N-VI. Madrid a Coruña. 5ª parte. Una ruta por Castilla y León. Destino divergente.

 Buenos días. 



Iremos recorriendo una parte más de ésta ya mítica ruta radial, que tuvo el curioso honor de poseer el último tramo abierto al tráfico de todas ellas, puesto en servicio en 2001 en la frontera entre León y Galicia. 

No obstante, en éste recorrido nos iremos alejando hacia el sureste, viendo pocos accidentes geográficos. 

El enlace al anterior reportaje lo encontraréis accediendo aquí. Vamos pues a comenzar nuestra ruta. 

Al iniciarla, nos tenemos que ir a la ciudad de León... Y para ello, es necesario desplazarse de Avilés a Gijón. Curiosamente nos toca un lujoso Setra S419GT-HD muy moderno, nada de sus hermanos UL interurbanos. 





La línea desde Gijón a Madrid, que pasa por León antes de integrarse en una ruta diferente que consiste en la más antigua carretera que partía desde Adanero y pasaba por Zaratán, Medina de Rioseco..., contando los kilómetros desde Madrid. 

Nosotros saldremos del Tourismo en la estación de autobuses de León, quedándonos a la espera en la tranquila noche de ésta bonita ciudad. 

Pero mis desventuras con la informática no se querían dar por terminadas... Aún. La pantalla ésta insistía en no hacerme apenas ni puñetero caso, así que optaba por apagarla y disfrutar del viaje todo lo que podía, a lo que tampoco ayudaban mucho las lunas laterales sobretintadas. Al menos aquella noche viajaba tras la puerta: y era un alivio. 




Así que tras una prueba de minutos, desistí de nuevo viendo que aquello iba a ser tan tedioso como la pantalla del par de Setra S517HD que me había tocado hacía menos de un año. Hala, a ponerme los auriculares. Con la música en el Sony Xperia M2 y conectado al WiFi de Alsa ya pasaba de bobadas. 



Tocaba decirle hasta pronto a ésta gran máquina tan cómoda, que con sus 408 caballitos asciende como la espuma la tortuosa AP-66, y esperar por allí tranquilamente tres horas. Sin problema... El centro urbano está tan cerca que me importaba 0 y menos. Es una ciudad bonita, acogedora y que siempre me ha gustado. 

Pero mi cámara fotográfica de entonces no era muy buena... Ya lo siento por empezar el reportaje con unas imágenes de tan mediocre calidad. ~~




Con decir que la fotografía de esa pasarela es la mejor de éstas... Ya basta. 





Ésto, que a poco más y parece un gato negro esmorrao en un charco de brea, es el típico Puente de San Marcos, junto al Parador del mismo nombre, sobre el río Bernesga. El firme no es el original, ya que el lugar fue peatonalizado y también la plaza tiene el mismo nombre. Los pretiles sí que son los originales, como el resto del puente. 




En 2014, el edificio del Parador se encontraba en obras: habían vallado el perímetro para acometerlas, y tales obras consistían en mejorar el ajardinado circundante y limpiar un poco la parte baja de la fachada. Doy fé de lo bien que le ha venido ésto a la importante edificación, que resulta preciosa de por sí. 





La antigua calzada de las N-630 y N-120 ha sido convertida en paseo peatonal en una típica y bonita localización de la capital provincial. 






Pero mejores fotos las tengo alojadas en ésta entrada, así que continúo. 

Sobra tiempo: así que vamos a pasear un poco. Hace fresquín, una leve brisa y ésto resulta súper agradable. Tampoco hay apenas nadie por las calles... La urbe está plácidamente dormidita. 




Lo de la calidad de la cámara se notará especialmente cuando veáis el dedo índice haciéndole un eclipse a la farola para que la imagen no salga bastante emborronada por una luciérnaga con gigantiasis... En fin, en el futuro vendrán mejores fotografías de ésta bonita ciudad, no voy a dejar ésto así, diantres. No es plan. 






Rato después regresamos por el más moderno Puente de Los Leones. 




Y seguramente os estáis preguntando por bonita que sea y lo monumental que resulta, por qué demonios hay aquí unas imágenes de León. Y qué diablos tiene que ver exactamente ésta ciudad con la carretera N-VI hallándose a casi cuatro miriámetros de ella. 

Primero. Es mi blog (y cuento mi puñetera vida en él), y la espera de esa noche sucedió allí, no en Astorga por ejemplo. Segundo. La N-VI no define sólo su ruta, sino todo el sector VI, estando éste desde la propia carretera hasta la ya lejana N-I. Tercero. Mis reportajes no son sólo de carreteras, sino que como ya se ha visto (aún así lo digo por si los rezagados) tratan también de localizaciones como paisajes, vistas panorámicas, y demás lugares de interés y que merecen la pena. Cuarto. Si nos ponemos picajosos, la N-120 que sí pasa por León se funde con la misma N-VI a partir de Astorga así que, en cierto modo, comparten ruta. Quinto... Porque quiero, porque puedo y porque me da la gana. 😂 

Y es ahora cuando comienza el viaje realmente, donde trataremos la ruta que nos ocupa. Todo lo demás por ahora sólo ha sido una espera. 

Ante tal viaje y como siempre, lo recorreremos a nuestro antojo y disfrutando de todo lo que tenga que ofrecernos, siempre y cuando nadie trate de hacer un negocio con ello o de lucrarse con una forma más antagónica imposible de verlo. Y aseguro que ya hay casos... Para lo cual ni dudan en pedirte referencias y todo (que vas a darlas de manera altruista y, ay ay, eso sí que no). 

O me untas a mí también cosa para la que mi quizás todavía algo limitada comprensión no llega (quizás sea un poco cortito, o tal vez no vea como un negocio lo que percibo como una devoción...), o directamente se toman caminos completamente divergentes que es exactamente lo que sucede, y de coincidir cosa ya poco probable lo máximo que vais a ver es a un tipo alto con boina tomando fotografías con el móvil y en una actitud más territorial y agresiva ante cualquier intrusión en su camino como la del propio Siren Head. 





Nada es garante de seguridad ni de supervivencia cuando su pariente más cercano combina esa agresividad territorial con la potencia de un aullido que uno de mis antiguos compañeros de ruta ya pudo comprobar en pleno cañón ubicado junto a un embalse cercano a Cuenca. 

Todo ello se coordina con una diplomacia ante las adversidades recientemente desarrollada y que es capaz de reducir al más desesperante de los absurdos cualquier discusión tornándola inconclusa para cualquier tipo de razonamiento cuñadil que pueda ser vertido tras la tranquila respuesta ante las desbabayes de turno.




De modo que continuaremos con una próspera y fructífera jornada en la carretera nacional, que es a lo que hemos venido, ¿no? 

Así que tomando asiento derecho, puesto que el central y del conductor del peculiar y confortable Multipla estaban ambos ocupados, iniciamos el trayecto hacia el sureste. 

Ya se iba haciendo de día, que aunque fresquín iba a ser muy agradable. Benavente fue dejado atrás así como toda la ruta N-630 que nos trajo desde León, ya que lo interesante será tratado en otras entradas al haber sido explorado con anterioridad. 

Con lo cual, la primera parada importante fue Mota del Marqués. Un lugar donde volví durante agosto de 2018, regresando de la bonita ciudad de Zamora, porque merecía la pena. Empezamos con los planos. 




Puede verse la N-VI circunvalando la población, estando la A-6 aún más allá, pero es que antes también había una travesía que la cruzaba totalmente. 




Así, desde la propia travesía echamos la vista a una colina, donde vemos las ruinas del castillo indicado. 





La N-VI que se justo al lado de la población ha sido también dejada de lado por la moderna autovía. Un autocar de AutoRes que cubre la línea de Madrid a Galicia pasa por la calzada hacia el noroeste como si no fuese con él la cosa. Viaja sobre una alfombra voladora, no como era antaño. 




Accedemos al pueblecito... La verdad es que es bonito, bastante monumental a pesar de ser un poco apagado. Imagino que la meteorología a inicios de la primavera tampoco lo ensalzaba demasiado: me gustó bastante más en mi último viaje, con una vegetación más verde y menos rastrera. 






El pequeño río Bajoz pasa bajo un puentecito de un arco, de mampostería y con un pretil ante el que hay algunos guardarruedas colocados para guiar a los vehículos que por aquí pasaban. 





Un panel a la entrada nos indica qué podemos encontrar y disfrutar en el interior del pequeño pueblo. 








Un pueblecito tan pequeñín no tiene por qué ser feo ni aburrido. Si tienes ganas de ver cosas históricas y de conocerlo un poco mejor, te irás de aquí con un agradable sabor de boca. 






Ojo al escudo, que tiene su solera: no perder tampoco de vista la leyenda inferior de la mítica población que visitamos. 





No sabía qué era ésta casilla, la verdad aunque su lado opuesto parecía una fuente o un lavadero. A pesar de la "cara de susto" aue tiene, es bonita. 




El borde de la calzada se asienta sobre unas rocas que hace muchas décadas eran su encintado de borde para evitar que el material de la carretera se fuese dispersando, función que también los típicos bordillos marca CNFE cumplen en la mayoría de lugares. 





Las pequeñas obras de fábrica bien siguen cumpliendo su función, sin síntoma alguno de deterioro ni de agotamiento. 




Ésta fotografía da cuenta de la talla del antiguo y majestuoso castillo que se erigía imponente en lo alto de la colina situada en las afueras del pueblo. 





La sensación tras la visita es agradable, pero hay que continuar con nuestra ruta y conocerla mejor. 




Así, pasamos sin detenernos por Vega de Valdetronco, o al menos eso recuerdo ya que sólo perdura la fotografía de la señal de entrada al lugar, conque es muy posible que el resto se haya perdido. Pero aún así, adjunto unos planos del mtn50 y las planimetrías que hablan de lo más típico y normal del mundo: hasta las más grandes rutas de la historia, como ésta que fue Camino Real y que aún por zonas se denomina cañada real, cruzaban la inmensa mayoría de las poblaciones que se encontraban en su prolongado y accidentado camino. 

Cómo no, también dejo algo de información sobre la localidad. 

Vega de Valdetronco






Así pues seguimos nuestro viaje, y lo próximo que nos encontraremos será durante la parada del desayuno. 

Es notable porque no se encuentra en su lugar original, sino en una Estación de Servicio y mucho da a entender que no es un hito auténtico sino una mera copia; aún así es loable que lo hayan ubicado aquí en lugar de una de las ya manidas y cansinas conchitas que no paran de aparecer hasta en los tejados. 

Y ese coche, el Mercedes-Benz GLK sigue provocándome algunos suspiros. Es uno de los muy pocos coches de su clase que no me importaría tener pero eso sí: de cambio manual, por bien que vayan los automáticos como ese 7g-tronic que ni te enteras de que actúa. 





Una vez con el estómago calmado, se recarga la energía para soltar collejas a destajo, ponemos de nuevo rumbo sureste hasta que recalamos en una de las urbes de mis favoritas de aquel día, no así su festividad típica de la que no puedo ser partícipe cuando se trata de castigar animales por mera diversión, dándome igual de qué lugar se trate, lo oficializadas que estén y lo folklórikas que sean. Aquí no se admite objeción alguna: hay maneras mejores de pasar el tiempo en unas fiestas patronales y sin causar sufrimiento a nada/ie, y como ejemplo sólo dejaré cierta tomatada de tal calibre que casi siempre acaba la mitad de los habitantes roja. 🍅 

En cuanto a la belleza de ésta pequeña urbe, redios, es que es sencillamente preciosa, y tampoco ésto da lugar alguno a discusión.






Hasta 2012, aunque había ido a Madrid unas cuantas veces ya, nunca había pasado por el centro de varias localidades, y debo decir que muchas me encantaron. Debido a ello, y a una informática que me tenía bastante en vilo y de la que ya no me podía fiar demasiado (ese ordenador que se esmirriaba a cada intento...), no me había informado mucho aún, y en mi candidez (mezclado con algo de cuñadismo) juvenil, había llegado a pensar que ese "palacio" había sido construido pr el mismísimo Gaudí, por su parecido con el de Astorga. Cuán equivocado estaba, y lo simplón que llegaba a ser... Cuando me informé, y no mucho después visité Tordesillas de nuevo, me encantó. 




También me enteré hace bien poco que ese puente, el majestuoso puente, guarda un panel indicativo labrado en la propia piedra y del que yo tampoco sabía nada, así que durante éste reportaje y para variar también me estoy sacudiendo algunas collejas a mí mismo, no todo va a ser a nuca ajena. 






Decir que, si visitamos los mapas oficiales actualizados, la travesía de Tordesillas a día de hoy se encuentra denominada N-VI, no existen colores raros ni palúmpridos oficiales ininteligibles: sigue siento la carretera nacional original de la mítica ruta, y la única variante existente es la autovía. 





Además también se hallaba en las proximidades uno de aquellos tan habituales otrora puestos de la Cruz Roja. No sé cuál será su estado actual, ya que hace unos cinco años que no voy por la zona...




Pues nada, tras una visita a Tordesillas la que recomiendo encarecidamente así como a la cercana Medina del Campo, la siguiente parada y de duración bastante breve la hacemos en Rueda.




Ya a nuestra llegada, nos encontramos con una indicación de todo lo que nos puede ofrecer éste lindo pueblecito así como la encantadora y hasta acogedora señal de entrada a la travesía, que tiene hoy cortados sus dos accesos por la posterior variante que cómo no, se trata de la A-6 en la actualidad. 











Pero aquí sí que veo necesario hacer una puntualización y una pausa casi forzosa. Y ésta vez podéis todos respirar tranquilos ya que no se trata de una experiencia de esas perturbadoras como algunas de las que he ido e iré contando. En éste caso es todo lo contrario. Y aunque no soy muy dado a escribir así en el blog, lo haré ahora porque es para alucinar. Una experiencia gastronómica FANTÁSTICA de sabrosa, para chuparse los dedos, los codos, las rodillas y lo que sea menester (entended lo que buenamente os apetezca a cada cual, porque desde luego a mí me la renflanflinfla), de auténtico gozo para los sentidos. No he sido capaz ni de acercarme ni siquiera haciéndolo yo mismo en casa, así que no puedo menos que recomendar encarecidamente hacer una parada en uno de los locales de la travesía (aunque seguro que no es el único, porque algo que tengo bien claro ya es que la gastronomía castellana es fabulosa) para una experiencia que no debe perderse: degustar los mejores HUEVOS ROTOS CON JAMÓN de la HISTORIA del universo y de todos los puñeteros universos paralerdos si es que los hay cosa que, también, me la renflanflinfla. 

Tuvimos la oportunidad de degustar semejante deleite para los sentidos (deleite, devino o de lo que lo que os plazca, no voy encima a recomendaros una bebida ya que soy como el coprino antialcohólico y no entra en mis competencias) hace unos años y repetimos. No he sido capaz de aproximarme ni de lejos a semejante disfrute y lo he dejado por imposible, prometiéndome volver de nuevo por Rueda sólo con éste motivo aún estando allí la travesía, la señal y el resto de monumentos: disfrutar comiendo. 





Redios, qué maldita gozada. 

Una vez dejado el inciso que es más un incisivo por ladrillo, agrego unos mapas que bien demuestran que la N-VI por aquí sólo se vio dejada de lado por la aparición de la autovía, a inicios (muy inicios) de la década de los 90. El segundo es de la época de las planimetrías pero es que el mtn50 no lo voy ni siquiera a mostrar ya que no cambia absolutamente nada del recorrido y tan sólo el material de la plataforma se vio mejorado con un firme más adecuado para un tráfico que no dejaría de crecer ya jamás. 





Dicho ésto y con semejante sabor de boca que no se nos quita en días aunque nos dejemos el olfato y el gusto en carne viva mediante la absorción de una piscina de cataforesis para monocascos de autobuses articulados rellenada hasta el puro rebosamiento con ácido sulfúrico concentrado, prosigamos con nuestro viaje.

Nos veremos ahora las caras con un lugar encantador tras haber disfrutado de una de las mejores comidas de nuestra vida, simple y llanamente. 





Uno de los lugares de mi querida N-VI a los que más he llegado a apreciar y de los que más he llegado a disfrutar; a tal punto, que mis compañeros de viaje tuvieron que ausentarse durante un rato del cual no recuerdo la duración ya que no me di ni cuenta... Porque estaba en aquel lugar tan embaucador dejado de lado hace décadas y más décadas y aún así el tráfico seguía y seguirá pasando a su lado sin darse apenas ni cuenta de que allí existe un pedacito de historia de la ruta Madrid a Coruña. 

Una calzada decimonónica que permanece al lado de la más moderna calzada que la reemplazó y que hoy es la de sentido Madrid, languideciendo sin apenas nada de uso pero formando parte del camino de servicio lateral de la A-6, y que si somos capaces de verlo tendremos que reaccionar bien rápido para llegar hasta él y estirar un poco las piernas... 

...y bajar la cacho barriga que se nos ha quedado tras comer en Rueda. 😂 




Éste bellísimo puentecito se ha quedado allí dormido como un recuerdo del pasado, ya que hace más de 70 años que fue reemplazado por una calzada sin estrechamientos y que venía tras una curva suavizada, con su puente mejor protegido aunque he de decir que, por la aplicación de ladrillo superficial, no desmerece en absoluto.


La construcción de mampostería de éste bonito puente, terminado con unos pretiles de ladrillo y mampuesto ante los cuales unos pequeños guardarruedas guiaban a los usuarios, y con esos pequeños tajamares que guían el río Zapardiel bajo sus arcos, es muy típica de su época, tanto como su escasa anchura. 

Cuando visitemos de nuevo el puentecito dentro de un tiempo, saldrá a relucir su escasa anchura con una sola imagen. No es necesario olvidar que muchos puentes de la época y hasta mediados del siglo XX eran estrechos al punto de dejar sólo un carril en la práctica, para lo cual la cesión de paso y una cordialidad y un respeto en la carretera que ya pueden haberse perdido para siempre eran vitales. 






De todas las veces que lo he visitado, sólo en una aparecía el Zapardiel con agua. El resto estaba seco como en éstas imágenes, con el lecho como si fuese parte de la llanura circundante. Y ello me dio la oportunidad de extender otro de los reportajes anteriores, el que le dio inicio real a mí pasión por ésta ya mítica y añorada ruta nacional. 





Las décadas y la meteorología lo han estado maltratando, pese a lo que se mantiene muy digno y hasta henchido de orgullo frente a su variante. No obstante hay que reconocerlo... Resultaría interesante ver qué tal nos las apañaríamos en la actualidad si la misma A-6 tuviera una de sus dos calzadas por aquí. No voy casi ni a mentar que pasasen ambos sentidos por éste ñajopuente porque ya sería para enloquecer al punto de que iba a ser más que necesario reabrir algún manicomio para conductores que han sido tocados del ala por tal alocada y hasta draconiana circunstancia. 😂 






Así mismo he viajado yo sobre el puente reemplazante y a bordo de unos grandes autocares de máximo lujo, en los Supra de Alsa como el de la imagen, y fue la primera vez que pude ver ese pequeño puentecito esperándome a visitarlo; pero es algo que mi mente guardó bajo llave no sé por qué y, tras la pasada en verano del 2012 en un clásico, no pude evitarlo... Había que detenerse allí. 




14 metros y un masivo motor V8 de Mercedes-Benz con 16.000 cc y 476cv que brama como un condenado, empuja como un demonio y es un absoluto gozo. Había una versión de 503cv que se servía de serie en el Setra S431DT y era opcional para los demás componentes de la flota Setra de 3 ejes, además del Mercedes-Benz Travego II que se ve reluciendo al sol en la imagen y que ahora es aclarada aún más. 

Y con motivo... Los actuales Supra son Setra, sí... Pero son más largos, ya no hay el V8 de Mercedes-Benz ni siquiera en grandes camiones de ruta, así que todos ya llevan un 6 cilindros en línea que no tiene nada que ver y para colmo éstos Supra nuevos son más feos que mandar a la abuela a por droja y darle de menos. 

Así que como amante de las grandes mecánicas, de los autocares bonitos y elegantes, y de los viajes confortables en máquinas deliciosas, me lo permitais o no aquí se queda una imagen recrecida del buen Travego II Supra. Y si fuese un masivo Setra S417HDH de los que cubrieron la línea Asturias Madrid, aún tendría más motivo para ponerla. 

Y ya sería el colmo de colmos estar allí y que uno de los S431DT de la empresa pasara y pudiera ser inmortalizado. 

Y todo ello sin desmerecer a los Setra nuevos, al contrario. Pero con esos Travego y S417HDH ya habíamos llegado al culmen y al climax de los viajes de lujo y va a ser muy difícil, realmente difícil superar ese nivel. 





Pese a la aparente aridez del entorno tras el invierno, la estancia en el lugar no era en absoluto desagradable. El sol aún no apretaba con fuerza, por lo cual la temperatura era aún bien soportable (recordad que soy asturiano, y nuestra temperatura de cocción se halla fijada en los 20°c), y además soplando una leve brisa que hacía la visita a ese lugar tan especial aún más grata. 





Tras haber salvado el cauce del río, existía la breve curva a la derecha cuyo muro de sostenimiento se puede ver integrándose con el de la ulterior N-VI que la sustituyó. También desde el puente cercano se ve la mejora de trazado. 

Sin embargo el puente de la calzada sentido Galicia es un mero viaducto apoyado mediante pilares en el lecho del río, con la calzada que discurre sobre vigas prefabricadas. No es por desmerecerlo pero vamos... Al lado de sus dos compañeros que parecen mellizos, tiene menos gracia que un tajo en el pescuezo. Ya le había tomado una fotografía hacía tiempo que si sigue existiendo mostraré en una entrada posterior, pero tampoco es que os estéis perdiendo gran cosa.






 

Así, llegamos a Arévalo. Es la única vez que pasé por ella y como pasajero. También me sorprendió de manera grata, debido a que es más monumental de lo que me había esperado. Nunca habría esperado tampoco ver cómo la primitiva Madrid a Coruña diera un pequeño rodeo por su parte oeste y pasara sobre el río para justo después meterse en el casco urbano. 






Y menudo casco urbano. No, no es la población que más me embauca, pero si os gusta la historia y lo monumental, no dejéis de visitar ésta población. Valen más unas imágenes (y eso que algunas se perdieron) que mil palabras. 











A lo del puente sobre el Arevalillo... Bueno, poco más que añadir. Hasta conserva el firme adoquinado que obtuvo como una de las pocas mejoras del CNFE de las cuales se benefició. 







Aquí adjunto algunos planos en los que se ve cómo la carretera primitiva se aproxima a Arévalo, y tras una curva y contracurva pasa sobre el puente y se integra en el casco urbano de la localidad para atravesarla de lleno, como es menester. 






Así, Castilla y León nos interna en una ruta histórica como la N-VI llena de sabores increíbles, que se entremezclan con la notable historia que encierra cada una de las localidades por las cuales transita y así, todo ello se tiñe de un aroma acogedor que te llega hasta el tuétano y que te invita a regresar para volver a revivir tan agradables experiencias. 

Pero no viajaremos hasta Madrid en ésta ocasión. Eso lo dejamos para otra de las entradas ulteriores. Nuestro destino hoy no se halla tras Guadarrama, ni cerca de la sierra del mismo nombre. 




Por ahora sí que haremos una parada en El Espinar... ¡Redios! Lo que sí que no me esperaba era toparme casi de morros con otro hito leguario justo allí, en lo que un día fue la travesía de ésta localidad. Qué gozada... Y aunque es 600.000 veces más moderno, el Mercedes-Benz W124 que se halla estacionado a su vera tampoco es poca cosa, que estamos hablando quizás del coche más duradero, más longevo y mejor diseñado de la segunda mitad del pasado siglo, así que poca broma. 












Así, se trataba del hallazgo de mi segundo hito leguario tras conocer uno ubicado junto al río Nalón. Luego vendría alguno más como el de ala Corredoria, tras haber visto algún miliario conmemorativo en la zona de Bibey, y me quedaba por conocer dos calzadas romanas, sí sí romanas puras nada de esa patraña de artimaña tan socorrida y cansina de considerar romano a absolutamente todo lo que está hecho de piedra... Las calzadas romanas de Baños de Montemayor y de Carrión de Los Condes. La primera de éstas dos ya la habéis visto en una de las primeras entradas del blog, pero la otra a no ser que las fotos se hayan perdido, la veréis a posteriori. 





Así que vamos a poner el punto discordante a nuestras visitas de la N-VI y, tras haber comenzado ésta parte en León, la finalizamos en Segovia. Ah, ¿que joroba? Pues no, porque aquí también veremos algo que es romano, y cuando yo digo romano, es romano y a callar todo el mundo, diantre. Digo romano, no medieval. 




Y es todo un coloso. Lo único discordante realmente es ese adoquinado que se hallaba en un estado bastante alabeado tras décadas y décadas y de haber tenido dos carreteras nacionales pasando bajo sus arcos durante añísimos, con una media de 35.000 tubos de escape diarios bajo sus arcos, una auténtica burrada para un monumento de piedra oriundo de la época imperial lo que tuvo no pocas y nefastas consecuencias que estuvieron a punto de causar un trágico desplome. 







Afortunadamente tan magno monumento se ha salvado, su entorno se ha protegido y el tráfico ya no pasará jamás bajo sus arcos. Los habitantes, residentes y comerciantes sí, claro. 

Igual que Magnus eran los buenos autobuses urbanos de Segovia, si bien hay chasis más solventes que los MAN, por ejemplo los Volvo B7RLE o B12BLE, así como los Scania K270UB o K270LE. Una carrocería de calidad masiva pero con el problema de que, debido a rodar sin cesar día tras día, año tras año sobre ese ya baqueteado adoquinado las suspensiones de buena parte de la flota se las oía meter unos buenos sapiazos en los baches del recorrido. Tampoco la mecánica se libraba de los problemas. 

Y aún así la inmensa calidad de la carrocería siempre soportó de manera estoica el maltrato con el que el firme castigaba a los trenes rodantes de éstos buenos vehículos. Cosa que ha cambiado al menos para bien, ya que tengo entendido que parte de la urbe ha sido asfaltada sobre los puros adoquines. Pero ya no sé qué autobuses urbanos tiene Segovia en la actualidad, salvo algún Citaro C2 que vi la última vez que estuve de forma breve. 





El paisaje urbano es impresionante. Se puede además disfrutar de una deliciosa merienda prácticamente bajo los arcos del señorial acueducto romano. 






Cada vez que los veo..., y oigo pasar, entiendo mejor por qué la carrocería elegida no fue la CityVersus urbana pura y dura, sino la Magnus, más adaptada a condiciones difíciles. Doy fé de lo bien construida que está y por experiencia propia. 







Las imágenes tomadas en la zona céntrica de Segovia destacan por su belleza pintoresca. 







Y es entonces cuando se ve un pequeño trastillo pasearse culebreando bajo los arcos del gigante, para venir a detenerse a metros de nosotros en la cabecera de su línea... 





Pues toma ya, el autobús que va por las calles del casco histórico se trata de un eléctrico puro y duro, italiano de fabricación, muy adecuado para tal uso, eso sí... Más enano que yo qué sé, parece un Micromachines liliputiense. 




Es un modelo con 14 plazas para pasajeros 8 de ellas sentadas. Imagino que ya lo hayan reemplazado por un modelo más moderno y capaz, pero que aún así me parece perfecto para su cometido. 

Así es como la empresa de autobuses urbanos de la ciudad de Segovia se compromete con el cuidado de su zona histórica y monumental. Muchas ciudades bien podrían tomar ejemplo. Ya sea mediante sutobuses propulsados por gas natural licuado, por hidrógeno o lo que sea, algo necesario para preservar la salud de la vida cotidiana y conseguir un futuro mejor para todos. 




Y tras la visita a ésta bonita ciudad con el coloso de piedra recuperado de una casi segura tragedia, volveremos a casa, no sin un considerable esfuerzo de por medio para permanecer despierto en pleno viaje tras no haber pegado ojo en unas 36 horas. 

Volveremos muy pronto... Dejo el enlace al siguiente reportaje. 

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