¡Buenas noches!
Vamos a viajar ahora por algunas carreteras locales y un camino forestal, pero que a pesar de ésta divergencia, tienen algo en común.
Muchos desconocen parte de la historia de un país, de la cual sus carreteras y caminos son parte indisociable.
Un enlace a una reciente noticia, ya nos da una leve idea de qué nos vamos a encontrar.
Marcha popular por el Camino Real del Bierzo
Así, viajamos hasta allá, para tomar el acceso este. No se halla señalizado de manera consecuente, y es necesario tener una idea de por dónde se puede entrar, porque si no, acabaremos en la A-6, en la N-VI denominación muy posterior a su construcción, o dando vueltas por los montes.
Veamos algo de cómo se halla ésta importante carretera en la actualidad. Apenas habrá variado en nueve años. Éste reportaje fue realizado al regreso del fructífero viaje por la ya descrita y apasionante N-III.
El relativo buen estado de los primeros metros, con una anchura adecuada a su ya pasada relevancia, nos habla de una de las mejores vías terrestres del país hace unos dos siglos.
Una ventaja fue que en su día, cuando se tendieron carreteras locales ésta ya se hallaba trazada así que recuperando parte de su ya olvidado recorrido, para mejorarla y llevar por ella éstas modernas vías de comunicación entre las dispersas localidades de la zona.
El Bierzo, es una comarca bonita. Resulta digna de visita y disfrute. Tiene tanto que ofrecer, microclima incluido, que no te dejará indiferente.
Encontrarás de todo: buen alojamiento, gastronomía de calidad, muy buenas conexiones y los enlaces a una autovía como la A-6, así como la ruta ferroviaria que va a Monforte de Lemos; recoletos y bonitos pueblos donde relajarte, con bonitas casas, típicas iglesias, casas consistoriales, cascos antiguos, montaña y "mar" (en éste caso, el embalse de Bárcena), un cañón natural excavado por el Río Sil durante millones de años, paseos rurales por la montaña, o urbes medianas como Ponferrada, en la que no echarás de nada en falta.
Como una moderna carretera local, el mantenimiento de éstos tramos ya es intachable. Vamos así recorriendo una carretera la mar de histórica que se halla en perfectas condiciones, como si estuviésemos en cualquiera de las rutas importantes del país.
No es tampoco indiferencia lo que sientes al ver todoterrenos auténticos (no los carumerflos actuales, que no valen para nada) por toda la zona. Éste, el Galloper Exceed, no es más que una reedición del Mitsubishi Montero de los 80, convenientemente actualizado. No mucho, es un "restyling" y el mayor cambio fue que Hyundai Precision incluyó un airbag y renovó algo su habitáculo también con materiales más nuevos. Poca cosa más y la verdad, no hace falta. Es un automóvil perfecto para campo a través. La fama sin duda le acompaña.
Así, el buen Camino Real de Carlos III discurre por algunas ya olvidadas travesías. La gran variante que se hizo en los primeros tiempos del siglo XX la condenó al abandono.
Bueno... Quizá algo antes.
Y sabréis que merece la pena la parada cuando estéis allí.
Las típicas iglesias leonesas, sencillas y bonitas. En ésta además también hay un elemento llamativo y que se puede ver en su fachada.
Fechado en 1898, resulta también notable porque en él figura el nombre de quien gobernaba el país, cuando se produjo la primera de las varias mejoras de las carreteras españolas que se llevaron a cabo durante el pasado siglo: el CNFE (Circuito Nacional de Firmes Especiales).
En aquella época, y como está ya muy bien documentado, muchas de las labores consistieron en la aplicación de materiales superficiales más resistentes, como los adoquinados, los riegos asfálticos y los empedrados. Aquí ya hemos visto algún ejemplo, como el puente de Rábade, que se halla ya en la provincia de Lugo, en ésta misma vía y que conserva el firme adoquinado original del Circuito. También se aplicaron elementos de contención, como los pretiles y malecones que seguían faltando en muchas carreteras.
Asimismo, aparecieron los peraltes en las curvas, que permitieron tomarlas de manera más cómoda y segura. También aparecieron los bordillos, como encintados de piedra (normalmente, granito) para evitar que los materiales de la propia carretera terminasen dispersándose por sus veras, cosa que venía sucediendo con las carreteras de grava compactada o macadám desde hacía décadas, que no permitía en absoluto una buena conservación y aún menos si en la zona la pluviosidad era elevada.
Asimismo, se actuó en pasos a nivel, eliminándolo por completo o mejorando algunos de ellos, y se suprimieron curvas peligrosas y travesías mediante la construcción de variantes.
Si lo cierto es que éstas travesías ya se habían suprimido todas anteriormente, salvo la de la última población que veremos y que sólo lo hizo en parte.
Ya más avanzado el recorrido, hasta hace poco se podía ver ésta estampa y francamente deseo que no desaparezca: a ver si se empieza a respetar de una maldita vez nuestro bello Patrimonio Industrial. Aunque la competencia de éste blog es sin duda el Patrimonio de la Carretera y toda su historia, no mencionar ese otro aspecto sería de redomado necio.
La Central Térmica de Compostilla II, que hasta hace muy pocos años aún funcionaba junto al anexo Embalse de Bárcena que aparece frente a nosotros.
Llegamos pues a su vera, justo después de Congosto la antigua carretera, como ya he comentado muy anterior a cualquier N-VI que ahora va por un trazado más al sur, se queda abruptamente cercenada.
Aquí las aguas provenientes del Sil se embalsan y la verdad es que salvo una notable excepción, todos los que pude visitar en el año 2013 se hallaban pletóricos, llenos de agua hasta arriba. La meteorología durante aquel verano era maravillosa. Y eso era una auténtica gozada.
El punto donde queda ya cortada la antigua carretera, y las bonitas y sobre todo muy relajantes vistas a las aguas.
También se puede ver el paisaje circundante si subimos a una montaña cercana... Subimos al santuario de Virgen de la Peña, y nos topamos... Con una estupenda panorámica.
Entonces vemos el trazado ferroviario. Nos damos cuenta de que también ha aprovechado parte del trazado del Camino Real de Carlos III, salvo en algunas curvas algo más puñeteras que ha dejado de lado. Unas pequeñas variantes ferroviarias de una carretera radial más que histórica.
Pero no siempre es así. No resulta agradable en absoluto, y menos para quien ésto escribe, que se produzca un año de sequía y estiaje: éste verano de 2022 me ha tenido echando culebras por la boca durante bastante tiempo por las consecuencias de semejante ola de calor, similar a la situación vivida durante 2012 y 2017 y que, al menos, para éste blog ha tenido algo positivo... La visita de las carreteras y pueblos (éstos reducidos a cascotes) que habían quedado bajo las aguas.
Las imágenes que siguen, no son mías. Fueron realizadas por quien hasta hace poco tiempo era uno de mis mejores amigos. Allí, bajo las aguas del embalse de Bárcena se halla éste antiquísimo puente de piedra. Tan típico de la época como encantador y bonito.
Es aún visible el último firme que se le había aplicado antes de su ulterior rebosamiento por las aguas de un río que ya había dejado de serlo.
También el estrechamiento es más que notable. Pero estamos hablando de una carretera donde aún faltaban años para que el tráfico que la recorría fuese, ni masivo, ni más que una leve molestia. De lo contrario, lo más seguro sería que se hubiera beneficiado de unas obras de ensanche.
Pero ésto jamás llegó a ocurrir.
Así durante los estiajes es posible visitar, preferiblemente a pie (o nos podría caer una bonita receta, algo nada deseable), ésta antigua y bonita obra aunque me reitero, no es muy agradable hallarse en un lugar tan bonito como un semidesierto en el centro de Norteamérica.
Ampliando la última imagen, puede verse que el agua tapa el propio arco del puente por milímetros. Así es el mundo de las carreteras abandonadas cuando visitamos un embalse más secorro que un trapo tendido.
Yo ya he tenido mi ración de visitas de éste tipo, y las que me faltan no son pocas. Sigo prefiriendo cuanta más agua mejor, pero habrá que aprovechar las oportunidades... 🤷🏻♂️
Ahora, ya que estamos aquí, hacemos un alto en el camino. 🛑
Vamos a aprovechar que tenemos información de mapas antiguos para cerciorarnos de que estamos en el lugar correcto.
En los mapas de la década de los 50 ya se aprecia perfectamente el abandono definitivo de la carretera.
Pero no sólo eso: incluso en las muy anteriores planimetrías se ve a la perfección que ya no se trataba del camino principal.
El más nuevo, la actual N-VI ya había sido construido hacía ya un tiempo.
En cuanto a Congosto, nada reseñable, salvo que algo ha crecido durante tantas décadas. Lógico y normal, por otra parte. De las poblaciones más encantadoras de por allí.
Ahora bien: el asunto cambia de forma dramática cuando vamos a ojear el puente sobre el Sil y su ubicación. Se halla desaparecido... Pero, una vez más, tenemos esos maravillosos documentos gráficos de hace tantos años. Y que tienen una muy alta calidad, también es cierto.
Un puente sin más pretensión que el evitar que hubiese que vadearlo, algo peligroso. Brindaba un viaje algo más decente... aunque no era así ni mucho menos en todas las carreteras del país...
Hay bastantes ppptestimonios mudos del paso del tiempo y de la antigua gran relevancia de este ya anacrónico vial.
Y, como siempre, lo que sucede en las poblaciones. Como tan típico es que las calles y travesías, desde siempre, se acaban apropiando de la firma de llamarlos, quedándosela para siempre como nombre. Aquí vemos algún buen ejemplo.
Otra curiosa parte de la historia de las carreteras, es ésta, y no es en absoluto desdeñable. Calle Real, Camino Real, por ejemplo los encontramos en numerosas poblaciones de toda España. Y con todo su sentido.
Ya que vamos a tirar hasta Cacabelos, ¿echamos un vistazo allí?
"Carretera Vieja de Madrid a La Coruña"... Muy típico, y la verdad que suena bonito.
Lo que ya no es tan bonito es lo de la constante circulación de todo tipo de carros y carretas, he ahí la razón de por qué se llaman carreteras.
Lo de Camino Olvidado, pues es algo menos frecuente, pero así se halló en la práctica durante décadas.
Aquí habremos de matizar algo. Que la variante de todo éste tramo es bastante anterior a la actual carretera, y la encontramos como la carretera regional LE-713. Así, vemos que incluso parte de la variante de éste antiguo Camino Real, ha sido reemplazada por otra variante más reciente y que, por qué no mencionarlo, resulta una auténtica gozada de carreterón.
Aquí, todo éste reportaje, éste episodio de nuestro próspero vagar por la Carretera de Madrid a Coruña, recupera su color, recobra todo su típico sabor, tiene más sentido.
Y visto así todosu recorrido, cuando nos interesamos por toda la historia y la descripción del Camino Real de Carlos III es cuando ya nos topamos con una sorpresa mayúscula, como es la de saber que ésta antigua vía habia sido abandonada hacia 1860. Sin más, copio y pego de la propia fuente: fragmento transcrito del primer tomo del buen libro "Itinerario descriptivo-militar de España", del año 1867 donde se describe el trazado de la carretera entre San Román de Bembibre y Cacabelos por Ponferrada.
- "Continúa la carretera por el valle del Boeza, y en su suave descenso a su afluente el Noceda. A 0,5 k. de Bembibre, se pasa el arroyo Valletejado, por un pontón, y a la salida de San Román, el río Noceda, por un puente de piedra con tres arcos.
- Poco después de éste, se separa, por la izquierda, un ramal de carretera, construida recientemente, para evitar las fuertes pendientes que tiene la antigua carretera, con la cual se une aquel en Cacabelos.
- En esta etapa se sigue dicho ramal, que continúa por el feraz valle del Boeza, aproximándose más ó menos á la orilla derecha de este río; a 2,5 k. de San Román, se pasa el arroyo del Palomo.
- En Ponferrada se separa, por la izquierda, la carretera en construcción á Orense por Puente de Domingo Flores y Rua, la cual trifurca en el puente sobre el Boeza, camino á Castrocontrigo y á Astorga.
- A la salida de Ponferrada, se pasa el Sil por un puente de piedra con un arco y bastante elevación, y 0,5 k. después, se separa por la derecha, un camino a Cangas de Tineo y Corias por Páramo del Sil.
- La carretera continúa por el territorio del Bierzo, y atraviesa un terreno muy fértil, por las descendencias del Pico de Miravalles, que dividen las aguas del Sil y Cua.
- Cruza varios arroyos, de los cuales el más importante es el de Camponaraya, que se pasa por un puente de madera, con estribos de piedra, a la entrada del pueblo de su nombre.
- Entre Camponaraya y Magaz de Abajo, atraviesa la divisoria, y desciende con regular pendiente al Cua, cuyo río se pasa por un puente de piedra de cinco arcos, á la salida de Cacabelos.
- En esta villa se une el ramal descrito con la carretera, la que atraviesa en las cercanías de Vilela, con regulares pendientes, la descendencia del Pico ya citado, que divide las aguas del Cúa y Valcarce.
- A 2 k. de Pieros, se pasa por un pontón el arroyo Val de Solao. El río Burbia confluye con el Valcarce en las inmediaciones de Villafranca del Bierzo, y se pasa en esta villa por un puente de piedra de dos arcos.
- A 1 k. de Pieros se separa, por la derecha, un camino a Belmonte por Páramo del Sil.
Sobre el tramo de carretera que nos interesa, el de San Román a Bembibre por Congosto, Cubillos y Cabañas Raras se expone lo siguiente:
El trozo de carretera comprendido entre San Román y Cacabelos pasa por los puntos siguientes:
Cobrana , v. […] 63 vecinos. 6,5 k.
Congosto, v […] 11 vecinos. 1,5 k.
Cubillos, v […] 130 vecinos. 5,0 k.
Riovios, barrio de Cabañas-Raras (0,5 k. d.). 130 vecinos. 5,5 k.
Teso, id. (0,5 k. d.) 130 vecinos. 5,5 k.
Cabañas-Raras, v […] 141 vecinos. 0,5 k.
Magaz de Arriba , l. (0,5 k. d.). 121 vecinos. 3,5 k.
Cacabelos , v […] 308 vecinos. 3,5 k.
- Congosto, Cubillos, Cabañas-Raras y Cacabelos son los únicos que reúnen regulares condiciones para alojamiento.
- La carretera atraviesa con fuertes pendientes las descendencias de los estribos que se desprenden de la cordillera Pirenaica, en Cueto-Albo y Pico de Miravalles, y que dividen las aguas de los ríos Noceda, Sil y Cúa, originando bastantes vertientes de escasa importancia.
- A 6,5 k., se pasa por un pontón el arroyo del Palomo, y a 2 k. de Congosto, el Sil, por un puente de mampostería, de un arco.
- En Cubillos, se corta el camino de Ponferrada a Cangas de Tineo y Corias.
- A 5 k. de Cubillos y á 1 de Cabañas-Raras, pasa por pontones los arroyos de Cabañas y Saucedo, que forman el de Camponaraya.
- En Cacabelos empalma este ramal con el de Ponferrada, descrito en las etapas 16 y 17."
Sabiendo bien a las claras con qué nos las tenemos, y tras tratar de acceder infructuosamente a alguna de las pequeñas curvas que el ferrocarril rectificó al otro lado del embalse de Bárcena, podemos continuar con el peregrinaje que nos interesa y que, por lo menos para mí, no tiene absolutamente nada que ver con las tan frecuentes y manidas conchas que, si se llegan a diseminar un poco más, tendrémoslas incluso por Kuala Lumpur.
Desconozco cuán antiguo es éste pequeño paso estrecho, túnel en el caso que nos ocupa, pero ahí parece haber estado desde siempre. Tan sólo el revestimiento del que goza puede que no sea original.
De todos modos, aparece de nuevo un tramo reaprovechado como una moderna carretera de menor enjundia que toda una carretera nacional radial como la que otrora llegó a ser.
Y aunque poco visible por la muy buena climatología de aquel año, ahí está éste pequeño puente sobre el que va el Camino Real, salvando un arroyo. Como parte de la carretera actual, allí sigue sin inmutarse.
Las típicas y viejas travesías aparecen al atravesar las pequeñas poblaciones, salvo una de ellas la que, una vez consultado, puedo asegurar que jamás llegó a pasar el camino principal por su centro.
Pero a partir de aquí, la situación del Camino Real empeorado forma brusca y se estrecha significativamente.
Desde éste punto no veremos carreteras comarcales ni regionales que lo hayan podido utilizar, y razones hay más de una.
El firme de calidad ha desaparecido... Y con un turismo convencional, sin faldones laterales inútiles ni spoilers, hay necesidad de conducir por aquí en 2a velocidad, y de reducir a 1a para no dejarnos el cubrecárter en el borde de uno de los muy frecuentes baches que vamos a encontrar.
El caso era que se trataba de un Fiat Multipla, el que ha aparecido hace unas cuantas imágenes. Que sí... Pero que me da igual, y no entro al trapo. Lo habéis visto, y lleváis tiempo pensando "cagonrós, qué feo eres" y demás desbabayes, pero aquí matizo dos puntos. Primero. Me gusta el diseño exterior, sin ser rocambolesco, es diferente, por el mismo motivo que me gusta el gigantesco SsangYong Rodius. Ser diferente al resto, y no por ello ser un mal coche, ni mucho menos. A mí, eso me da igual: sería capaz de comprarme mañana mismo un Pontiac Aztek o añadir a mi lista de antigüedades un Motorola FlipOut. La verdad es que estoy encantado con la experiencia que, como viajero, me ha acabado dejando el Fiat Multipla. Y se trata de un coche comodísimo, y muy amplio. Seguramente es mucho más feo el Fiat 600 Multipla original y sin embargo lo estáis venerando... Anda ya, mientras no seas una fotocopia de los demás como se "estila" tanto a día de hoy, al carajo con la estética.
Dejándonos de rollos, sin tratarse ni de un ultradeportivo ni de un todoterreno puro, el asunto es que, siendo un automóvil decente, cómodo y adecuado para todo, no era nada recomendable subir mucho de velocidad si no te querías dejar un pedazo de paragolpes o el cubrecárter en el intento.
Aquí, y por unos kilómetros, la histórica ruta ya no recibía mantenimiento más allá del necesario para evitar que se viera Nueva Zelanda a través de los bachazos.
Así, si nos atenemos a la historia de ésta parte del Camino Real, no sólo la prosperidad de la industria minera del Bierzo, en especial de Ponferrada, fue la única desencadenante de la creación de la variante. Tal vez el motivo más fuerte fue la necesidad acuciante de reducir en lo posible las fuertes pendientes y grandes desniveles de ésta parte del camino.
No parece la cosa muy seria ni delicada, al menos por ahora... Estrecho, la vegetación se ha adueñado de buena parte de su ancho pero no parece que haya otro motivo...
¿Verdad?
Pues nos hemos equivocado.
El único de varios que pude captar, y eso porque tras la impresión ya llevaba la cámara encendida y lista, y tres blísteres de pilas por si acaso haciendo cola.
Éste y no otro es uno de los dos motivos del abandono de ésta carretera por su mucho más adecuada variante. Unos rasantes infernales que aparecen tras un cuestón de casi el 18%, desembocan en otro idéntico y que más parecen un cruce de puentes en el pico de una trialera.
Así visto, no refleja su estado real ni de lejos. Llega a ser un cambio de rasante actual, y una de dos... O se ha pegado un zarpazo al terreno para suavizarlo como el que se le pegó a la parte final de la recta de Les Hunaudiéres en Le Mans, o se ponen en las aproximaciones señales de peligro hasta del nuclear y límites a 15 Km/h para no salir volando por el espacio y que aterrices en el núcleo de una hipergigante azul.
Afortunadamente, no es muy largo éste tramo pero tarda en recorrerse bastante, debido a la talla y abundancia de los baches y socavrones, así que no. No se te ocurra ir para allá con un Porsche Panamera a recorrerlo porque no te va a pasar nada bueno... Y eso que no es el peor de los tramos de carretera por el cual alguna vez haya transitado, precisamente.
En la llegada a Cacabelos, pondremos punto y seguido a ésta ya histórica ruta, a la vez que podemos hacer un alto para disfrutar de lo que tan bonita población puede ofrecernos.
Como ejemplo, una playa fluvial que se encuentra exactamente al lado del majestuoso viaducto medieval que pasa sobre el Río Cúa, si nos atenemos a la propia ruta es una buena manera de gozar del buen tiempo sin separarnos de ella, pero ya os adelanto antes de que vayáis, hay mucho más y muy variado que ver y visitar el El Bierzo.
Ponemos pues, rumbo al noroeste tras unirnos a la LE-713 que hasta aquí reemplazó al Camino Real de Carlos III, al cual se une por varios kilómetros desde este punto.
Mas no es necesario bajar la guardia. Seguramente recordáis una entrada anterior con un tramo en medio de la nada y que estuvo sólo 15 años en servicio, además de una vertiente lucense con unos tramos sinuosos tremendos, estrechas travesías y abismos infernales, y que aún no he explorado detenidamente y como bien se lo merece.
Ésta ruta es capaz de encandilarnos con su belleza pintoresca, paisajística e histórica, pero no nos dejará indiferentes, puesto que, como bien hemos visto y veremos, también es capaz de asustarnos de tal manera que bien puede dejarnos más helados que un varano en una nevera.
⚠️ Continuaremos muy pronto... ⚠️
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