La Ruta del Agua. Carreteras, Ríos y Embalses. 6ª parte: C-635. Puertos, Cañones y Nieve

 Buenos días.



Seguimos en marcha. Viajamos hacia el centro de Asturias y salimos hacia el sureste para conocer una ruta nueva llena de belleza natural a inicios de la primavera. 




Si bien varias imágenes se acabaron quedando en propiedad del patrón gracioso ese de los extravíos - San Perdío - y con ello no podré ilustrar algunas cosas como el paso por un embalse próximo, BerliBerli aquí viene al rescate gracias a un viaje posterior que ya pude hacer a éste punto concreto para darlo a conocer un poco más. 




Ahí bien veis una especie de cueva, que es de donde sale un río de la roca. El Nalón traspasa la montaña en ese lugar para lo que ha tenido que erosionar hasta conseguir hacerse un túnel propio para poder descender hasta el Cantábrico con el que se encuentra finalmente junto a la localidad con muy apropiado nombre de Muros de Nalón. 

Descenderá antes de llegar por una comarca minera que fue de las dos principales de la región y que están hoy en horas bajas, lamentablemente. 




La antigua carretera comarcal C-635 pasa por aquí elevada, y cómo no mediante unas curvas que se habían construido en lo alto de unas toneladas de roca para reducir o - en éste caso - anular las posibles pendientes fuertes. 





La fuerza y la belleza de la naturaleza cobran casi todo el protagonismo junto al elevado muro que sostiene a la vieja carretera hoy ya casi desierta. 





Junto al río existe una mini zona recreativa a la que se accede mediante unos escalones. Existe espacio para estacionar unos coches en las proximidades y un establecimiento hostelero el cual se encontraba cerrado durante ésta visita. 

El puente con sus viejas protecciones se queda pequeño si lo comparamos con las montañas de la zona. 






Durante las obras de construcción de la variante aparecieron las ya conocidas en éste blog barreras de protección contra las salidas de la vía que en esa época se instalaban en lugares elevados y que en éste caso nos tratan de proteger para que no acabemos bañándonos esmorraos en el río. La adecuada y no muy elevada barandilla peatonal se hacia necesaria. 





Sabio y prudente fue quien decidió extender ésta barrera unos metros más por la antigua carretera hasta la curva de acceso al puente que hemos ya visto antes. Es más efectiva que los pretiles de piedra sin duda, aunque no sea jauja debería de poder contener a cualquier turismo a velocidad legal y para eso se diseñaron. 





No he considerado mentar el lugar ya que no es necesario al figurar en el siguiente panel que nos habla de él. 



Tras visitar éste bello emplazamiento donde el río emerge de la roca ponemos de nuevo rumbo a la cordillera. 




La ruta nos lleva por la carretera comarcal C-635, que mucho más tarde tomó la denominación de AS-17 autonómica pero que tras algunos cambios desde Langreo hasta Tarna pasó por otro cambio para desde allí renombrarse cuál AS-117, y cuyos tramos antiguos se han ido señalizando de variopintas y no menos rocambolescas formas como son las AS-117a, AS-387, AS-376; un batiburrillo que se extiende de Langreo hasta haber pasado Pola de Laviana, pero que deja de importar nada en la frontera con León donde retoma parcialmente su antiguo nombre ya que allí pasa a ser la CL-635. 





Viajamos así por una carretera que a pesar de su importancia siendo de la segunda categoría por debajo de las nacionales, tal y como fue también en el pasado no se ha beneficiado de la actuación que ya le debería haber llegado para acondicionar su trazado a los nuevos requerimientos actuales de confort y seguridad, topándonos de éste modo con una ruta estrecha si bien no demasiado y eso sí llena de baches en ciertos puntos, con algunas carencias ya notables. Por ejemplo podemos ver que los guardarraíles están anticuados, no disponen siquiera de separador entre los postes y la bionda; tampoco conocemos otro tipo de contención ni cuando estamos en cotas más altas y con un profundo barranco a nuestra vera. 

Barrancos que dejan a éste en un escalón. 





Y como ya se ha dicho, píllenos confesados si nos topamos con la maldita guillotina en cola de pez payaso de su inicio. Cosa más repelente que ésta no creo que exista. 




Pasaremos por bonitos y pequeños pueblos que la carretera no tiene otra forma de transitar que como la travesía de toda la vida, lo que le da ese encanto y sabor añejo que tanto gusta a los amantes de la carretera. 




Eso sí, las curvas y enlazadas no cesan y algunas son de radio muy reducido. No conviene tentar al diablo. 





Muy pocas señales realmente antiguas quedan, y sólo éste hito miriamétrico aparece para recordarnos los años en los que semejante carretera no se hallaba quizás ni afirmada. Pudo no conocer otro firme que la grava compactada hasta bien entrados los años 50 en buena parte de su recorrido e incluso no sería de extrañar que permaneciera así unos añitos más. 

¿Realmente podemos considerarnos unos privilegiados por ir sobre asfalto...? 




La única muestra de que recibe algo de atención es que toda su señalización vertical está actualizada. Éstos simples, sosos pero visibles garlumflios glambicléiros lo atestiguan y durante las nevadas copiosas nos indican dónde se halla el borde al cual no es aconsejable ceñirse demasiado. 





Algunos puntos siguen siendo muy estrechos... Y las montañas hacen que la carretera siga ascendiendo en una constante y no muy pronunciada pendiente. 






Un rato después nos detenemos, podemos ver el pueblo de Tarna allá abajo en el valle. Estamos cerca de la frontera con León y la carretera no pasa realmente por el pueblo sino que lo deja de lado. Aquí ya henos dejado atrás algunas curvas en horquilla que se ven allá abajo, muy lejos... 






No es en absoluto desdeñable la visión del viejo túnel que se dejó excavado en la roca viva, llamativo desde luego. Es aquí desde donde vemos Tarna agazapado en el valle. 




Al inicio de la primavera las nevadas aún eran copiosas y si bien no cubrían el asfalto, todavía podías acabar esmorrao si se te ocurría dar un salto para subir al talud y que aquello sólo fuese un metro de nieve. Pues no me tengo partida la caja ni llorado de risa con tan cómica trastada... 




Pronto mencionaremos ésta otra carretera. 




Finalmente llegamos a la frontera y hacemos una parada, a pocos grados de temperatura y con la brisa en lo alto se hace sumamente agradable. 





Los alojamientos invernales y un ya escaso hito fronterizo de la época del CNFE que carecía de cualquier indicación labrada en la piedra son lo poco interesante de la zona si no miramos la nieve de los alrededores, que había y mucha. Desde luego aquel era un lugar que nos estaba regalando un buen placer sensorial y no pasemos por alto el aroma natural puro que la zona emanaba. 

También el nacimiento del río Nalón se sitúa en lo alto del puerto de Tarna, y el Esla nace a poca distancia de aquí, en la zona de Valdeburón. 

Río Nalón y Río Esla (Wikipedia) 





La vieja carretera Comarcal recupera su trono y... Justo en la línea de frontera aparece un asfalto realmente bueno y unos arcenes pequeños pero con línea de borde bien marcada. Se nos hace pasar por otra carretera diferente, y es la misma. No será el único lugar donde veremos algo así. 




Y llegaremos a Riaño. Pero antes... 🛑 




Como ya se ha mostrado en el viaje anterior, el entorno de Riaño es una absoluta gozada. Y más durante 2018 y 2021 que fueron dos años pletóricos cuyos veranos nos regalaron unas espléndidas vistas con unos embalses que no bajaron ni unos metros de capacidad. 





Pero para poder seguir adelante a donde queremos ir pasamos por una carretera en un estado muy mejorable tanto en cuestión de anchura como sobre todo de firme. Así llegamos al Puerto de Las Señales. Os lo digo, malo malo y con avaricia, necesita una solución a la voz de ya. Los duros inviernos hacen mella y maltratan el viejo asfalto haciendo necesaria una actuación en forma de un asfaltado integral, cuando no con un bienvenido aumento de la cantidad de los guardarraíles que vienen siendo en varios puntos bastante escasos. 






Y es entonces cuando salimos desde Riaño al Puerto de Tarna. Desde allí nos dirigiremos al de San Glorio, pero hagamos una parada. En lo alto del Tarna vimos los típicos alojamientos de épocas invernales desde donde se puede abarcar toda la zona nevada para disfrutar de y con el entorno a la vez, y tener allí la base para partir hacia nuestras diferentes expediciones. No es algo que merezca ser pasado por alto si nos va la nieve. 





Nieve que se manifiesta con toda su belleza pero que ya en el descenso va quedando atrás. 






Y es cuando cruzamos una frontera más. El Puerto de San Glorio nos dejará unas fantásticas vistas..., bueno, eso quizás a vosotros ya que durante aquel día nos comió la niebla. 




Enlace a la siguiente entrada sobre el viaje. 

Volveremos muy pronto. 

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