N-634, la Carretera TransCantábrica. 3ª parte

 Buenos días.

Antes que nada, enlazo aquí a la parte anterior del reportaje.

Una de las rutas por carretera más largas y más bellas del país entero. Por la costa cantábrica en su mayor parte, disfrutaremos de un viaje bien gozoso y próspero, pero no es necesario olvidarse de las largas secciones de montaña al adentrarnos al interior, más lejanos del mar. 




Toda la ruta está jalonada de bonitos parajes y acogedoras villas que te van a brindar una cálida bienvenida. Luarca, la imagen que abre ésta parte es uno de los mejores ejemplos de un precioso, recogido y embaucador poblado costero. 

Pero están por todas partes, y también la localidad de Navia se presta a dejarte prendado y con ganas de volver más veces. Aquí, tanto la propia belleza de sus casas, el recoleto puerto de mar, la rica gastronomía y la buena variedad de actividades también van a causar cierta sensación adictiva al tener que dejarla para volver a tu residencia. 




Yendo a nuestro ámbito, un elemento ya indisociable es el viaducto de la autovía A-8 que la circunvala con su forma de arpa que salva la Ría de Navia a cierta altura. Así se evita que el tráfico masivo tenga que seguir culebreando por la N-634 que no gozó jamás de una variante para dejar a un lado su bonita pero poco adecuada travesía. Ésto ha sido bastante notable, ya que fue una de las mejoras que más se agradecieron y eso que tanto en la vertiente este como en la oeste, hacía años que se disponía de una calzada ya adecuada con tres carriles uno especial y una plataforma que sobre todo en el descenso desde Luarca, había dejado atrás algunas sinuosidades que hoy día permanecen en el olvido. 




Una suerte de viaducto atirantado que se hace con el paisaje, que no se eleva demasiado sobre la urbe ya que no va tampoco junto a ella. Salva el valle de la ría a media distancia y por qué vamos a obviar la belleza del paisaje durante el verano, siendo más que notable. Aquí se nota parte de lo que una breve parada en ruta te puede ofrecer en tal paraje, un bonito y encantador espectáculo para los sentidos. 




Justo después se abre otro viaducto que va sobre el Río Meiro, el cual viene a desembocar en éste punto. Forman una pareja de estructuras que no llaman la atención por la monstruosidad de sus dimensiones, sino que resultan incluso pequeños en comparación con otros de los que existen por la TransCantábrica y de los cuales ya hemos visto varios. 




Y por qué no reconocer que las nubes le añadían más belleza pintoresca al lugar en ésta ocasión, aparte de librar a tu organismo de seguir siendo acosado por el sol durante unos instantes, cosa ciertamente muy de agradecer ya que pegaba sin compasión y aún más cuando llegaba la deliciosa brisa del norte. 




El punto exacto de la desembocadura del río Meiro se halla justo aquí. Y allí a media distancia vemos el viaducto, más sencillo que el anterior pero vamos, que tener allí esas estructuras causando esa leve sensación de divergencia con tan bello paisaje se queda en nada si lo comparamos con los beneficios que fue capaz de aportar al tránsito rodado. 






Y echando la vista atrás resulta que no están solos: algo tenía que existir antes para salvar la ría de Navia. Aquí está el viaducto ferroviario de la línea Gijón Ribadeo, mientras que más allá es bien visible el más ancho por el que nuestra N-634 pasa sobre las cristalinas aguas; y no os vayáis a creer que está precisamente vacío de tráfico, ya que la zona acoge una más que notable IMD para tratarse de una población que ha sido circunvalada. 





También la construcción de éste resulta diferente, ya que su estructura es metálica y no guarda parecido ninguno con sus tres compañeros. Se parece bastante más al que se halla sobre el río Eo, que es más pequeño y fronterizo entre las provincias de Asturias y Lugo. 






A su paso bajo el ferrocarril se halla la curva de radio reducido de toda la vida, y afortunadamente la zona y sobre todo con el puerto resulta de una gran belleza siendo una gozada visitarlo. Yo creo que bien merece el pasar toda una jornada dominical disfrutando de todo lo que puede ofrecernos. Sin lugar a dudas es una gran idea. Os garantizo que no nos vamos a sentir defraudados. 



Como venía diciendo, Navia no es la única población de gran interés en la ruta ni mucho menos. Aquí hay que valorar posibilidades y tenerlas en cuenta ya que la gran mayoría nos recibirán de la más agradable forma posible. Veremos más luego, ya que ahora salimos a carretera abierta de nuevo.

No tengo por qué seguir un guión ni la kilometración de manera tan estricta y exhaustiva, y es que ahora nos vamos a ver algo que está en el puro centro de Asturias.




Seguramente llame la atención aquel poste de hierro que está al lado del 407 como diciendo que es suyo. ¿No? 

Pues es una barrera de un paso a nivel de los que hace ya muchas décadas que quedaron rectificados... Una de las más grandes amenazas al tráfico y a la vida de los viajeros, y eso que aquí al menos contaba con una barrera que cortaba en diagonal toda la calzada, motivo por el cual mide más de seis metros. 





No creo que nadie en su sano juicio eche de menos en absoluto los pasos a nivel de las carreteras de hace décadas al suponer un gran peligro, y en los que miles de vidas se vieron truncadas de golpe por la aparición de una enorme y pesada locomotora que con su sola presencia ya era una amenaza debido a su frontal de hierro que más parecía de granito y que a veces causó tantas bajas como en una batalla. 





Tampoco el diámetro de la señal es para pasar desapercibido... normal ya que ésto es una carretera nacional así que tiene toda lógica.

Lo que sí llama la atención es que no haya barrera en éste lado, pero tiene su razón de ser ya que estamos al exterior de la curva que hacían las vías. Ello nos iba a permitir ver a la locomotora acercarse por ambos sentidos, no como a los que venían de frente en sentido Santander que para ello contaban con la pedazo de barrera que ya les avisaba a tiempo. 

Viajemos de nuevo hacia occidente.




Allá donde la N-632a finaliza sus casi 162 kilómetros al encontrarse con la que nos ocupa, existe un desvío hacia un lugar que nos va a encantar. No, no forma parte de ninguna de las dos pero no le hace falta porque su sola visita ya va a merecer una mención en éste punto de la ruta, y se trata cómo no del Cabo de Busto. 

Esa capilla nos da la bienvenida a la zona y nos prepara para lo que nos vamos a encontrar poco más allá. Bien, el acceso es algo intrincado pero para eso están los sistemas de navegación, y aunque yo no llevo (y de hecho no sé siquiera manejarlos), llegué igual. Y lo disfruté, vaya que si lo disfruté. 





Bien podría haber incluido algún link aquí, pero encuentro más "puro" y lógico los paneles que hay en la misma zona; una vez vistos nos vamos a recrear con la salvaje belleza de la accidentada y muy castigada por el embate de las olas costa cantábrica asturiana. 

Una panorámica estática concentra el lugar quizá más de lo real... 




Pero la indómita belleza de la zona no se lo merece. Sus impolutas y cristalinas aguas, sus farallones en formación por el efecto de una agresiva y constante erosión, y el propio entorno natural mucho más que privilegiado bien se merecen mostrarse en todo su esplendor. 

Los acantilados también son gigantes sobre cuyas alas nos hallamos, no nos olvidemos de ésto. 






Aunque a veces pueda aparecer una especie de playa, y nos pueda atraer su visión al punto de bajar.... Mejor irse a la próxima playa en la desembocadura del Esva porque aquí no es en absoluto buena idea, y ya queda descartado de manera automática... Como la Luna se halle por ahí arriba y empiece a hacer efecto la atracción de su notable gravedad, y consecuentemente suba la marea, hasta que llegue la pleamar te vas a quedar atrapado en ese pequeño pozo sin remedio en un constante y agresivo palizón de olas y rocas que seguramente te hagan irte de allí con los pies por delante y con más bujeros que un queso Gruyere abandonado una década entera en un sótano sombrío e infecto. 




Es mucho mejor quedarse arriba a ver el estupendo paisaje que se abre ante nuestros ojos, con la brisa del mar tan agradecida bajo semejante solazo y en un entorno natural tan envidiable. 

Pocas cosas más agradables existen. 





El Faro de Busto es bien visible de noche para guiar a las embarcaciones lejos de la peligrosa rasa costera. 






Un veterano del Transporte que disfruta de una segunda vida menos exigente y sin duda mucho menos peligrosa como un vehículo de Formación. 

Como parte integrante de aquel tráfico masivo que durante décadas "disfrutó" de nuestras mejoradas carreteras y que aún así se vieron colapsadas con unos atascos y unos niveles de tráfico denso nada aconsejables para personas que padezcan de trastorno de ansiedad, ni tampoco aconsejables para nadie con problemas respiratorios, éstos ya casi entrañables veteranos bien se merecen una redención y el cuidado que nunca tuvieron en la época de los excesos de las muy constantes sobrecargas, de los adelantamientos a lo albatros en aquellas carreteras con las flechas de retorno a 40 metros del curvón, del ser constante y vilmente gaseados por una nube de flujos piroclásticos de humos de escape de motores mal mantenidos y peor carburados. Es ahora cuando más pueden lucir tras décadas de exigencia que, no obstante, siempre soportaron estoicamente. 




Y si tenemos en cuenta además lo que ha mejorado la seguridad durante éstos últimos años, con sistemas de control de tracción y estabilidad, estructuras que soportan vuelcos terribles y colisiones frontales masivas, la aparición al fin de cinturones de seguridad a partir del año 2007 y los diferentes sistemas de aviso y alarma ante casi cualquier tipo de error mecánico o electrónico, algunos como yo llegamos a alucinar pepinillos a esa forma de viajar por carretera abierta de hace más de 30 años cuando casi ni una sola de las vías de alta capacidad se parecía en apenas nada a las actuales, tan amplias y tan sumamente bien diseñadas y que parecen estar hechas bajo varios y llamativos parámetros sobredimensionados. Hay que ver cómo de bien y de seguro es posible viajar en la actualidad. 

Ahora nos desplazamos a otra urbe, ya antes mencionada y que también nos va a cautivar.  




Así es Luarca, la Villa Blanca, una de las joyas más bellas del Cantábrico. Sin ni siquiera necesidad de ver su casco urbano, que por otra parte aquel día se hallaba tan sumamente vivo que fui incapaz de tirar algunas fotos decentes decidiendo con ello regresar otro día más tranquilo; con el hecho de visitar la zona del Faro ya vamos a disfrutar de unas vistas del entorno que son poco menos que una maravilla para los sentidos. 

Cómo siempre, panorámica estática que lo comprime todo y realmente no le hace ninguna justicia al lugar. 





Sí, nos va a chocar pero eso que veis ahí abajo es el cementerio de Luarca. Es más que curiosa la ubicación que tiene en el paisaje compartido con el faro, la iglesia y el puerto frente al Mar Cantábrico. Pero también y casi al lado se halla el Museo del Calamar Gigante, del cual y por cierto recomiendo visitarlo.




Y esa es la carretera que rodea la iglesia y el faro protegida con pretiles y de un único sentido, con una senda peatonal ya que por allí pasa el autobús urbano y una acera no sería recomendable en un sitio donde un vehículo así a veces tiene que abrirse en las curvas. 

El lugar resulta bonito con avaricia. 








Cómo no, hay una discreta rosa de los vientos en la zona, junto a las escaleras de bajada a la carretera que rodea la peña donde nos hallamos. 






Resulta curioso acceder por una portilla al cementerio desde ahí arriba. Un cementerio que a consecuencia de su ubicación en la peña se halla en una disposición escalonada. Desde luego es un lugar bastante inusual para ello. 




Un momento, ¿autobús urbano? ¿En una localidad tan pequeña? Seguro que se trata de un cacharro de ésos enanos que parecen un invento venido del averno y más incómodo que Naranjito en una licuadora, o como mucho un microbús añejo y medio desvencijado que han aprovechado para meterlo a dar vueltas por las calles... ¬¬





Si bien es cierto que también hay localidades que tienen vehículos urbanos pequeños, éstos al menos son unos autobuses urbanos decentes y bien adecuados. Pero en Luarca no se han andado con chiquitas y han incorporado al servicio todo un Scania Castrosua NewCity de 12 metros y que, ojo, cubre la línea MATUTINA entre el centro médico y el centro urbano durante los días laborales (¡¡¡¡!!!!). 





Sin duda, todo un acierto en cuanto a la elección del vehículo, nada que objetar; ahora que en cuanto a la línea más peculiar no puede ser y sólo se entiende al tener en cuenta que es una villa muy pequeña, porque en otro lugar lo del servicio sólo matutino sería directamente inadmisible. 

Un vistazo al puente de la N-634 en el centro de Luarca. Por aquí pasan casi todas las líneas extraurbanas e interprovinciales de Alsa, y a veces resulta bastante interesante no ya por ver a esos gigantes de 15 metros sobre el puente sino por verlos entrar y salir de su muy antigua y ya bien clásica "Estación de Autobuses", que nos parecerán unos pequeños soportales pero en absoluto, y tener en cuenta la historia del Transporte que encierra ese pequeño lugar también es digno de mención. 




Ahora bien, los accesos a Luarca no se han visto tan bien tratados y en el caso de la vertiente oeste dispone de una carretera de tres carriles el de sentido Coruña ahora cortado de manera definitiva por el gran peligro de unos desprendimientos que lo fueron inutilizando, por lo cual esa vertiente se ha limitado a 60 Km/h y se ha pintado línea continua total al objeto de no causar adelantamientos arriesgados. 

En cuanto a la vertiente este es más que notable ya que jamás se ha beneficiado de rectificación de trazado alguna. Dispone de varias pendientes fuertes y de algunas curvas de corto radio por las que toparte de pronto con un autocar de 15 metros y su frontal que sale a tu carril sí o sí, requiere de cierta prudencia y de no andar haciendo el cabra, además de que las barreras tampoco se han mejorado apenas nada y siguen siendo los típicos de bionda simple a pesar de haber una caída notable justo detrás. 

Aquí nos hallamos en la salida hacia Oviedo tras pasar la zona de curvas cerradas. Podemos ver la A-8 a la derecha y que salva la zona mediante más viaductos. De mientras pues allí sigue el árbol justo al lado del carril, yo creo que necesita ser protegido con algo porque es uno de los peores obstáculos contra los que impactar, además no es en absoluto pequeño. No olvidemos que es una carretera nacional que no está precisamente abandonada, ya que por aquí sigue habiendo bastante tráfico y bien se merecería contar con algo que desviase un posible grave impacto. 






Pero nada de ésto le importa ya a la mayoría de los usuarios de la ruta, que circulan impasiblemente por un gran viaducto a las afueras y que está protegido ante accidentes por una barrera de triple altura y con una elevada velocidad media. 





Volveremos muy pronto... 


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