N-VI. Madrid a Coruña. 11ª parte. Benavente a Puerta del Sol (II): rodando por Segovia

 Buenas tardes.



Éste era nuestro destino, al menos en principio porque de vuelta, ya en pleno ocaso hubo algo más que nos obligó a hacer otra parada más y que fue totalmente imprevista.  Y bueno, sobra comentar que el monigote favorecía bastante a la chica que se estaba haciendo una foto allí mismo (totalmente ajena a nosotros)... 🤣⚠️

Venimos de aquí, y seguimos hacia el sureste y el centro peninsular desde donde parten las seis grandes rutas radiales nacionales que dividen la península en otros tantos sectores. 




Justo antes de Adanero la A-6 desaparece. Se convierte en la AP-6 y la nacional N-VI recupera el trono tras pasar por unas cuantas travesías después de haberse perdido en Benavente el anterior y extremadamente largo trazado el cual nos trae de Galicia hasta aquella urbe. 

Pero en Adanero, Sanchidrián y alguna localidad más también existe la antigua travesía, siendo una variante ulterior por la que transitaremos. Esas viejas travesías más la de Cerecinos de Campos, Rueda y otras más serán cómo no, vueltas a visitar en un futuro e inmortalizadas como es menester. 




Hace mucho tiempo que anhelo realizar un buen y más que merecido homenaje a la gran ruta de Madrid a Coruña. No sin haber padecido varias trabas antes, como la pérdida de valiosos documentos gráficos y trastadas informáticas de diversa índole, al fin estoy en ello y he de decir que aún va a llevar su tiempo completarlo como es debido. 

Llegando desde Adanero, llegamos a ver ésto en cierto punto: la pregunta irresoluble de por qué se cierran tales accesos continúa sin poder haber sido contestada de forma lógica y empírica. 

Y éste caso va a permanecer irresoluble y absurdo ya de manera vitalicia por cuanto que la disposición del único acceso resulta toda una oda a la ignominia. 




Éstas son las Miras. Los decimonónicos indicadores del borde de la calzada durante nevadas copiosas y que bien siguen cumpliendo con su función. Desconociendo cómo se podían llamar, jocosamente empecé a llamarlos como los firloyos pandeirantes..., y hasta hoy. 

Que han sido reemplazados por postes que más parece ser palos de fregona pintarrajeados con colores llamativos y reflectantes a los que he llamado como los garlumflios glambicléiros. 




Pues en éste punto y llegando desde Tordesillas tenemos que acceder con un "U-turn" a la anglosajona, dirección a la derecha a tope y aún así, con un turismo de 4 metros hay la necesidad de hacer maniobra lo que implica que cualquier vehículo que te venga por detrás distraído (¡DEJAD YA LOS MÓVILES JUNTO AL CAMBIO, JODER!) te arranque el culo o bien se quede esmorrao contra una de las miras a consecuencia de la necesaria maniobra evasiva. Eso si no le viene un camión por delante. 




Aún así sin tener en cuenta la urbanización y el campo de golf que existen allí, ya que nosotros vamos a lo nuestro, ni más ni menos que ese tramo que sí se quedó cortado por el acceso noroeste de tan estúpida manera. 




Así que nos encontramos éste mediano tramo casi recto y con una bella obra de paso sobre el río Voltoya. Pero parece ser que el club de golf ha cambiado de denominación y se halla el Club Deportivo Coto de Puenteviejo a unos metros. Nada que objetar al nombre de éste, algo evidente. 





El viejo puente del Voltoya no es muy estrecho, desde luego no es el más inadecuado que hemos visto ni veremos. Se cruzan dos camiones de cierta talla sobre él y así, salvo el leve rasante bien podría haber sido adaptado. Pero se optó por abrir una calzada con arcenes mucho más actual. 




Más que notable su estado y aún más el homenaje al Rey bajo cuya firma se mejoraron en gran medida carreteras de todo el país, habiendo muestras de ello en muchos lugares dispares de nuestra geografía nacional. De 1770 nada menos data ésta obra y desconozco qué hubo antes de él para salvar el paso del Voltoya..., y casi que me da igual. 





Rumbo de nuevo al centro. Podemos ver que varios pretiles de piedra han sido conservados pero ya no son adecuados para la función de contener unos vehículos que cada vez pesan más y más. Bonitos desde luego que son... Aunque no descarto en absoluto que en varios de ellos las piedras tan sólo sean superficiales y su interior sí sea de un hormigón armado que te pueda prensar medio coche de un golpazo. 





Tan bonita y típica señal cumplía 50 años de servicio a la salida de una estación de servicio (sic). Posteriormente ha sido reemplazada por una mucho más nueva. Mi propia colección de desapariciones está creciendo de manera alarmante con el paso de los años. 





Nos vamos acercando a la sierra de Guadarrama. Jocoso inciso aquí ya que ahí me dio por llamarla "Guarradama", como no podía ser de otra forma, y hasta hoy. 




Otra de esas travesías antiguas que están pendientes de ser recorridas para empaparse de cómo era la ruta en los 50 del siglo pasado... Y una iglesia muy notable vista desde su variante de trazado. 








Las Miras no cesan, nos van a seguir acompañando. 






Y la escabrosa visión de unas instalaciones mineras que fueron abandonadas tras un bombardeo durante un raid aéreo en la infame guerra civil nos ven pasar ante ellas. No resulta ésta una agradable visión y tampoco es el único caso que conozco que se han quedado ahí los restos de la fachada en precario y amenazando con caerte encima. 





Seguimos acercándonos a la sierra y el trazado se vuelve más sinuoso y por qué no decir que también bastante más divertido que en la Meseta Norte. 






Llegamos a San Rafael, población llena de vida y situada justo al pie de las montañas. Justo después empieza la ascension del puerto, pero ese Scania articulado y el gran crótalo que parecía el tráfico que le seguía impidió tomar una imagen decente durante ese viaje... 






...hasta que un año después, en pleno paso por la zona para cubrir la ruta Madrid a Valencia, nos quedamos a gusto al conseguir las imágenes que queríamos de semejante ruina. Una de las Casillas de Peones Camineros en peor estado que recuerdo, al punto de que hoy queda poco más que la tapiada fachada y es temerario tratar de entrar en ella. 






Tras ésto y dejando al lado algunos tramos muy anteriores al actual y que serán visitados en el futuro, llegaremos a coronar el puerto donde haremos otra parada. 

Volveremos muy pronto. 

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