La Ruta del Agua. Carreteras, Ríos y Embalses. 5ª parte: Bellas comarcas leonesas llenas de vida

 Buenas noches.



Ahora seguiremos al fin, tras un tiempo de turismo en Oseja de Sajambre. Recordamos la parte 4ª y anterior, y continuamos desde donde la habíamos dejado inconclusa para volver de noche a Cangas de Onís. 

Durante dos de los viajes y con meteorología bien diferente fue posible captar toda mi atención en varias zonas que vais a poder ver muy pronto. 

Así, seguimos por esa sinuosa y bastante precaria carretera que fue denominada como nacional hace unas décadas sin haberla mejorado absolutamente nada, quizás con algún elemento ocasional y poca cosa más. 




El paisaje y las vistas tras haber dejado atrás aquel Desfiladero de Los Beyos es estupendo, y resulta plenamente gozoso hallarse aquí en un paraje tan embaucador pero que ésto no nos haga olvidar los grandes camiones articulados de casi 19 metros y que bajan cargados de madera a Asturias; no puede obviarse que resulta una ruta peligrosa. 

Un rato nos lo pasamos en ésta pequeña explanada hasta que seguimos, para toparnos de nuevo con "el Puente del Infierno" pero sin nada de niebla. Ahora el día era espléndido y así permaneció hasta caer la noche, ya tras haber completado el viaje, gozado de una cena estupenda y llegar a la bonita casa del pueblo situado en la Mancomunidad del Órbigo. 




Obtener ésta vista del pobre puentecito no es algo realmente agradable, pero a pie y con cuidado es posible imaginarse la traba que suponía tal punto para el tráfico rodado. 




Éste puente aún está a salvo, pero otro cercano fue demolido y así se vio en septiembre de 2021 así que me veo en la cuasi obligación de dejar aquí éstas imágenes por si su suerte acaba siendo la misma, una cruenta demolición que no se merece. 





Con buen criterio, la calzada del puente moderno que ya se hallaba con su asfalto desgastado se vio renovada con un afirmado integral. Y la obra que se hizo para mejorar la carretera en los accesos a éste puente se delimitó con muros de hormigón armado que ya habrían podido colocar a las afueras de mi ciudad para haber así evitado una terrible tragedia. 

Y eso que aquí no hay un pilar de viaducto al lado esperando a que nada se le empotre. Las obras NO deben estar delimitadas NUNCA por muretes de plástico ni por vallas menos efectivas que un mero guardarraíl. Ya bien hago si sólo aviso porque algo así no debería jamás volverse a repetir. 




El viejo puente oficia además como la base sobre la que se asienta la calzada nueva, así que quizás no es aconsejable su demolición completa. Quizás sólo la calzada podría ser repoblada con algunas plantas o bien recubierta de tierra para evitar el acceso de algún "aventurero" pero ésto ya se hizo con unas barreras más que adecuadas. Como muestra aquel guardarraíl que se ve de al fondo, y los muros que se han mostrado en el otro extremo. 




Una estructura tan icónica resulta bonita sea cual sea el entorno donde se encuentre. Alta montaña, la "sosa planicie castiza" (haciéndome mucha gracia una expresión así y que ya he oído varias veces...), con la urbe justo al lado, da igual ya que lo puede embellecer y darle un toque de arte y pintoresco que nunca va a fallar. 





Cualquiera se cree ahora que el nombre de éste emplazamiento le siente bien... Y recordemos esa fuente, ubicada al otro lado (hay que cruzar y es preciso atender a la posible aparición de coches) y que da un agua fresca y rica. Buenas botellas llené e incluso alguna garrafa aprovechando la ocasión. 

Lo del garlumflio glambicléiro ese de las nevadas me hace especial gracia, resulta simpático cómo su presencia contrasta con el puentecillo. 




Y ya poco más allá coronamos, ¡y pasamos por fin el Puerto del Pontón! La ruta sigue hacia León, así que llevaremos el sentido contrario a su kilometraje ya que se inicia allí y finaliza tras su paso por Cangas de Onís en su encuentro con la nacional N-634 que se produce en la bella y famosa localidad riosellana de Arriondas, bajo cuyo puente pasa el conocido Descenso del Sella que en 2022 estoy casi seguro de que tuvo que batir todo récord de asistencia tras algunos años de parón. 





A partir de allí, si bien la carretera no resulta ni de broma amplia ni rectilínea nos irá dejando unas vistas especialmente notables del entorno. 

Aquí mismo voy a hacer una necesaria pausa, sólo con el objetivo de mostrar el destino final del otro puente, mucho más pequeño (de un solo arco) que resultó parcialmente demolido ya que a nadie iba a darle ya jamás servicio. Y no obstante se dejó en el lugar el resto, ya que posiblemente sea una buena base para su variante en una zona montañosa como la que visitamos ahora y en la que no se pueden descartar del todo los corrimientos del terreno por firme que éste pueda parecernos. 

Unas imágenes de su tablero sustentado por unos andamiajes aparecieron en la anterior parte del reportaje cuyo link he dejado al inicio. 





Y es que a veces toda precaucion parece poca. 





Cuando al fin llegamos a una zona más abierta y las montañas dejan más sitio a amplios valles, bien podemos disfrutar de un buen espectáculo para los sentidos como vamos a ver muy pronto. 

Durante el viaje de 2018 que fue cuando conocí al fin todo ésto y quedé cautivado, fue cuando me di cuenta de que había algo por allí que situado al lado de un pueblo de la ruta atrajo toda mi atención. No dudé pues en dar media vuelta cuando encontré lugar para ello y estacioné aquí. La sorpresa de ver la antigua carretera Comarcal bajando al valle que fue inundado posteriormente me causó una grata y curiosa sensación. 

Aquí la antigua recta, cortada de un zarpazo y es que la variante asentó su talud sobre ella. 




La vieja carretera comarcal penetrando entre las procelosas aguas del amplio embalse resulta algo más frecuente de lo que podemos pensar. Tanto las carreteras como las poblaciones han desaparecido. Ésto me recordaba a cómo el embalse de Alarcón le dio un tajo a la carretera y provocó la aparición de unas aguas que hacían distar un kilómetro entre su par de áreas donde la vieja carretera venía a morir inundada en aras del progreso. 





Árboles que podían resguardar a caminantes del radiante sol de verano, surgen de vez en cuando con toda su fuerza. La naturaleza no conoce rival ni lo conocerá jamás.

 



Un tren de carretera que se dirige a Cangas de Onís nos recuerda que ni mucho menos estaremos solos en el trayecto, y éstos vehículos circulan por allí a veces en plena noche. Más vale llevar cuidado. Ya conocemos el desfiladero y qué nos puede pasar en él si nos confiamos. 




El firme de la vieja carretera no se ve en absoluto mal a pesar de la casi constante erosión del agua que lo cubre durante la mayor parte del tiempo. Y no era ésto símbolo de otra cosa más que de la ya pasada importancia de ésta ruta de alta montaña. 





De al fondo aparece uno de los viaductos de la gran variante que se construyó para dar continuidad a dos carreteras nacionales. La N-621 surge algo más allá desde León para llegar a la N-634 tras haber pasado por el Desfiladero de La Hermida, del cual ya voy advirtiendo de su aparición por éste blog en un futuro próximo. 




Éste lugar no obstante me tenía reservada otra de sus sorpresas para cuando volviese, cosa que tardé tres años en llevar a cabo. Así pues, tras el cruce con la CL-635 que conserva denominación numérica ya años después de haber dejado de ser la C-635 que arrancaba en las cercanías de La Manjoya (y su trazado varió de manera dramática años más tarde) y justo aquí finalizaba (siendo hoy en parte AS-17, en parte AS-117a y vete tú a saber qué más...) ya nos encontramos en abril de 2022 con la que fue la mayor y más inesperada sorpresa del día. 

En éste punto y a 100 kilómetros exactos de León. La vida que aporta el embalse a la zona y la más que notable belleza del lugar ya se merecen una escapada, merece y mucho la pena si os gusta de verdad la naturaleza. Y es que también en ésta se basan buena parte de los reportajes que realizo. 

En el mismo lugar parece que la pureza de las aguas es máxima, ésto resulta una gozada total. 







La que me tenías reservada, no creo que lo pueda olvidar fácilmente ni de un golpazo que me arrée en mitad del cráneo si algún día tuviera la mala suerte de perder pie en una de mis exploraciones cosa que dudo severamente que suceda. No creo que existan muchas personas más cautelosas. 





Ante mí se hallaba otro puente de piedra, de tres arcos y que ha sidacabado siendo otra víctima implacable del más absoluto ostracismo junto con la carretera de la cual formaba parte indisociable. 





El paisaje es impresionantemente hermoso, y todo el lugar es bañado por ese tenue y agradable aroma de naturaleza pura. No lo sé describir con palabras, hay que sentirlo para conocerlo. 




Al fin me era mostrado uno de esos pequeños y ya olvidados puentes que existían en la vieja ruta que ya ha elegido cotas más altas para no verse de tal forma inconexa con el resto. 





Y no debemos olvidar que aún tiene algún que otro hermano gemelo que se encuentra en uso más allá, ya que en las zonas que el embalse no toca es la misma carretera que fue hace décadas. 







Si bien no está señalizado como tal, es prudente el considerarlo paso estrecho y más cuando se acerca un vehículo más voluminoso en sentido contrario, además teniendo en cuenta que sus pretiles ya se quedan muy bajos con respecto a los guardarraíles que no pasan aún sobre él. Es así posible el saltarlos y caer esmorraos abajo, conque tengamos cuidado cuando en la aproximación veamos otro vehículo y recordar que el más grande es el que pasa antes. 

En algunos puntos aún escasos, éstos puentes han sido reemplazados o bien se han modificado pero lo justo para recibir unas barreras más que dignas de tal denominación: es a ÉSTO a lo que me refiero con las barreras metálicas de viaductos nuevos y que empresas como Industrias Duero fabrican y que nos dan la confianza necesaria para que podamos viajar sobre tales gigantes con la casi absoluta seguridad (no absoluta, ojo) de que no vamos a caer abajo despeñados si tenemos la mala suerte de sufrir un reventón de neumático o un resbalón. No creo que sea necesario ni mencionar que aún así los más pesados vehículos tampoco gozan de tal garantía, pero nosotros que viajamos en mixtos adaptables y turismos podemos olvidarnos en la práctica. 







Las tres últimas imágenes nada tienen que ver con el reportaje en sí, mas vienen a reafirmar el hecho de su contribución a nuestra seguridad durante los viajes por carretera. 

Continuamos rodando pues tras éste inciso, para llegar al Embalse de Riaño que ya nos ha dado la más agradable bienvenida a éste enclave típico ya de la provincia de León. Aquí es donde veremos en su plenitud uno de los varios gigantes de hormigón armado que han dado continuidad a la N-621 y a la N-625 que se separan de manera definitiva tras el muy bonito pueblo..., y que nada tiene que hacer aún así al lado de la masiva belleza y tipismo del Riaño que fue destruido antes de ser inundado. No me voy a pronunciar siquiera sobre la agresividad del más que cuestionable desalojo, la historia está escrita y a poco que se busca ya se puede saber todo lo que en esos años acaeció. 📵 

Éste gran viaducto nos lleva a Riaño el cual se ve justo ante nosotros. Nos encontramos en El Banco Más Bonito de León; ¡pregúntese aquí el lector si es osado por la idoneidad de tal adjetivo...! 








Muy bien protegido por adecuados muros y es que además de camiones pesados, las líneas de autocar que conectan Riaño con León y otra que pasa por el Desfiladero de Los Beyos también discurren por tan gozoso e inolvidable paraje. 

Además en Riaño se tuvo la buena voluntad de reponer una parte de su historia, que de otro modo habría sido sepultada en el lecho del embalse. Sus elementos históricos fueron trasladados a una cota muy superior en donde se iba a construir el nuevo Riaño. Hete aquí dos buenos ejemplos. 





Y cómo olvidarnos de esa iglesia tan típica de ésta provincia, con su inconfundible arquitectura. Bien, tampoco llevaba una cámara con mucho angular (el Galaxy A51 aún así se porta) pero tampoco habría querido pasar por alto la presencia del Camaro rojo y dejar para el recuerdo una imagen así, con un contraste curioso para ser tomada ante éste templo cuya historia ya es bastante dilatada. 





Lo de retratar allí a mi fiel compañero de aventuras estaba más que claro que iba a suceder, sí o sí. 

No obstante, me veo en la obligación de dejar aquí interrumpido éste viaje de manera abrupta. Ya la extensión de ésta parte es lo suficiente como para invitar a hacer una buena pausa en Riaño y todo su entorno, que es una de las más bellas comarcas de todo nuestro variado y bonito país. 

Así finaliza y ya que nos hemos buscado un buen hostal para poder partir desde aquí en la próxima salida, disfrutad de la estancia y visitad un lugar mágico que no os hará sentiros defraudados, y que os va a causar cierta sensación adictiva al regresar al fin a vuestro lugar de residencia. 



Volveremos muy pronto. 

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