La Ruta del Agua. Carreteras, Ríos y Embalses. 5ª parte: Bellas comarcas leonesas llenas de vida
Buenas noches.
Ahora seguiremos al fin, tras un tiempo de turismo en Oseja de Sajambre. Recordamos la parte 4ª y anterior, y continuamos desde donde la habíamos dejado inconclusa para volver de noche a Cangas de Onís.
Durante dos de los viajes y con meteorología bien diferente fue posible captar toda mi atención en varias zonas que vais a poder ver muy pronto.
Así, seguimos por esa sinuosa y bastante precaria carretera que fue denominada como nacional hace unas décadas sin haberla mejorado absolutamente nada, quizás con algún elemento ocasional y poca cosa más.
A partir de allí, si bien la carretera no resulta ni de broma amplia ni rectilínea nos irá dejando unas vistas especialmente notables del entorno.
Aquí mismo voy a hacer una necesaria pausa, sólo con el objetivo de mostrar el destino final del otro puente, mucho más pequeño (de un solo arco) que resultó parcialmente demolido ya que a nadie iba a darle ya jamás servicio. Y no obstante se dejó en el lugar el resto, ya que posiblemente sea una buena base para su variante en una zona montañosa como la que visitamos ahora y en la que no se pueden descartar del todo los corrimientos del terreno por firme que éste pueda parecernos.
Unas imágenes de su tablero sustentado por unos andamiajes aparecieron en la anterior parte del reportaje cuyo link he dejado al inicio.
Cuando al fin llegamos a una zona más abierta y las montañas dejan más sitio a amplios valles, bien podemos disfrutar de un buen espectáculo para los sentidos como vamos a ver muy pronto.
Durante el viaje de 2018 que fue cuando conocí al fin todo ésto y quedé cautivado, fue cuando me di cuenta de que había algo por allí que situado al lado de un pueblo de la ruta atrajo toda mi atención. No dudé pues en dar media vuelta cuando encontré lugar para ello y estacioné aquí. La sorpresa de ver la antigua carretera Comarcal bajando al valle que fue inundado posteriormente me causó una grata y curiosa sensación.
Aquí la antigua recta, cortada de un zarpazo y es que la variante asentó su talud sobre ella.
Éste lugar no obstante me tenía reservada otra de sus sorpresas para cuando volviese, cosa que tardé tres años en llevar a cabo. Así pues, tras el cruce con la CL-635 que conserva denominación numérica ya años después de haber dejado de ser la C-635 que arrancaba en las cercanías de La Manjoya (y su trazado varió de manera dramática años más tarde) y justo aquí finalizaba (siendo hoy en parte AS-17, en parte AS-117a y vete tú a saber qué más...) ya nos encontramos en abril de 2022 con la que fue la mayor y más inesperada sorpresa del día.
En éste punto y a 100 kilómetros exactos de León. La vida que aporta el embalse a la zona y la más que notable belleza del lugar ya se merecen una escapada, merece y mucho la pena si os gusta de verdad la naturaleza. Y es que también en ésta se basan buena parte de los reportajes que realizo.
En el mismo lugar parece que la pureza de las aguas es máxima, ésto resulta una gozada total.
La que me tenías reservada, no creo que lo pueda olvidar fácilmente ni de un golpazo que me arrée en mitad del cráneo si algún día tuviera la mala suerte de perder pie en una de mis exploraciones cosa que dudo severamente que suceda. No creo que existan muchas personas más cautelosas.
Y no debemos olvidar que aún tiene algún que otro hermano gemelo que se encuentra en uso más allá, ya que en las zonas que el embalse no toca es la misma carretera que fue hace décadas.
Si bien no está señalizado como tal, es prudente el considerarlo paso estrecho y más cuando se acerca un vehículo más voluminoso en sentido contrario, además teniendo en cuenta que sus pretiles ya se quedan muy bajos con respecto a los guardarraíles que no pasan aún sobre él. Es así posible el saltarlos y caer esmorraos abajo, conque tengamos cuidado cuando en la aproximación veamos otro vehículo y recordar que el más grande es el que pasa antes.
En algunos puntos aún escasos, éstos puentes han sido reemplazados o bien se han modificado pero lo justo para recibir unas barreras más que dignas de tal denominación: es a ÉSTO a lo que me refiero con las barreras metálicas de viaductos nuevos y que empresas como Industrias Duero fabrican y que nos dan la confianza necesaria para que podamos viajar sobre tales gigantes con la casi absoluta seguridad (no absoluta, ojo) de que no vamos a caer abajo despeñados si tenemos la mala suerte de sufrir un reventón de neumático o un resbalón. No creo que sea necesario ni mencionar que aún así los más pesados vehículos tampoco gozan de tal garantía, pero nosotros que viajamos en mixtos adaptables y turismos podemos olvidarnos en la práctica.
Las tres últimas imágenes nada tienen que ver con el reportaje en sí, mas vienen a reafirmar el hecho de su contribución a nuestra seguridad durante los viajes por carretera.
Continuamos rodando pues tras éste inciso, para llegar al Embalse de Riaño que ya nos ha dado la más agradable bienvenida a éste enclave típico ya de la provincia de León. Aquí es donde veremos en su plenitud uno de los varios gigantes de hormigón armado que han dado continuidad a la N-621 y a la N-625 que se separan de manera definitiva tras el muy bonito pueblo..., y que nada tiene que hacer aún así al lado de la masiva belleza y tipismo del Riaño que fue destruido antes de ser inundado. No me voy a pronunciar siquiera sobre la agresividad del más que cuestionable desalojo, la historia está escrita y a poco que se busca ya se puede saber todo lo que en esos años acaeció. 📵
Éste gran viaducto nos lleva a Riaño el cual se ve justo ante nosotros. Nos encontramos en El Banco Más Bonito de León; ¡pregúntese aquí el lector si es osado por la idoneidad de tal adjetivo...!
Muy bien protegido por adecuados muros y es que además de camiones pesados, las líneas de autocar que conectan Riaño con León y otra que pasa por el Desfiladero de Los Beyos también discurren por tan gozoso e inolvidable paraje.
Además en Riaño se tuvo la buena voluntad de reponer una parte de su historia, que de otro modo habría sido sepultada en el lecho del embalse. Sus elementos históricos fueron trasladados a una cota muy superior en donde se iba a construir el nuevo Riaño. Hete aquí dos buenos ejemplos.
Lo de retratar allí a mi fiel compañero de aventuras estaba más que claro que iba a suceder, sí o sí.
No obstante, me veo en la obligación de dejar aquí interrumpido éste viaje de manera abrupta. Ya la extensión de ésta parte es lo suficiente como para invitar a hacer una buena pausa en Riaño y todo su entorno, que es una de las más bellas comarcas de todo nuestro variado y bonito país.
Así finaliza y ya que nos hemos buscado un buen hostal para poder partir desde aquí en la próxima salida, disfrutad de la estancia y visitad un lugar mágico que no os hará sentiros defraudados, y que os va a causar cierta sensación adictiva al regresar al fin a vuestro lugar de residencia.
Volveremos muy pronto.
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