Arnao. Un lugar por descubrir. Ferrocarril, Carretera, Industria y Geología. 4 en 1. 5ª Parte: Restauración del Túnel en activo

  Buenos días.

  Llegamos desde las anteriores entradas ya vistas hace un tiempo de los reportajes realizados en ésta bella localidad. 

  Tras cierto tiempo volvemos con éste breve pero interesante recorrido. Nos detendremos para visitar ésta estructura ya más que centenaria, viéndonos sorprendidos porque parece que no se haya hecho casi absolutamente nada. 

  Sin embargo, mediante un examen más minucioso ya nos damos cuenta de la reforma ejecutada en el lugar. Sigue allí junto a la costa, no se ha abierto una nueva galería. Y el viejo y se supone que más que inaccesible túnel de 615 metros de longitud, ubicado más al sur se sigue desmoronando. Ya lleva cerrado tantas décadas que se lo da por imposible. 

  Sigue el ladrillo visto en la superficie, algo tratado como es de suponer. Básicamente porque ahora una malla insertada con bulones en los muros impiden que los ladrillos, tan antiguos como el mismo túnel pudieran lesionar a alguien en caso de una no improbable caída. 

  Las actuaciones de seguridad vial y restauración del túnel han consistido en la aplicación de la malla continua por todo el arco de la bóveda, la aplicación de un asfaltado renovado, una mejor visibilidad mediante puntos de luz situados muy próximos entre sí y el pintado de los hastiales, que le dan una imagen más actual y lo hacen más seguro y más acogedor sin perder el tipismo ni el encanto de tan antiguo paso inferior. 

  La imponente estructura de paso entre Salinas y Arnao no ha sufrido grandes transformaciones. 

  Así que básicamente se ha ensanchado la rala acera, que es ahora del doble y se la ha rebajado de altura, teniendo una separación algo discutible de la calzada mediante un bordillo bajo que es parte de la canaleta para evacuación del agua y unos postes metálicos. Aquí colocar una protección continua no sería tampoco una actuación por demás. 

  El viejo enlosado de la acera ha desaparecido, siendo el más antiguo ciertamente peligroso al resultar resbaladizo por las continuas filtraciones de agua y se ha optado por disponer de un afirmado hormigonado de textura rugosa que resulta más adecuado para su aplicación en un paso peatonal. 

  De lo mejor que se ha hecho en la zona, es el reasfaltado completo desde éste punto hasta la llegada a la curva de La Castañalona, donde incomprensiblemente no se ha aplicado la nueva capa y desde el límite 30 hasta el cruce con la CT-1, aún siguen las grietas y baches de antes. 

   Existen unas plazas de aparcamiento a la salida del túnel, y desde ellas además se puede acceder por peligrosas escaleras de ladrillo vivo avejentado para ver las osamentas de varios organismos marinos de hace más de 350 millones de años o bien pasearse por un sendero hasta el macizo de San Martín. No voy a pasar por alto el peligro de subir allá arriba sin un calzado adecuado. 

  No obstante la mejora de lo que en esta entrada nos atañe es más que evidente. El avejentado semáforo doble 🚦🚦 situado en el tímpano de la boca oeste del túnel ha desaparecido. Causaba el problema de un mantenimiento dificultado por su ubicación y se ha decidido instalarlo en una situación mucho más ventajosa para éstos menesteres. También el semáforo doble 🚦🚦ubicado en el tímpano de la boca este ha sufrido el mismo tratamiento. La señalización horizontal vemos cómo ha mejorado mucho, algo necesario en estos tiempos. También la vertical se ha actualizado mediante paneles nuevos, que se colocaron sobre los muros para no sufrir posibles impactos directos ocasionales de algún vehículo. 

  Visible es la grieta existente justo en ese tímpano, un pequeño deterioro que lleva ya años ahí y no nos da tampoco excesiva confianza. De no ser por la resistencia del ladrillo inferior, mucho más elevada de lo que pueda parecer ya se habrían podido despeñar algunas piedras. 

  La mejor idea teniendo en cuenta que el presupuesto no era tampoco glorioso, de no ser posible la aplicación de materiales de revestimiento era disponer una malla para la contención de los ladrillos o la grava que se pudieran ir desprendiendo de esos tan clásicos pero veteranos muros. 

  La iluminación en el interior del túnel también ha mejorado de manera drástica. Asimismo los hastiales, sean de ladrillo o de roca viva han sido pintados con una gruesa capa blanca para ser mucho más visibles en la oscuridad y/o la niebla. Tal vez lo único que se echa en falta es la aplicación de los nunca redundantes carteles para guiar a los usuarios hacia las dos salidas de emergencia, que son básicamente las bocas de un túnel que no sobrepasa los 120 metros. 

  Si bien la calzada es algo más estrecha por la adición de la más amplia acera, los vehículos más grandes pueden circular sin problemas por el interior del paso inferior abierto hace ya más de 110 años en la roca del Arrecife Devónico de Arnao. 

  Y como muestra, dos botones. 

  Una breve vista a los muros de ladrillo nos habla de cómo se ha actuado en el interior del túnel. Hace dos años éste lugar figuraba en un estado de ruina teniendo la acera protegida mediante un andamio de una altura para que al menos les sirviera de "arco antivuelco" a los peatones frente a la caída de materiales. Los ciclos tenían totalmente prohibido el paso, no obstante los paspanes de siempre que se creen lo más de lo más por ir pedaleando pues les da igual todo hasta que algo les pasa por encima con las ruedas (o una misma roca), siendo solo entonces cuando dejan de cafrear, pero ya era demasiado tarde. Tuvieron su oportunidad y nunca le hicieron caso. 

  Lo de las filtraciones no ha cambiado ni va a cambiar. Ya la obra de restauración y repavimentación ha sido adecuada, y si bien se podría mejorar un tanto, no olvidemos que el firme es de tipo rugoso ofreciendo buena adherencia. 

  La Avenida Juan Sitges de Salinas finaliza en la boca este de la tan clásica y característica estructura de paso, ya mítica en el concejo de Castrillón. Ventajoso es para los peatones que ya disponen de un paso peatonal a cada extremo, además con su propia regulación semafórica. 

  En la segunda imagen vemos de a lo lejos la situación del nuevo semáforo tras haber desaparecido el doble antiguo del tímpano de la salida este, siendo más lógico el actual tanto por su ubicación como el estar tratado con protectores marinados debido a que está justo junto a la Playa rocosa del Cuerno. El enclave sigue y seguirá disfrutando de la ubicación en la misma rasa costera, brindando un bello espectáculo durante la subida de las mareas. Es mucho más tranquilo en bajamar. 

  Un vídeo corto da cumplida cuenta de cómo es estar aquí en plena subida de la marea. Existe un amplio aparcamiento en la otra vera de la calzada para poder acceder aquí. O llegando desde Salinas o desde Arnao a pie, que también. 

 Frente a las locomotoras industriales que pasaban por aquel ya más que ruinoso Túnel de San Martín, en la actualidad los más modernos y adecuados autobuses articulados son los que discurren por aquí, varias décadas después de que los clásicos tranvías desaparecieran de manera definitiva. 

  Ser viajero de ésta línea también mola bastante cuando te acercas a las playas de Salinas y del Cuerno. Puedes viajar en ellos hasta ésta privilegiada localidad costera, pudiendo ir a comer en sus restaurantes, disfrutar de unas vistas notables desde el área situada allá arriba, pasearte por la playa, ir a visitar la cercana de Arnao, entrar a la Senda Norte que así recorre la costa íntegra o vaya, pasar el día por aquí como te dé la real gana. 

  Y no digamos ya si vas dando un buen paseo de Piedras Blancas a Avilés, como es el caso del pasado viernes, durante el que pude disfrutarlo todo lo que me apeteció. 

  Con la marea subiendo, el marco natural por allí nada ha cambiado y eso es para alegrarse. También la nueva acera, de una anterior ampliación hace unas dos décadas y dispuesta parcialmente en voladizo es suficientemente amplia. Lo único que perdimos de vista fueron los únicos metros que quedaban de los carriles del tranvía, que se supone fueron tapados por las losas de la renovada acera. 

  El motivo de imitación de una soga de las barandillas no es tampoco necesario olvidarlo. Pega mucho con el entorno. 

  También las propias papeleras se integran en éste. Desde ahí podemos contemplar la subida de las mareas. Y al ser un día nublado y ya algo fresco tampoco encontrarías problema para bajar y pasearte la playa entera en lugar del paseo, como por ejemplo yo he hecho centenares de veces. Es un trayecto gozoso como pocos. 

  También típico y centenario es el Real Balneario. Se come muy bien ahí, tiene una merecida fama y no han sido pocos los bodorrios y comuniones que se vienen celebrando en él. 

  También es un lugar agradable para, simplemente, cenar. Yo es que paso de BBCs, los vengo rehuyendo ya lo menos desde hace ocho siglos. 

  Las vistas de La Peñona, ya visitada y que en la actualidad el extremo de ella, desgajado al fin de la roca del istmo y siendo ya un auténtico farallón, y del macizo de San Martín sobre el que se asienta el área de Pinos Altos resultan imponentes. 

  El autobús suburbano articulado pasa bajo el promontorio protegido de la caída de materiales mediante un alto vallado dispuesto sobre un elevado muro de roca y hecho de gruesos postes y malla para evitar en lo posible la invasión de roca y materiales en la calzada, pese a lo cual la manifiesta inestabilidad del macizo causa de vez en cuando el corte de un carril o más ocasionalmente, el corte total de la calzada por los argayos y desprendimientos que suceden durante los duros y hoy día algo menos frecuentes ciclones y vendavales que llegan acompañados de fuertes borrascas del Atlántico Norte. 

  Pasando por la acera y desviando la vista de la playa hacia las alturas, no pueden pasarse por alto los desprendimientos que han ocurrido y que en parte, siguen allí apoyados en salientes de roca o en vallados de contención, a la espera de la llegada de otra fuerte borrasca que los incite a moverse de nuevo y sigan así su curso hacia la calzada que espera allí debajo. 

  Un lugar para relajarse, desconectar y disfrutar. 

  Volveremos muy pronto.

  Texto, fotografía y vídeos: Jorge Suárez