N-630a. 3ª parte: Tramo de Ujo (Asturias). Trazado industrial ferroviario

 Buenas noches a todos.




No soy un gran aficionado al tren, y la verdad es que éstos transportes no me llaman mucho la atención salvo en contadas ocasiones. 

No obstante vivimos en un país con una gran historia ferroviaria 🛤 , Industrial 🏭 y minera. Es por ello y por la disposición de las intersecciones que comparten una parte de su pasado con lo que en éste blog se trata. 

Para poder visitar la zona es necesario desplazarse al centro de Asturias, a una antigua cuenca minera de las varias que existieron en ésta región de España 🇪🇸. 

Procedo a enlazar la 2a y anterior parte del reportaje de la propia N-630, en el que se hallan unas imágenes del Puente de Santullano que será mencionado aquí.

Aunque no está lejos del núcleo urbano más importante del lugar. Es posible llegar dando un paseo en los autobuses suburbanos de Emutsa (lamentablemente, el CityClass con carrocería Habit de las fotos ya no existe) desde la citada localidad mierense. 






Pero también es posible llegar directamente desde Oviedo, viajando en un autobús interurbano de la línea que la une con Pola de Lena. 

Sí, el ejemplar de las imágenes existe (y lo que le queda) pero ahora siendo casi totalmente verde. Un autobús estupendo, a pesar de lo que charren los ya tan cansinos haters gratuitos de Iveco (la empresa lleva unas pocas décadas comprando casi todo Iveco, y la verdad es que nunca los ves averiados ni renqueando ni pareciendo calamares gigantes así que no sé pero creo que tan malos precisamente no deben ser.). 

Que yo también prefiero un buen Setra UL, pero éstos de las imágenes no les andan apenas a la zaga así que no. No venirme con palurdeces de "es Iveco, es malo". Yo ya aviso y no voy a discutir tonterías de ese tipo y que no tienen base contrastada. ⚠️





Ya en el lugar: nos encontramos en la localidad de Ujo. En sí misma ya es interesante cuando sabemos con certeza que su travesía formaba parte de la N-630 original, de la antigua ruta Adanero a Gijón así que veamos con qué nos las tendremos. El río Caudal se abre paso por debajo del moderno Puente de Seana, y por mucho que busquemos no encontraremos signo ninguno del pasado industrial en sus limpias aguas. 






En ésta ocasión visitamos algo que descubrí en una anterior pasada por la calzada sentido León de la A-66, que fue exactamente el vial que tomó el nombre de N-630 tras reemplazar a ésta antigua y sinuosa ruta. Simplemente noté el río, miré y decidí volver con más tiempo. 

Y no me defraudó en absoluto. 

Por ahora encontramos un antiguo semáforo 🚦 inactivo, si cables ni luces ni nada y teniendo en cuenta que éstas imágenes son del año 2016, no ha ni de existir ya pero eso no ha de preocuparnos puesto que ya era una total ruina. 





¿Y qué pintaba aquí un paso a nivel?, aunque éste es de los menos peligrosos que haya visto en la vida. Vemos ahora cómo una barandilla peatonal ha tomado el lugar de varios malecones desplomados, no siendo muy efectivos contra una salida de vía que nos podría dejar bañándonos en las aguas del río o esmorraos vivos en la grava. 





Desde luego tampoco es tan llamativo como el reemplazo por parte de un raíl que une dos de los malecones entre los que se hallaba el que quizás fuese golpeado o se haya ido desgajando con el paso de las décadas. 

No se trata de la mejor solución que conozcamos. 





Aún peor, y más añeja es ésta barandilluca que ni un solo rastro de pintura tiene. No se la ve de noche apenas si tu coche no lleva una buena iluminación así que mejor, cíñete bien al carril. 

Aquí vienen los raíles del ferrocarril abandonado. 





Cruzan la vieja N-630, hoy carretera regional y empiezan a descender hacia el Caudal en una muy leve pendiente. 




Y si hemos visto el viejo semáforo, más notable es aún la presencia de la pequeña casilla del vigilante del paso a nivel y que debía encargarse de cortar el paso ante la llegada de una amenazadora locomotora con un frontal con más hierro que unas buenas lentejas. No, no se ha visto por aquí una barrera aunque muy posiblemente existiera en el mismo carril que se dirigía a Oviedo ya que el semáforo era útil para los conductores que se dirigían al sur. 




Siendo parte de un posible patrimonio industrial como lo es un ferrocarril minero abandonado, es penoso que la pobrecita se encuentre en tan mal estado y desde luego no ha envejecido como el gran muro que tiene detrás. 





Tratar de imaginarse lo que tuvo que ver pasar durante décadas y más décadas se hace hoy bastante complicado, a no ser que lo hayamos vivido en persona evidentemente. 

- Oye, ¿y qué tal si nos venimos una nochecita con ella y escuchamos todas las buenas historias que seguro pueda contarnos? No estaría mal, ¿eh? 

- No hay huevos. 

- Sujétame el cubata... 





Allí donde los raíles se cortan aparece algo más. 





Aparte de la curiosa visión de más raíles que trabajan como vigas sujetando bien la acera para que el peso de un vehículo no la tire abajo. Y sigue con esa función. 






Y al ser invierno cerrado nos encontramos con un camino que es exactamente el mismo que tomaban los trenes de éste breve pero intenso recorrido. Totalmente adecuado.. 




...bueno, casi. Pero es suficiente con mirar donde pisas para no tropezar con una de las antiguas y ya medio deshechas traviesas de madera sobre las que se colocaban los raíles. 






Y qué verde redios, qué verde. Incluso en invierno llama la atención si tenemos en cuenta cómo la contaminación le pasaba factura por aquí a todo. El muro, la casilla, la estación de Ujo, y el agua del río Caudal sobre todo; todo ello ennegrecido y polucionado por la famélica caldera de carbón del tren que pasaba una y otra vez, así década tras década en uno y otro sentido y eso sin olvidarnos del tráfico ferroviario de la línea de Gijón a Madrid, por no hablar de la fumarola en fase de aceleración de los más que constantes camiones pesados que circulaban por aquí. Tenía que ser algo digno de ver. 





Notamos algunas cosas. La antiquísima carretera que ya no tiene apenas más tráfico que el comarcal, la mal llamada Autopista de la Plata que pasa al otro lado del río sin un instante de silencio (algo lógico siendo una de las mayores rutas del país) y unas aguas que finalmente acogen vida en los alrededores y resultan sanas al punto de existir una zona de playa en la orilla de grava. 




Pero sobre todo el puente ferroviario que cruzael Caudal se hace notar en el entorno y aún reclama su dosis de ojeo y atención, también porque no se halla en mal estado sino todo lo contrario. Además es la actual pasarela peatonal, función que cumple una adosada lateralmente al tablero en voladizo. 




El Caudal hace honor a su nombre y desciende alegre y vivo hacia el Nalón, para desembocar sus aguas mucho más allá en el Mar Cantábrico a la altura de San Esteban de Pravia. 




La imponente estructura del puente de hierro mantiene gran parte de su fortaleza. Ello era vital para el constante paso de trenes mercantes cargados durante décadas y se le ve en un estado bastante importante aún. 




Las vigas basales bien merecen llamarse pilares y soportan el peso del puente de manera estoica, como si nada y no sería raro que durase aún muchas décadas así, sin más. 





Resulta anacrónico teniendo al lado una autopista como esa y aún más anacrónico resulta cuando se ve pasar por allí un Talgo 250 que deja a cualquier Civia interurbano en la más ridícula nada. Éste último, por cierto me parece incomodísimo para viajar. 





La pasarela peatonal de rejilla que va adosada al puente. La escena es una pasada ya que en un espacio pequeño se reúnen historia ferroviaria, caminera e industrial. 







Francamente ésta visita me resultó casi tan agradable como el día que conocí el notable Puente de Arganda, pero es que aún así no le llegaba. Falta aquí más historia caminera y carretera para convencerme del todo si bien el lugar era simplemente espléndido. 

Cada uno con sus gustos y aficiones. 




Volvemos sobre nuestros pasos cuidando de no tropezar en uno de éstos, y en invierno aún se ve bien todo. No puedo decir lo mismo tras haber vuelto en verano y casi no poder ni acceder, necesitando la zona un buen desbroce. 




Pues se nos había pasado ésta vieja señal que indicaba la proximidad del paso a nivel, pero es que vamos caminando hacia el sur... 





Y todo para observar el puente de hierro desde la actual carretera comarcal, otrora tan importante. Lo vemos y le tendremos que dedicar una reverencia, y la verdad es que no se merece menos. 





Pero no sin cuidado. Es una carretera que debido al propio trazado sinuoso y a no tener arcenes, es peligrosa. Nunca está de más ponerse un chaleco reflectante aun habiendo un sol de justicia. 

Y vemos la antigua vía y cómo ésta llegaba a la estación de Ujo. No hay raíles, pero sí existe un foso conque pasar con la vegetación recrecida está totalmente desaconsejado. 






Así que regresamos a Ujo, donde ya tomaremos el autobús suburbano o el interurbano según el destino que tengamos. Yo llegué en el oscuro, pero aproveché para quedarme en Mieres así que acabé tomando el suburbano de la L3 para llegar hasta allá y pasar una jornada muy agradable. 






El nombre de la localidad en asturiano. 

Cabedestacar que ninguna de las líneas viaja por la que fue carretera principal. Cruzan el Caudal por éste puente más moderno y se dirigen hacia Santullano, no tomando nunca la vieja. Pero también puedes llegar a Mieres por la senda que existe junto al rio: ésto es un paseo agradable al máximo y aún más si sopla una leve brisa. 




No voy a obviar los ferrocarriles de vía estrecha de Feve, ni al material de Sunsundegui que viaja por ellos. Algunos de los trenes aún son diésel debido a que varios tramos de vía en las cercanías carecen todavía de electrificación. 

O, al menos, así era en el año 2016.




El tráfico no cesa por el paso elevado sobre la A-66, todo un contraste con la antigua carretera principal y no digamos con el tramo original entre Ujo y Santullano que aunque se halla en muy buen estado parece casi abandonado en la práctica. Apenas tiene tráfico alguno. 






Un año después volví como parte de un viaje mucho mayor, y ya que estaba pues... 




...metí las ruedas sin tracción ni dirección en la antigua vía justo donde hay una buena base y los raíles se cortan, sin querer dañar los neumáticos. 

Así que la curiosidad está, falta encontrar la foto en la que un Civia pasa justo detrás al no haber aún conseguido ni una sola con un Talgo 250 en esa situación. 





Tras ésto y una breve parada en Pola de Lena a comprar, me dirigí al sur hacia León pero ésto nada tiene que ver con éste reportaje que así encuentra su fin. 

Volveremos muy pronto. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Compañeros de Ruta y Afición. Blogs y Páginas sobre el mundo de las Carreteras Históricas

Parque de la Naturaleza de Cabárceno. 14 de agosto de 2022

Un viaje por los recuerdos. Naturaleza, Cañones y Alta Montaña. Siéntete Vivo