La Ruta del Agua. Carreteras, Ríos y Embalses. 7ª parte. Ría de Avilés y su entorno

 Buenos días a todos de nuevo.




Vamos a cambiar un poco de tercio. Si hasta ahora en ésta saga se ha tratado de embalses y ríos, ahora nos iremos a visitar el entorno de una ría y sus más cercanos lugares de interés cosa la cual vendrá bien dividida en no menos de dos entregas. 




La ría de Avilés, situada en un privilegiado entorno que ha sido costosamente recuperado en las últimas décadas se interna en tierra firme y se obtiene un paisaje muy diferente a cada orilla. 

Se puede ver en las dos primeras imágenes una ya habitual panorámica industrial que ya forma parte indisociable de la orilla occidental, y muy próxima a las playas de Salinas y su localidad homónima. 




La situación es bien diferente en la orilla este, que en parte pertenece a Avilés y en parte a Gozón y es una buena muestra de ello la zona de avistamiento de aves que allí se ubica. No obstante también hay alguna que otra cosa que crea un tono discordante como puede ser un astillero el que ni siquiera se ha considerado oportuno ni adecuado su aparición, y ello por varios motivos. 




La calidad de las aguas ha mejorado en estos años de forma dramática. Si hace unos 25 años no podía encontrarse aquí vida animal alguna, nada hacia posible vislumbrar semejante cambio tras un buen dragado de los lodos orgánicos tóxicos que habían estado contaminando el entorno desde la llegada de la industria hace ya unos setenta años. 

Ésto provocaba el dudoso honor de que Avilés fuese la localidad más contaminada del país durante no pocas décadas y una de las más insalubres de toda Europa del sur. Cuesta imaginarlo ahora viendo las imágenes que acompañan al reportaje. 





Si bien gran parte es ahora una fructífera zona de pesca donde está prohibido el baño y éste tampoco es recomendable por lo rocoso del entorno, existe además una playa en las proximidades y además hay algún establecimiento de hostelería. 

También la carretera de acceso ha visto tratado su firme y se halla muy mejorada en la actualidad. 




No obstante existe un elemento muy característico del lugar, que la erosión del agua salada ha causado durante no pocos miles de años. Un espléndido y llamativo puente natural se yergue con sus tres arcos junto al acceso a la minúscula y bonita aldea de Nieva. 





No concede mucho espacio, pero tampoco podrás acceder aquí con un autocar turístico de 12 metros y es que tampoco vas a poder dar media vuelta con facilidad. Hazlo en un microbús o en un midi de 9 metros, y será mejor para todos. No está prohibido pero no es nada aconsejable meterse aquí con uno de esos gigantes, y los camiones tampoco son más grandes que un Atego 918 ya que sólo tienen que repartir a dos establecimientos y poca cosa más. 




Da igual ahora todo eso, puesto que como ya dije el entorno natural brilla por sí sólo. La belleza de toda la zona es indiscutible como lo es asimismo el agua que nos deleita con su pureza y transparencia. Se podría incluso beber un poco de no ser agua salada de mar... No es un riachuelo montañés. 





Y lo cierto es que apetecería darse un baño en el lugar porque esas aguas son muy sugerentes. 




Desde la acera disfrutamos de éste arco natural en el cual descubrimos otro arco más que la erosión no debería tardar mucho en convertirlo en otro farallón, pero aquí ya no existe oleaje salvo en los flujos según asciende la marea. En las playas del exterior ésto es evidentemente visible. 




Junto a la montaña hay unas viviendas de cuyos habitantes nos alegramos, ¡qué bonitas vistas desde casa! Abrir la ventana y disfrutar, algo así como vivir en un acantilado y tener la vivienda como un privilegiado otero cosa que tampoco en la costa asturiana es infrecuente. 





Zeluán es una diminuta aldea de gente agradable, en la que eso sí no existe apenas espacio para aparcar, pero es muy vistosa y además tienes un pequeñísimo parque infantil por si te acercas al lugar con tus hijos o tus sobrinos. 




Ellos también disfrutarán de tan bonito entorno y los paisajes, pero nunca está de más algo de juego. 

Pero se reitera que el lugar no es adecuado para el baño y está directamente prohibido. 





Cerca, más allá hay un aparcamiento con unos bancos de madera, muy próximo a la bocana o embocadura de la ría ésto es, el lugar donde el mar accede. Ésto es exactamente lo contrario a la desembocadura de un río. 

Durante la pleamar el lugar es extremadamente agradable y aunque sea invierno cerrado no deja de atraerme, mucho mejor que una playa atestada. Es éste un muy buen lugar para la pesca de noche. 






Allí donde termina la lengua de tierra al centro de la imagen es donde la ría ya encuentra el conocido y bravo Mar Cantábrico. El tráfico de barcos no cesa pero también veremos yates de recreo en la zona y a los remolcadores de las grandes embarcaciones: la mayor que ha sido vista por mí dentro de la ría no media menos de 180 metros de eslora, todo ello con el último dragado realizado. Ahora y desde hace unos años también arriban cruceros a la ciudad. 




Cuando la carretera finaliza es donde se encuentra con el pésimo acceso lleno de socavrones al faro de Nieva, que es uno de los dos que se puede ver refulgiendo desde la noche cuando te hallas en una despejada allí arriba en el área de Pinos Altos ubicada en el acantilado que se eleva sobre la playa de Salinas; el otro faro mucho más distante es el de Peñas. 




Con la suerte que acaban corriendo algunos de los paneles informativos, considero oportuno que éste aparezca aquí ya que entre los imbéciles de turno y los no menos frecuentes vendavales del lugar bien podría ser dañado cualquier año de estos y de paso, hago un llamamiento para su conservación. 






Junto al faro, precaución al acercarse al agua ya que no hay barandilla alguna ni se la espera. La única solución es apoyarse en el muro; si no vale más que ni lo sueñes porque vas a caer al agua y hay rocas debajo de la superficie. Ya de no salir lesionado vas a tener que nadar bastante para ponerte a salvo y no es seguro que lo consigas en según qué hora o según cómo esté el mar de embravecido. No nos olvidemos que es una zona ventosa y peligrosa, muy abierta y donde aire y agua sacuden con todas sus energías a cualquier osado. 





Mejor nos quedamos junto a la pequeña playa que se encuentra cerca, la de Zeluán donde hay un de paso discutible acceso para llegar a una cafetería y donde te puedes echar unos billares y relajarte en su terraza para ver el espectáculo de la marea y no menos notable la aparición de cormoranes y demás aves que puedan aparecer. 






Considero necesario reafirmar el posible riesgo con la anterior imagen tomada un día plácido de verano abierto, que no es tampoco muy frecuente. 




Una buena idea es acercarse a la playa de Xagó, ya más grande y menos peligrosa pero si lo tuyo no es la playa, como es mi caso también se puede tener una buena panorámica del entorno. Eso sí, está la carretera destartalada a partir del acceso al 🅿 que se halla situado más allá. También hay un polígono industrial en la zona y es posible tomar la carretera que nos llevará a Peñas y a Bañugues. 





El reportaje se halla en plena realización de forma intermitente, por lo cual proseguirá en un futuro. 

Volveremos muy pronto.

Enlace a la 2ª parte... 

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