, mas no tengo idea. Ahora veremos la travesía, ya vaciada hacia el sureste. 




Tras ello, nueva detención en Villardefrades y aquí sí que fue posible ver algo relevante. 





No sólo un Rover que me trae estupendos recuerdos de uno blanco casi igual que tuvimos (un buen 214Gsi catalizado, blanco y en coche súper cómodo). Lo mejor era esa señal... LA SEÑAL. 




Dos de Stop 🛑 que había allí ya fueron reemplazadas. Al menos una de ellas la muestro aquí cual homenaje a los muchos años de servicio que prestaron ambas. 




Pero no sólo eso. Si vamos ahora nos toparemos con una señal moderna que le joroba casi todo el encanto y más aún si tenemos en cuenta que la anterior estaba más que plenamente vigente con sólo haberle cambiado algún mero detalle. 

A las pruebas me remito. 



A ver si más allá encontramos algo más interesante. 






Pues sí... En el antiguo kilómetro 200 se ha aprovechado una curva antigua (la primera que existió) cuál área de descanso para los conductores y sus vehículos. 

Existía el hito del kilómetro 200, que como buen miriamétrico era más alto y más grueso. Hay espacio suficiente para estar un buen rato relajándose antes de continuar. Si bien algún que otro árbol más frondoso estaría bien para protegernos de la solanera, siendo casi obligatorio llevar gorra puesta y nunca están de más las gafas de sol. 






Se ve pasar el tráfico, que discurre como si nada pero a pesar de la proximidad de la variante apenas se dejan oír sus motores. Ni siquiera el brutal V8 de casi 16.000 cc y 476cv de éste Travego II Supra se llegaba a percibir apenas. 




Una vez visto ésto, seguimos de nuevo por la A-6 hasta que un desvío nos lleva a Tordesillas. 






La notable belleza de la localidad se puede ver desde el otro lado del río. Resulta éste un paraje embaucador y ni siquiera resulta necesario hablar de pasar unas horas visitando ésta localidad, merece y mucho la pena y sobre todo si durante la parada vais a comer allí. 

En cuanto al despiste de no haberle tomado una foto a un elemento más que notable justo al lado, a veces me entran ganas de coger un platillo y estampármelo en la cabeza hasta que éste adquiera una forma de bol para los cereales. 




La primera vez que vi uno de éstos... No sé qué épico careto se me debió quedar en ese preciso momento. Un hectométrico metálico. 




Ésta vez no había en la práctica tiempo para detenerse en Cerecinos de Campos, Rueda, ni en Arévalo ni Sanchidrián. Algunas localidades las pude visitar posteriormente pero otras, sólo de momento se han quedado esperando y llegará el día de conocerlas al fin. 

De Cerecinos de Campos hice un pequeño reportaje en 2018, pero las fotos se perdieron al fallar una microSD. Así que aquí viene el BriConsejo de la noche...: cuando vayáis a pasar información de un dispositivo a otro, NO LO HAGÁIS cambiando las tarjetas entre dispositivos. Pasad la información, fotos o lo que os dé la gana por Bluetooth, no sea que os acabéis quedando con cara de mamerto como yo al haber perdido 7.000 imágenes como si nada. ¬¬ 

Al menos, la localidad de Mota del Marqués la hemos podido ver en uno de los reportajes anteriores. 

Medina del Campo fue aún así recorrida por una muy engalanada travesía que nada guardaba de recuerdo de su congestionado pasado en la gran ruta de Madrid a Coruña. Bonito era, mucho y también mucho era el solazo capaz de espatarrar al más conguito del pueblo. 






Así que bien haremos continuando nuestro peregrinaje a lomos de un automóvil clásico en plena forma... 




...y todo para darnos de bruces (afortunadamente ésto sólo es una metáfora) con otro clásico pero de la carretera N-VI y la muy anterior denominación como radial Madrid a Coruña que ya hacía unos siglos que ostentaba. 

Vemos pues un puente precioso sobre un río estacional y que pocas veces he visto con agua, por ejemplo en 2015 pero durante 2012 eso estaba más seco que un cacho de granito. Es posible entonces bajar al lecho del curso de agua para colarse debajo de la tan bella y evocadora estructura que así se nos descubre en toda su plenitud. 




No resultan los tajamares masivos ni enormes, pero sí que se hallan muy bien diseñados para su misión de dirigir el agua lejos de los apoyos para evitar su erosión directa. Y qué bien cumplen con su función incluso unos siglos después de haber sido construido. 

Y lo que le queda: ésto era ingeniería de verdad, tal como lo es ahora un masivo viaducto de 120 o más metros de altura y más de un kilómetro de longitud. La diferencia es que los viaductos modernos sólo se diseñan para una vida de unos 100 ó 120 años. 

Y eso si no se desploman antes por no estar debidamente aislados del daño causado por la corrosiva sal aplicada durante los inviernos, como pasó en O Castro el anterior verano y que se desconoce aún la tipología y talla del viaducto que lo venga a reemplazar. 







El sustituto es de hormigón armado, como corresponde a los puentes de mediados de siglo. Y aún así, también es de arcos y además se le añadió ladrillo visto para hacerle un guiño a su hermano o digamos tatarabuelo. 

No obstante el paralelo y que se tendió para la calzada sentido Galicia de la A-6, no es más que un viaducto de talla reducida hecho mediante pilares apoyados en el lecho del río y cuyo tablero prefabricado fue colocado sobre ellos mediante grúas, justo encima de una junta aislante y que absorbe las vibraciones y los golpes además de poder dilatarse y contraerse con los cambios de temperatura (al igual que las juntas de dilatación). 




Así que bueno, "lo siento" pero existiendo otros bastante más altos e imponentes, ya hice mucho con lo de tomar una sola imagen del que se halla paralelo a éste último que vamos a seguir viendo ya que es más escultural y a su lado parece todo un bombonazo. 







Y tampoco es para creerse que éste bonito puente es ancho en exceso ya que sólo podría circular un camión por él. Sí, un camión y cuando digo eso es por un buen motivo. 

Como muestra, un botón. Nótese que para evitar jaleos, ha sido borrado cualquier atisbo o rastro de matrícula de lo que sigue ya que, entendiendo que no estoy autorizado de manera directa, con unos pocos toques y sirigaitas mediante el propio editor del móvil queda ello solucionado. Así evito que se sepa de quiénes son los vehículos y ya que no son los de uso público que nadie se te puede quejar de manera legal (como autocares que es una tontería inútil borrárselas), no me cuesta apenas hacer una edición leve y además me cubro las espaldas.

Yo no he dado permiso a nadie para  que se meta en página alguna una sola imagen de nuestro vehículo sin haberle borrado la matrícula así que entiendo que con los demás, salvo permiso expreso de su propietario también lo hago así. 

Sigamos así pues con el reportaje. 

A ver quién se atreve a meter un par de turismos por aquí a la vez. 




Sólo con esa imagen del turismo que tan buenos viajes nos brindó, y que sirva de paso como homenaje por ello, así colocado en oblicuo bastaría para descartar lo de cruzarse por ahí de no ser con una motocicleta, o un motociclo como se los denominaba hace casi un siglo. 

Pero los turismos cambian. Se hacen más confortables, más seguros, más potentes y aún más grandes. Y esas berlinas medias ya no miden cuatro metros y poco. Qué va, han crecido y se han ido a la ionosfera con esa tan elegante figura y formas atractivas hasta los 4,7 metros de longitud, y la cosa irá a más con el tiempo. Ese 124 D tiene el tamaño de un Polo nuevo. 




Sí, yo llevaré a BerliBerli hasta allá algún día y lo pegaré a los muros lo que se aproximará bastante puesto que mide 4,137 exactamente. Y es que no dejaré ni dos centímetros a cada uno de los pretiles a poder ser. 

Y la cosa se sale de madre de forma diabólica cuando tratas de meter ahí un automóvil ya grande y nuevo del trinki, del segmento D y la cosa ya se torna en imposible. Aquí el único que debe caber bien es un Microcar pero no. Yo no seré el que se meta seis décadas de viaje hasta allá para sacar en una foto un cacho de plástico con sonido de cortacésped anémico.  





Ya si me dices un Smart ForTwo cdi del año 2010, vale. Entonces mañana mismo me largo para allá y te hago con él hasta un pase de modelos.  

El cortacésped de verdad bien hace su servicio en la finca, y en ella está su lugar que será donde lo utilice. No obstante tendría su gracejo que un día alguien lleve dos Piaggio Ape50 y trate de meter ambos motocarros en paralelo, sólo quizás el curioso reto sea entonces superado. 

La N-VI nunca describió ésta suave curva del kilómetro 150 actual ni de broma. Pero tampoco era ésto un zigzag. Simplemente existía antes una suave curva a derecha que llevaba el trazado más alejado, para luego tomar una curva mediana a la izquierda y llegar así al puente. Era imposible que en él un par de coches pasasen a la vez por minúsculos que fuesen, y eso teniendo en cuenta que antes eran mucho más compactos y mucho más estrechos. Ya hemos visto que un automóvil de hace décadas ni hace el amago de cruzarse del todo cosa por cierto nada aconsejable en carretera abierta, pero aquí como no pasa ni el tato no hay problema. 







 

La N-VI, una ruta para relajarse, compartir y disfrutar. Pocas cosas más agradables hay en ésta vida. 

Conocer las localidades por donde pasaba, imaginarse allí hace 60 años en medio de aquel notable boom circulatorio durante el cual la cantidad de vehículos y el tránsito aumentaron más de un 900% en una sola década, recordar el auge de los hoteles, los talleres y los restaurantes de carretera en su apogeo y por qué no, echarse a dormir en la cama de un hotel para continuar a la mañana siguiente con "la fresca"; éste es un ejercicio mental que no pocas veces hago y que no lo negaré, a veces ya recomiendo encarecidamente que todos los que amamos la historia y la carretera llevemos a cabo alguna que otra vez. 

Volveremos muy pronto. 





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