N-VI. Madrid a Coruña. 2ª parte. Puerto del Manzanal ⚠️⚠️ (🐰 + 🔫 = ☠️)

 Buenos días.

Regresamos a ésta añorada y tan prolongada ruta, para seguir disfrutando de ella en el actual y tranquilo entorno natural, tras la apertura de la autovía que la reemplazó hace más de dos décadas en su último tramo.

Aunque esperamos que, precisamente en éste último, se solucione pronto y de la mejor manera posible el serio percance acontecido unas semanas atrás.




Vamos a visitar una zona de montaña, en un reportaje previo a otro tramo aún más peligroso, más sinuoso y perturbador que discurre más allá para intentar salvar un puerto entre dos provincias. 

Afortunadamente existe entre ambos puertos una llanura que es parte del Bierzo, una encantadora y próspera comarca del noroeste peninsular y que, incluso, goza de una especie de microclima. 




Uno de los muchos viaductos de la variante del trazado original, de los primeros años 70. Su anchura no es mucha, debido a lo escarpado del terreno ya que los desmontes cuestan dinero y más aún cuanta más tierra se mueve; pero sin duda el recorrido mejoró enormemente con ésta nueva carretera. 

La más antigua, que viaja a su lado entre taludes, curvas de pequeño radio y barrancos, ve cómo incluso ella se ha visto casi olvidada en la práctica por la autovía. 

No es éste un puerto de montaña tan terrorífico como lo llegaron a ser Contreras, Pajares o Despeñaperros. Al no haber unas pendientes tan fuertes, no viajábamos justo al lado de un profundo barranco del cual sólo un murete de piedra nos trataba de proteger. Y aún así, no se quedaba corto eh, que también resultaba sinuoso y agobiante en grado sumo. 





Da la sensación de que ni una séxtuple vacuna contra el tétanos te salvaría de una terrible infección y una más que necesaria operación en caso de impactar con un poste, pero viendo el perfil en H, ese sería desde luego el menor de tus problemas. 

El estado de la absurdamente redenominada N-006 A y para colmo actualmente LE-N-006 es precario. Bacheada y últimamente abandonada ya que se utilizaba como acceso a una población por la cual ahora se llega por una nueva carretera.
 



Y pese a todo, aún hay varios signos de la importancia que en su día llegó a tener. La anchura no es nada mala teniendo en cuenta su tortuoso trazado. 





Aunque algunos elementos ahora han desaparecido. El hito CNFE que vemos aquí, ha sido retirado y recientemente trasladado.
 




Y es que así lucía junto a la absurda señal nueva, que tampoco está ya colocada en su lugar. De verdad que ver eso ahí colocado en un poste... En fin. Está mejor el subtramo siguiente, que habiéndose redenominado como LE-106, tiene mucho más sentido, desde luego. Resulta bastante menos absurdo. 






Un símbolo de cómo eran antiguamente las carreteras, lo apreciamos en un elemento de contención vial que se mantiene en relativo buen estado, y que nunca está de más, pese a estar rematadamente obsoleto. 

Nadie se preocupaba entonces de hacer los guardarraíles menos lesivos y peligrosos. Sólo eran un sencillo y bienintencionado elemento metálico de protección, una barrera que trataba de salvarte de una caída, posiblemente fatal, a uno de esos hondos barrancos. Pero y aún así, vistos a día de hoy, y siendo una curiosa forma de verlo, los podemos comparar con un Formula 1 o un Nascar de los 60, que cualquier piloto actual bien podría ver como una trampa mortal. 

No es nada raro que tantos moteros se hayan manifestado durante décadas. Los perfiles en H de esos agresivos y malévolos postes no sólo les acechaban desde abajo. No te salvabas si la caída del vehículo se producía casi al lado, ni siquiera si algún incidente o susto te hacía pegar un bandazo y dirigirte hacia el guardarraíl, porque si caías sobre él bien podías vértelas con los cirujanos, y ésto es a consecuencia de que los postes asesinos esos también sobresalían de la parte superior de la bionda, como bien se ve. 

No es necesario olvidar que éste tipo de elementos están hoy en día, no sólo fuera de normativa, ni es más ya descatalogados, sino también prohibida su fabricación para siempre. Los postes han de ser de sección en O, tras unos años durante los cuales los perfiles en C fueron la solución intermedia. 





Con sólo reemplazar sus postes, un guardarraíl de los años 70 y 80 ya se vería dentro de la normativa europea en vigor, puesto que el tipo de bionda estilo Armco sigue estando vigente. No así ese inicio a lo hacha que es capaz de penetrar y atravesar el motor de cualquier turismo. 

Actualmente parten del suelo, o bien su inicio está compuesto de una bionda recurvada con el objetivo de detener la salida de vía de una forma menos trágica que literalmente atravesando medio coche. Y es que son una tragedia en fase de solfatara. 




La imagen del olvido... El tramo de salida a Madrid está hecho actualmente casi un puro andurrial. Se ha acabado estrechando a un carril, al haberse dejado que la vegetación se adueñe del lugar: una leve capa de riego asfáltico no es rival para la madre naturaleza. Se ven bien la moderna N-VI y la A-6, algo más allá. 

El estado es nefasto abriéndose a día de hoy ya agujeros, la rala capa de riego asfáltico se halla tan deteriorada que se deshace por pedazos y esparce la grava por toda la zona. Infausto destino el que está sufriendo ésta gran carretera nacional. 

La imagen siguiente es de otoño del año 2013. Su estado ha empeorado de forma dramática sólo durante los últimos dos lustros. 




Nos ocuparemos del Km 340 en una de las próximas entradas para ésta carretera. Antes veremos algo más. 




Una carretera nacional a la cual le voy a rendir un homenaje como se merece. Un homenaje real, para acabar por tener un auténtico recuerdo del pasado. No me valen para ello ninguna clase de macsunchamidas ni de medias tintas. Desde luego que no necesito grandes alabanzas por ello. Sí, que está bien que se reconozca tu trabajo... Bueno, hasta ahí de acuerdo. Pero es que ésto no es un trabajo, sino una vocación, es una forma de vida. 

Al no ser un trabajo, no lo veo con ánimo de lucro. No veo una afición y una manera de evadirte como un objetivo para obtener pingües y de ningún modo esperados ni deseados beneficios. Sencillamente, pues lo que te sienta bien y te gusta lo haces con el triple de ganas. 

La carretera, y salir ahí fuera por ella a disfrutar de toda una tarde junto a unos hondos abismos, en medio de una sierra o cordillera, al lado de sus profundos barrancos, respirando aire realmente sano, dando un paseo por la montaña, y en mi caso concreto, viviendo parte de la historia de un país, su historia del transporte por carretera, la historia vial y pasando por unas poblaciones que llegan a ser embaucadoras, pues ya es casi como que te toque una mina de platino. Es que la carretera no es, al menos en mi caso un medio de llegar a un destino: la carretera es el destino. 

De modo que vamos a continuar con éste bonito paseo porque desde luego, bien que merece la pena. 

Y así ha quedado el desaparecido 351. La absurda señal N-006 A ya ha sido retirada del lugar... Mejor así, al fin no hay riesgo de que nuestros ojos lloren sangre debido a la infame absurdez de la señal de nacional con el color de provincial y seguida de ese afijo que también es ridículo. 

Mejor un simple N-VIa como mandan los cánones, a pesar de tampoco estar muy de acuerdo pero sería mucho mejor sin duda, que esa indaleciada verdiblanca. 





Existe no obstante y muy cerca, una fuente que es una gozada durante el verano, dando ganas de bañarse dentro lo cual, siendo que existen por la zona algunas culebras que a veces se van a bañar en ella, dudo que sea muy buena idea... Yo sólo advierto.  







No está muy cercano, pero a colación de ésto. Éste verano se pudo ver así el hito del kilómetro 332 antiguo... Bien. No es la restauración más estricta del mundo. Pero bien se lo han currado, qué duda cabe, ¿o es que acaso merecía quedarse erosionado hasta el infinito? 




Lo que ya no está bien es la puñetera conchita de marras adherida a él. Que la colocasen sobre un poste o adherida a otra cosa, y ya si la añaden a un panel ajeno contando la historia de tal camino es que lo bordan. 



Y es que tampoco sería mucho pedir que lo hubiesen hecho algo mejor, tal y como el del 345. Una imagen anterior, por cierto, yo mismo al aparato. 




La pequeña y tranquilísima población que visitaremos ahora. Uno de esos lugares donde tras la aparición de la variante que va justo por fuera, se vio su travesía abocada a un lento pero inexorable éxodo. 

Lástima, porque éste es un pueblecito tranquilo y bonito. 




La capa de riego asfáltico, tan típica de la época como las líneas centrales amarillas. Así eran todas las carreteras entonces. Parecía que ninguna señal horizontal te impedía adelantar... Pero ojo a ésto: realmente tenían el mismo sentido que la actualmente llamada "señalización horizontal orientativa", o como se diga eso. 





Pero no es necesario olvidarnos de que debido a la creciente sinuosidad de la ruta misma, cada vez el tan inocente hecho de adelantar se iba dificultando más y más ya que las rectas eran cda vez más cortas y aumentaba poco a poco la cantidad de curvas. 

Así como las líneas centrales amarillas tan típicas, se pueden admirar de un vistazo los imponentes malecones de protección.




Así se hallaba el 332 hasta hace muy poco: olvidado y deslucido, nadie e prestaba apenas una atención que se hacía cada vez más necesaria. La restauración no ha sido demasiado fidedigna pero aún peor y de hecho inaceptable considero lo de la placa añadida, que nada tiene que ver en absoluto con la ruta nacional que nos concierne. Me reitero y repito, hacen falta paneles específicos. 




Ahí está la variante, justo arriba, mientras pasamos sobre un pequeño y poco caudaloso riachuelo. 





Y es que las carreteras se adaptaban al paisaje de la zona, llana o montañosa, por la cual discurrían. No había medios aún para tender grandes viaductos ni para meterle a una montaña tanto explosivo como para hacer un túnel de dos kilómetros. Hemos de recordar que eran trabajos manuales en su mayor parte. Manuales, cansados y sufridos. 

Tanto los que construyeron los Caminos Reales, como los Peones Camineros, desde luego se merecen todo nuestro respeto y reconocimiento. 




Ahora se ha reasfaltado todo el tramo, pero es que lo necesitaba. Así se hallaba hace una década, y hasta hace muy pocos años éste era su estado. 




La curva de salida del pueblo era peligrosa a más no poder debido a la tierra que caía desde su borde exterior descarnado y hecho grava debido al acentuado peralte. Hoy, por fortuna ya no da problemas. Se puede apreciar (en la zona) que allí hubo una malla de contención de la instrucción del año 1939. 




Y, cómo no, vemos el kilómetro 333, ya invadido por la vegetación cada vez más abundante. Situado a la orilla de la carretera, en ésta antigua travesía los árboles crecen alegremente pero no llegan a amenazar ni a invadir los carriles. Se le viene aplicando un cierto mantenimiento de manera consecuente, lo cual es un alivio. 




Justo aquí, he de hacer una pausa, recordando una anécdota que, además de curiosa, pudo haber llegado a ser muy peligrosa. 

⚠️ ⚠️ ⚠️ ⚠️ ⚠️ 

Fijarse en la marca superior nos lleva hasta ese punto. Justo al otro lado de la curva. 




De todos es sabido que hay que andarse con cuidado, pero lo que nadie se espera es lo que pasó cuando nos encontrábamos en esa curva, llegando a pie hasta ella ya que es la más antigua de las tres: la N-VI original. 

Una vez que nos hallábamos en el peralte, bastante notable de la misma curva, se oyó un gañido cercano. Era definitivamente y sin duda un sonido animal. Mirando en derredor, no se veía nada, hasta que menos de dos segundos después, se pudo oír algo que se abría pasó entre la vegetación. 

Fue entonces cuando una liebre salió cagando osties, cruzó a toda pastilla y se metió en la espesura seguida por un perro que la perseguía a toda leche en una actitud de velociraptor famélico. 

Ahí se disiparon las dudas. Ya me ves tú tomando aire en un microsegundo, poniendo las dos manos a lo megáfono 📣 y acto seguido abriendo la boca como un Smilodon y aullando a voz en cuello el que... ¡No disparen...! ¡¡¡¡NO DISPAREN!!!! 📣 

⚠️ ⚠️ ⚠️ ⚠️ ⚠️

Nadie apareció, no hubo curiosos, no hubo preguntas, nadie lloró... Pero sí que se oyeron una especie de pisotones atropellados a media distancia... No quise decir nada, por prudencia pasé del asunto, pero.... Ahí había, seguro, un cazador, blandiendo una escopeta como si fuese a encender un lanzamisiles, pero creo que el tipo al oírme porque aquel vozarrón se me oyó hasta en Becerreá (nunca mejor dicho), frenó en seco dejándose las suelas en el monte bajo y dejando una frenada de lo menos siete metros. 

Pero vamos, que poca broma cuando eres testigo de una escena de caza activa como aquella por mucho que durase un segundo. No fuera que en menos de una hora estuviéramos metidos en urgencias del Reina Sofía leonés víctimas de un dolor salvaje y con los esfínteres rellenos de plomo. 

⚠️ ⚠️ ⚠️ ⚠️ ⚠️ 

La siguiente travesía no ha gozado aún del mismo tratamiento ni cuidados, pero la posterior sí que ha sido reasfaltada. En Manzanal del Puerto, pueblo típico y bonito que intercambia su nombre con el puerto de montaña que tratamos aquí. Éste era su estado hasta hace menos de 5 años. El bordillo de marca CNFE aparecía para delimitar la plataforma e impedir que los materiales de la calzada se pudieran dispersar por los alrededores. Y sigue allí, por supuesto pero la nueva capa de asfalto se aplicó sobre él también. Un antiguo elemento que sigue brindando su función en varios lugares de la geografía española. 





Volvemos al trazado del viejo puerto. Tampoco nos hemos separado apenas de él. Cuestión de unos pocos minutinos. 🕒 




Sinuoso, peligroso y en un escarpado terreno, donde afortunadamente ya ha vuelto la vida salvaje a respirar más tranquila, así que ni ellos ni nosotros podemos fiarnos demasiado. 





Nosotros nos hemos encontrado con corzos, jabalíes incluso a veces con los jabatos detrás correteando, algún zorro y hasta alguna lechuza de respetable envergadura. No es que te vaya a salir un tiranosaurio, pero no resulta extraño que vayas por allí tan campante a tu bola conduciendo tranquilamente y tras haber pasado la mitad de la curva, veas un corzo que estaba allí tan pancho hasta que te ve y sale corriendo al monte bajo. 

Ya he visto un corzo cruzando la N-VI como si nada y, al otro lado del puerto regresando de Ponferrada en plena noche cerrada sin luna no pude evitar impactar a unos 72 Km/h contra uno que cruzó sin mirar y volarlo por los aires, quedándose esmorrao en el talud antes de levantarse medio colgao e irse lo más rápido que le dejaba el atolondramiento. 

En una ocasión posterior referiré un reciente encuentro con un jabalí que me salió al paso en la carretera más gozosa de Asturias. 




Éste hito de piedra CNFE fue retirado hace más de una década. Queda la imagen como breve homenaje a él. 




Cerca del cruce de la N-VI y la N-006 A, uno de los accesos de ésta última (desde Ponferrada) pasa sobre la plataforma de la más moderna. 





Un día de lluvia se ve bien esa curva de radio medio tendida en pleno Viaducto de La Retuerta. Hay más viaductos, ninguno de ellos demasiado grande. Los realmente masivos se encuentran más al noroeste, y de los cuales veremos algunos bien notables en posteriores publicaciones. 

Los arcenes aquí son escuetos, porque simplemente no era ni necesario ni práctico complicarse mucho más la vida... Están, que es lo que importa. En esa época, los grandes arcenes de hasta dos metros y medio no eran tan adecuados y quedaban reservados para las llanuras, la meseta y las zonas menos puñeteras, abismales y abruptas, geológicamente hablando. 

En zonas de alta montaña se permitía perfectamente abrir una carretera nueva con unos arcenes menos anchos, ya que en ello influían algunos factores. Primero, los desmontes y los tajos al terreno cuestan dinero, y más cuanto más terreno se corta y más material se mueve de un lugar a otro. Segundo, la antigua carretera se había convertido en un lugar terrible, viéndose durante años con un tráfico pesado que en la década de los 60 había aumentado más del 900%, y los firmes que estaban basados en un ralo riego asfáltico sobre el empedrado original sufrían las consecuencias de tal tráfico masivo. Tercero, sumado a ello el tráfico pesado propio de las obras de la nueva variante, todo el tramo del Puerto del Manzanal en su vertiente berciana acabó por quedar con la plataforma  destartalada y en un nefasto estado, prácticamente intransitable. 

La ruta Madrid Coruña tenía en éste punto uno de sus mayores y más perturbadores problemones. Tan sólo la apertura de la nueva variante pudo acabar con semejante situación. Como habitante de una ciudad enclavada en un lugar distante pero ciertamente convergente en muchos aspectos, como el de la sinuosidad de una ruta nacional que discurre entre mil montañas y barrancos, y que hasta 2013 no vio reemplazado el último tramo por la tan esperada autovía aun existiendo ya la sinuosa aunque mucho más ancha y algo menos sinuosa moderna carretera nacional, puedo dar fé de que aquello fue una absoluta y caótica locura. 




La muestra, el monumento, curioso como él solo. Ni bonito ni feo... Peculiar. Así era antes de que a algún infraser despreciable se le ocurriese llevarse la placa. Queda aquí pues, el documento gráfico del monumento. 





Y ahora veamos cómo el tráfico se las apaña en esa zona de la A-6, que parece habérsela metido con calzador en las montañas.
 





Eso sí, la forma de encajar la A-6 por la zona ha sido un trabajo draconiano. Cuando no va sobre un viaducto o por el interior de un túnel, lo hace en medio de un desmonte más que notable y que le pega un zarpazo a todo un monte cortándolo en dos cachos. Pero es que no había más remedio, a no ser que casi todo fuesen viaductos, que no es plan tampoco y tienen una vida limitada. 

La consecuencia directa, no es que sea una mala autovía, al contrario. Los tres carriles de subida sentido Astorga son muy agradecidos, y la anchura es muy buena. Pero ha acabado siendo un tramo de autovía que se desarrolla con aún más porcentaje de pendiente que la propia carretera nacional a la cual sustituye, estando la diferencia en alrededor del 1%, pero tal curiosidad es real, y ahí está. 




No es notable ni nada tampoco, lo de meterla de tal forma que el tajo al terreno se lo tuvieron que pegar justo al lado de la N-VI, quedándose allí un bonito acantilado sobre la nueva vía principal y estando protegido por la típica red de alambre que delimita las autopistas y que desde hace años, también delimita las autovías. 




El tráfico sólo se detuvo durante parte del primer semestre de 2020.

No cesa ni de día ni de noche. Pocas veces hay silencio absoluto aquí. 





La moderna y actual A-6 acapara casi absolutamente todo el tráfico de la ruta. Y lo del turismo que pasaba por la N-VI fue pura casualidad, aunque tampoco está desierta, ya que tampoco ella se duerme del todo. 

Una imagen vale más que mil palabras.
 



Durante aquel reportaje, el asfalto ya había perdido su resistencia estructural. Era una buena capa drenante y rugosa, un tipo de firme muy conveniente para lugares así, en los que a veces caen unas nevadas dantescas. Pero el tiempo le pasó factura, y las grietas crecían por doquier. Así, el agua helada penetraba por las grietas y la acción del hielo las  acabaría viendo recrecidas afectando cada vez más la adherencia y también perjudicando sobremanera el confort de marcha. Ello hacía algo incómodo y no muy recomendable pasar de los 80 Km/h durante las muchas curvas de medio radio que se hallan por todo el puerto. 

Afortunadamente todo ésto cambió durante 2018, y ahora rodar por aquí es más cómodo y seguro. 



Pero no hay que olvidarse de que nos hallamos en un puerto de montaña, y de que los guardarraíles siguen sin renovarse siendo la típica bionda de protección, beneficiándose tan sólo los postes de una protección más necesaria que el respirar. 

Vemos el tramo más antiguo en unas imágenes de mayo. Ya el solazo era fuerte, pero nada hacía presagiar la tremenda y cansina sequía que nos está castigando. 




El Viaducto de La Retuerta se hace protagonista de las vistas. Es él uno de los que contribuyeron a la notable mejora de ésta otrora saturada carretera de alta montaña. 




Y aunque existe un carril adicional para usarlo cuando nos sea posible o sea siempre que no adelantemos, éste se corta en plena CURVA de subida para dejar paso al tablero algo más estrecho de los viaductos. Peculiar es quedarse más que corto.
 



Afortunadamente el nuevo asfalto es más suave, menos ruidoso pero resulta igualmente drenante y levemente rugoso, habiéndose aplicado unas muy leves acanaladuras a la nueva capa de rodadura para que, junto con los peraltes y la pendiente propia del descenso, el agua de la lluvia se deslice hacia los laterales de la plataforma. 





En éste punto casi le asestó un zarpazo a la más antigua. Ésta, hace no mucho tiempo, se retiró unos pocos metros al norte, y poco a poco el guardarraíl de la curva original, con las agresiones meteorológicas, fue perdiendo poco a poco el material que lo sustentaba, hasta quedar ésta base hormigonada de algún poste casi, casi en el aire. 

Finalmente, en mayo, me los encontré ya todos retirados, con un guardarraíl totalmente nuevo colocado en su lugar y que, gracias a sus colocación más apartada del talud ya no corre peligro. 




Pues ya se podrían renovar así los guardarraíles en todo el tramo, que no es muy largo, y tampoco hay muchos. Del asfalto mejor ya no hablo. 






Hay unas buenas vistas de todo el paisaje berciano. Por escabroso que parezca el antiguo trazado (y así lo era), existían varios puntos en los que te podías detener para relajarte un poco, estirar las piernas, fumar un pitillo (cosa que jamás he entendido, ni entenderé, porque en éste mundo no hay cosa más apestosa que el tabaco...😒) y también relajarte de ir detrás de tanto camión, entre una caravana que iba creciendo por goteo al no poder adelantar casi nunca e irse acumulando los vehículos tras los camiones, cosa que para colmo en los últimos años de la década de los 60 aumentó de manera exponencial. 

Y no es el único símbolo de lo que ocurría en el Puerto del Manzanal. 

Volveremos muy pronto... 




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