¿Qué? Pues ná, Pancracio... Tengo el torerreno averiao, qué te digo, oye tiraré pallá de los padentros con la furgo, ya sabes la C15, y ya si me lo arreglan pa'entro una semana como si me tengo que subir pa la cima'l Aconcagua que eso ye un Montero y pallá parriba, ya tú lo sabes que nun llega náide más.
Pues entós le pongo la baca tornillá y lo ato tó bien con les cuerdes, que tú non tas preparao pal campo, Ignacio... 🤨😂
Buenas tardes.
Por ahora, se acabaron los trayectos relajados por vías bien asfaltadas, ya que nos largamos directamente a varios tramos de los peores de todo el país. ⚠️
Para muestra, un botón. Veamos cómo podríamos conseguir un viaje tranquilo y placentero por una carretera regional asturiana que va por la montaña, uniendo dos localidades cada una ubicada en una carretera nacional...
Partimos de la nacional 632. Primero hay que llegar allá. Antes de eso, nos detenemos brevemente.
Estamos junto a Soto del Barco. Desde éste punto, que es un tramo antiguo se divisa el Puente de la Portilla que va sobre el río Nalón, muy cerca ya de la desembocadura.
Éste puente fue reforzado con más pilas y también su tablero se vio ensanchado levemente para acondicionar bien la carretera y conseguir mayor seguridad de tránsito.
Existe un documento de la época que se realizó ésta obra y con el que no doy ni rebuscando. ~~
Es éste, La Magdalena, un pequeño pueblecito que se vio favorecido por la apertura de la variante, que viaja entre un talud y el propio río, en una buena pendiente.
Ya cerca de la carretera que buscamos, hace años veíamos ésto. El río sigue pasando bajo éste punto, pero la señal ha desaparecido ya que toda la N-632a fue reasfaltada, y éste puente, que es en sí mismo un paso estrecho, fue protegido mediante pretiles metálicos dignos de cualquier viaducto de autovía principal, como la A-8 que pasa muy cerca de allí.
Al fin, llegamos a esa carretera. Aquí empieza lo escabroso, ya que la N-632a es una ruta estrecha y sinuosa, con varias pendientes fuertes y puntos muy delicados de pura alta montaña, pero se puede decir que todavía es muy buena carretera, con un asfalto drenante y bien adecuado para una zona de tan elevada pluviosidad.
Todo lo contrario a la carretera regional que nos ocupa y que, entre dos de las localidades que atraviesa, ha sido totalmente renovada, pero el resto de ella ha sido objeto del reportaje que vais a "disfrutar".
Así, vemos un firme más bien rugoso, no en mal estado, pero con una vegetación exuberante incluso en invierno cerrado, más concretamente en enero, que fue cuando se pudo realizar.
Que los hitos de piedra, muy anteriores al Plan Peña de 1939 fuesen los que más abundaban, también nos da una ligera idea de todo aquello, pero que aún no hemos visto nada.
Y nos topamos conque la mayoría del recorrido se halla menguado a la mitad, por culpa de la vegetación que se ha ido adueñando de la plataforma.
Así, no es extraño que se hayan sucedido algunos incidentes que han terminado por despeñar algunas protecciones allá abajo, hacia el río. Una bionda toma el lugar del malecón caído.
Y no es el único símbolo del estado de semejante sendero asfaltado.
La señal de hito kilométrico metálica es bastante moderna. Pero el pequeñajo de piedra, como si nada, un poco desgastado y poco más... A pesar de que lo normal sería que la vegetación ya los hubiera ocultado a todos ellos.
Rodando por aquí, hay que llevar cuidado, ya que en un punto como éste que vais a ver de los cuales hay bastantes, si te vas a cruzar con otro vehículo no es nada recomendable ir bajando velocidad justo antes de la curva o con el otro vehículo casi encima, siendo que las ruedas derechas del coche tendrán que meterse en la vegetación y se bloquearán a poco que roces el pedal del freno.
En buena parte del trayecto, apenas nada te va a salvar de una caída el hondo barranco que espera a tu lado. Los pretiles se hallan en precario estado, por no hablar de su altura que desde luego hará que les hagas un sobrevuelo antes de una casi segura tragedia. Aquí, lo menos malo que podría suceder sería que un pequeño bosque te parase antes de la inmediata caída mortal.
Y es que, por muy exuberante que sea la vegetación, los árboles en su mayoría no llegan tan arriba.
Donde es más notable la dejadez, la desidia y el abandono en los cuales se sume ésta carretera por el efecto de un lamentable pasotismo administrativo, es precisamente en los puentes. No sólo los pequeños que se hallan en una curva sobre un riachuelo. Aquí podemos ver el mejor ejemplo.
Desde luego que no es un Hummer H1, y casi no cabe en el carril de asfalto, que en origen debería llegar hasta el pretil lateral de protección.
Algunas de las señales se encuentran completamente fuera de cualquier normativa legal. Desde luego, parece como si los propios vecinos de alguno de esos pueblos las hubieran hecho de manera totalmente artesanal para poder indicar los diferentes núcleos urbanos tan pequeñitos que por allí existen.
Sea como fuere, y sin que sea criticable la actitud de quien sea que las haya colocado allí, es otro ejemplo más de la lamentable desidia e inaceptable abandono de la zona.
Ésta señal que veréis es más normal, pero el problema es de otra índole. A día de hoy no conozco esa carretera local, que lleva a la N-632a y que debe ser aún peor, porque decliné el mero hecho de conducir por ella cuando vi una señal de límite a 20 Km/h y que me retrotrajo a un andurrial diabólico ubicado junto a un embalse.
No obstante, me está tentando.
Es digno de mención también el tema de la propia disposición de los guardarrailes. Cuando aparecen, la mayoría es después del inicio de la curva, dejando espacio para que te puedas lanzar abajo y, para colmo, sus inicios son, bien un hacha, bien una guillotina. Ya henos tratado éste tema en otras entradas anteriores.
La aventura no cesa... Y las estrecheces aparecen al mismo tiempo que los accidentes del camino.
El asfalto es rugoso, algo alabeado, pero no es ni de lejos el peor sobre el cual he viajado. Aquí la problemática no viene por su parte. Porque la adherencia no es mala, sin embargo el resto de características de la propia carretera se confabulan contra los viajeros.
Alguno de los hitos que por allí había, ya dejaban ver el efecto de la erosión climatológica, no en la propia piedra que conservaba las tallas en perfecto estado. La pintura, como siempre es lo primero en acusar el embate de los elementos.
Éste es uno de los peores tramos de todo el trayecto. Muy sinuoso, muy delicado y nada tranquilizador. Hay vegetación invasora, pretiles digievolucionando a vegetales, barro en algunos puntos y una zona muy sombría que no favorece en nada a que la humedad se evapore del lugar.
Siempre hay luz al final del túnel, pero menudo "túnel"... En éste caso, uno excavado a explosivos y a pala en una montaña y con la anchura justa para un turismo... Mal, muy mal. Desastroso es quedarse corto.
Nos trasladamos ahora a un tramo abandonado de una de las principales carreteras del país. Vámonos de aquí...
...para llegar a ésta zona.
Aunque nos duela verlo así... En éste caso, el abandono está más que justificado. En el pasado, en este tramo existían tres pasos a nivel casi seguidos en sólo un kilómetro de la misma ruta. Duro, peligroso y perturbador como pocos he visto.
Sí, tres pasos a kivel en un kilómetro, está bien escrito.
Y no sólo se hallaba allí el último de los tres pasos a nivel. Justo en éste punto, para llegar a una de las principales poblaciones en la cordillera era preciso escalar una pedazo de pendiente que le quitaba el hipo al más osado. Y que no falte el río esperando justo al lado para darte un buen chapuzón si se te ocurría ir de confiado.
Tampoco es necesario olvidarse de la curiosa conducción industrial que iba sobre pilones justo al lado de la calzada y entre ésta y el paredón vertical de la montaña. En el descenso tampoco deberías despistarte, al menos si no querías acabar esmirriado con el volante incrustado en la nuca.
Como bien se ve, parece un trazado hecho aposta para acabar con la sobre población del mundo...
Pero es que no es así. Parece diabólico, mas hace tantos años las rutas no se podían planificar teniendo en cuenta los parámetros actuales. Las autovías no contaban ni de lejos con todas las características de una autopista, y tampoco las carreteras convencionales se podían construir rectas, anchas y llanas... Si había que acometer un zigzag endemoniado para no meter un puente más caro y lento de construir que lo hubiera ralentizado todo, bienvenido sea el zigzag con 10.000 curvas en la falda de la montaña. Y así se hacía aunque se dejaran vidas y recuerdos en el intento.
Las más de cuatro décadas que ha visto éste tramo desde su total abandono han hecho estragos en la plataforma, que en la actualidad se ve con el firme desmenuzado por las duras condiciones climatológicas del invierno en plena cordillera Cantábrica.
He aquí el mayor problema de este tramo, justo al centro de la imagen. De ahí su abandono.
La fuerte pendiente no sería problema, ya que se podría haber iniciado antes para sobrevolar la vía ferroviaria y así ir ascendiendo poco a poco. Pero además se tenía que tender una variante de población a decenas de metros de aquí: así que se cortó de raíz el doble problema tendiendo una variante que se inicia a unos 400 metros del lugar (justo después del segundo paso a nivel) y que lleva a dejar a un lado, tanto el pequeño tramo que vemos como a la inmediata travesía de la población.
Y así va ganando altura la N-630, justo sobre el muro vertical a nuestro lado, mediante unos pequeños túneles y un buen zarpazo a la montaña siendo todo el tramo limitado a 60 Km/h, ya que tiene sus buenas curvas y los arcenes resultan algo escasos.
Pero resulta plenamente satisfactoria.
Así, la dejadez y el deterioro de éste perturbador tramo, condenado al ostracismo son notorios a poco que le echemos un vistazo a lo poco que queda del pretil, al propio firme de piedra ya desmenuzado...
...y sin ambargo, el encintado de piedra marca CNFE allí sigue delimitando la plataforma, y aún hoy su composición granítica resiste con estoicidad al maltrato de las décadas.
Es triste, pero es así... Algunos tramos delicados son abandonados para siempre en busca de unas mejores condiciones de seguridad y de una ruta más adecuada para los requerimientos de la actualidad del transporte por carretera.
La evolución de trazados ha sido algo así. Si echamos un vistazo a los planos de la década de los 50, vemos cómo los tres pasos a nivel estaban allí, y hasta unas pocas décadas más tarde no desaparecieron.
Éste era el aspecto general del lugar, comparado con el plano actual.
Así, nos encontramos con un antiguo puente demolido en la Guerra civil y luego reconstruido por los zapadores, a cuya salida sur estaba el primer cruce. Tras una curva abierta junto al río se hallaba el segundo.
El segundo paso a nivel y al poco, el tercero, cuyo tramo tratamos aquí. Se ve muy bien cómo ha cambiado desde aquella época.
El puente reutilizado, el segundo tramo, y todo el resto de la zona será tratado tras un futuro viaje por todo el lugar: las tenía fotografiadas, pero cómo no las imágenes se perdieron.
Así, se entraba en Pola de Gordón por el cuestón existente tras el tercer cruce con las vías.
Y no eran los únicos cruces con la ferrovía de la N-630, ya que en entradas anteriores se dejó vislumbrar el que existía en la fuerte subida al Puerto de Pajares. Y aún faltan más de toda la zona.
Se ve muy bien el inicio del trazado de la variante actual que evitó todo aquel lugar.
Ahora visitaremos otro tramo no muy lejos de allí.
¿Y ésto a qué se debe? Pues también tenemos aquí un doble abandono, y con sorpresa.
Se trata de una antigua curva bien peraltada, y que tenía y tiene una fuente, y que viaja sobre la montaña y el río.
Pues éste pequeño acuífero artificial, y el río que ocasionalmente se recrece fueron el motivo del abandono de este pequeño tramo al cual un túnel ha dado solución permanente.
O bueno, esperemos que sea una solución permanente a no ser que las aguas o los corrimientos de tierra acaben por dañar el túnel y haya que reutilizar el antiguo tramo tras asfaltarlo íntegramente, como hemos visto en entradas anteriores. Es algo inherente a los trazados de alta montaña. Desde luego es algo totalmente previsible. A nadie con dos dedos de frente le extrañaría nada.
Veamos la ubicación precisa en los mismos planos. El trazado se halla plenamente en vigor, y en efecto aparece la fuente allí mismo. El nuevo trazado es bastante más suave, sobre todo gracias al túnel.
Lo de las termas, lo veremos pronto.
Y es que el agua de la fuente y la que cae de la montaña que no es poca, ha ido erosionando el firme poco a poco, y nunca mejor dicho cual tortura de la gota al punto de abrir algunos agujeros profundos donde cabría una rueda y que pueden destrozar la suspensión de casi cualquier turismo, y hacer intransitable el tramo.
A éste puentecito no llegaba la erosión del agua, pero la climatológica con sus fuertes cambios de temperatura (otra cosa no sé, pero entre verano e invierno son brutales) se ha encargado de desmenuzar el paso y tirarlo al río pedazo a pedazo. Hoy en día ya no puede cumplir con su función.
Otro elemento indisociable de las antiguas carreteras principales, los postes telefónicos, también aparecen aquí. Y el puente ferroviario que pasa por encima es reseñable asimismo.
La grava que habían dejado allí para cubrir los baches, se ha quedado ya olvidada junto a uno de los malecones. Pero es curiosa la pintada que han dejado allí.
Junto a ésto, que parece hecho para jugar al ahorcado contigo bien puede hablarnos de lo diabólica que era ésta ruta años ha...
En ese punto, se puede ver que el río y su erosión también han provocado algún daño en la plataforma. Así, un buen pedazo de ésta se ha ido cayendo al curso de agua que desciende hacia el sur.
Pero no es menos digno de mención el antiguo, ruinoso y ya peligroso edificio que existe al otro lado del puente. Lo de las termas que hemos visto en el plano es ésto: se trata de un antiguo balneario al cual los techos ya se le están cayendo a cachos y ya se halla en un lastimero estado de ruina total.
Hay documentos de su antigua época dorada mientras que en la actualidad, salvo los escudos poco queda de esa ya olvidada gloria.
Y tampoco nos debemos olvidar de que es un edificio con unos inquilinos bastante poco esperados y aún menos deseados, ya que tanto por las proximidades como dentro de sus muros viven unas cuantas culebras. Y sí, son especies de culebras venenosas. No son crótalos, pero el peligro es patente.
Ello junto con el estado de ruina hace totalmente desaconsejable y más que inviable una visita al interior del antiguo balneario. Desde luego no vendrá por mi parte el reportaje del interior que el cual por alguna razón no me extrañaría ver.
Volveremos muy pronto.
Aquí os dejo el
enlace a la 2a parte.
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