La Ruta del Agua. Carreteras, Ríos y Embalses. 3ª parte: Los Barrios de Luna (II)

 Buenas tardes.

Continuamos donde lo dejamos, en la parte de la carretera a Mallo de Luna que parte tras la presa.

Enlace a la 1a parte del reportaje

Y vemos que en absoluto ha mejorado la situación.

 



Los perfiles de acero, que te pueden llegar a seccionar una extremidad, han sido protegidos con un recubrimiento, homologado o no, de chapa de acero, tan visto en otros lugares en los cuales los antiguos guardarraíles de postes en H, tan sumamente peligrosos, ueron protegidos de la misma manera, por ejemplo en la AP-66. 

Puede que te partas unos pocos huesos, pero a velocidades legales no tendrías por qué sufrir una amputación traumática si tienes la mala suerte de caerte de la moto en plena curva.

No obstante, no es oro todo lo que reluce. 




En éste caso, corres otro riesgo diferente y es que vas a ver, con un nivel de pasmo nunca antes alcanzado, que da igual el recubrimiento del perfil de acero ya que, si sufres el ya comentado percance, lo más probable es que un brazo se te quede ensartado allí cual pincho moruno. 

¿A nadie se le ha ocurrido cortar el sobrante de los pernos con una radial? Me parece increíble. 



No tiene ni pies ni cabeza semejante situación.  El guardarraíl más pésimo que he visto en toda mi vida sigue igual, y tan sólo el patético perfil de acero ha sido recubierto con un buenrollista recubrimiento (homologado o no) con el cual parece adaptado para que, por ejemplo, un motero no se seccione una pierna si tiene la mala fortuna de caer e impactar contra lo que, en apariencia, es un poste... 

Pues nada más lejos de la realidad. La birriosa protección esa, sigue siendo igual de birriosa que antes, solo que le han puesto la careta para parecer que está sonriente. 





Así que, lo digo muy en serio, los artífices de semejante atrocidad, basturrada y un atentado tal contra la lógica y la salud y seguridad de los usuarios de ésta carretera, os podéis ir al infierno. Preferiría que se mantuviese allí un anacrónico guardarraíl monoonda con sus postes de madera medio podridos a ver que semejante oda a la ignominia sigue allí colocada. 

Al menos el firme es bueno, la carretera de marras ya tiene denominación, porque el resto, como la más que cuestionable protección de los postes y el color más que ridículo de las carreteras locales de por allí, es no ya para darles de comer aparte no... Para no darles más de comer y emcerrarlos en la mazmorra secreta de un castillo medieval y arrojar la llave a una fundición. 

Y, ante una posible duda, sí, por todo el tramo de subida desde el río hasta la presa la situación del diabólico guardarraíl es la misma que la de las fotografías anteriores, con una protección de chapa anclada por tres cacho pernos a cada perfil de acero que trata de oficiar de poste. 





Que no os resulte extraño que los haya denominado como Los Churraíles de Luna. Tiene más que delito el asunto. 





Durante 2020, como ya he comentado, la carretera sobre la presa aún se hallaba cerrada por obras, pero durante 2021 ya se podía disfrutar de nuevo de las vistas sobre ella. 

Recuerdo que, al ver la presa cerrada, me negué en redondo a cruzar el río por abajo para subir a contemplar la presa por aquel andurrial endemoniado. ¿Que la habrían reparado para captar sin problemas el tráfico que debería ir por la presa? Quizás. Pero ni pensé en ello porque, ante semejante panorama, y la amenaza que suponía el andurrial endemoniado para la suspensión del coche y la poca cordura cerebral que ya me quedaba (😂😂😂), opté por quedarme junto a la presa en la CL-626 y disfrutar de las vistas desde allí. Por supuesto que me acuerdo de estar literalmente rezando por la entereza de los ocupantes de los vehículos que tuvieran que acercarse a Mallo de Luna. 






Las vistas son preciosas, el paisaje una gozada, y sobre todo recomiendo viajar allí en otoño. Octubre es el mes ideal, sobre todo las primeras semanas. Cuando las hojas comienzan a caer, cada árbol toma un color diferente, entre castaños, verdes y amarillos simplemente es un lugar adictivo, así de claro. 

Tan adictivo es allí, como lo pueda ser acercarse al embalse de Porma, al de Riaño, al del Ebro y, sobre todo, al gigantesco embalse de Alcántara con sus embalses secundarios, siendo con mucho el mayor de España. Aldeadávila, fronterizo y situado en una especie de cañón, ha de ser absolutamente espectacular. Y aún podría estar un rato diciendo algunos más, que no por ser más pequeños son menos bonitos o menos interesantes. De hecho, hay uno muy próximo al que tratamos, el de Selga de Ordás, ya con la LE-420 pasando a su vera, y poco antes de llegar a Secarejo, que es donde el río Luna y el Omaña ya se unen para conformar el Órbigo. 

De manera afortunada, la CL-626 fue finalizada con una señalización muy buena y, lo que es más importante, con unos guardarraíles decentes y totalmente instalados conformemente a las directivas de la Unión Europea, ya que, aunque los postes son en H están protegidos por un recubrimiento decente y sin pernos alevosos que sobresalgan, lo cual y para los conductores de turismos reduce en gran medida el peligro de que, en varios puntos, te lleves abajo el malecón contra el que has impactado, debido a que no contaban ni siquiera con varillas de refuerzo en su interior, estando tan sólo constituidos de piedra y la argamasa que las une, pero nadie tuvo en cuenta la cambiante meteorología de la zona en su tiempo, que va desgastando y resquebrajando la piedra cual tortura de la gota.

Aquí se hallan unas señales que conmemoran la puesta en marcha de las instalaciones de la presa, y que resultan interesantes para los observadores de la variada fauna ornitológica de la zona. 

Puede que no vayas a ver un dinosaurio, pero está claro que sus sucesores directos siguen entre nosotros, y en lugares así viven en la más absoluta prosperidad, volando, pescando, nadando, chapoteando felizmente, piando, cantando y algunos de ellos, con afiladas garras y un pico en forma de gancho que conforma unas mandíbulas profundas con gran presión de mordida, acechando a sus escurridizas presas, ocultos a la vista. 






Afortunadamente, los guardarraíles existentes al lado de la presa, junto a la que se ubica un próspero establecimiento hostelero, se hallan adaptados a los nuevos requerimientos. Sí, quizás se les podrían colocar algunos postes más, pero la renovación de la carretera se extendió a sus elementos de contención, que recibieron una adecuada protección de sus postes mediante nuevos anclajes a las biondas de aleación de acero. No se colocaron nuevos, pero sí se reutilizaron. Tras el grueso reafirmado de la carretera, con un asfaltado digno de tal denominación, lo suficientemente drenante y muy liso, al quedar más baja la bionda, ésta se colocó más alta gracias a la chapa de acero que protegía íntegramente sus postes. Así, se pudo conformar un nuevo guardarraíl, sin efectuar inversiones aún más costosas. Es de suponer que ésto se pueda abordar en el futuro. A día de hoy ya no hace apenas falta. Es una carretera por la que apenas pasan vehículos pesados de vez en cuando, siendo la mayoría camiones ligeros de distribución y alguno mediano muy ocasional. Y tampoco los autocares grandes son precisamente frecuentes por aquí. 







La CL-626 ha pasado unas décadas en unas muy malas condiciones. Pero se ha beneficiado de un tratamiento nunca antes visto, y aunque no parezca una moderna ruta nacional de gran tránsito, ni lo necesite, ahora resulta parte de un agradable trayecto. La espera parece haber merecido la pena. 





Ya más al sur, a partir de La Magdalena la LE-420 hace unos años que también protagonizó una mejora abismal siendo aún más estrecha, más peligrosa y más sinuosa, de tal forma que de ser un camino asfaltado de estrechos carriles, curvas enlazadas de pequeño radio, secciones sinuosas casi siniestras que parecían un sacacorchos y que las raíces de varios árboles del borde ya empezaban a dañar el borde de su plataforma sin arcenes, pasó en un breve lapso de tiempo a tener dos carriles decentes, recortar varias secciones peligrosas metiéndole unos buenos zarpazos al terreno y recubriendo las antiguas, dotándola de arcenes decentes, reducir ciertos rasantes muy delicados y asfaltarla y señalizarla como si se tratase de una carretera completamente nueva. Se terminó más tarde por reurbanizar sus travesías y colocar nuevas aceras, además de construir una nueva variante de trazado que evita tanto las poblaciones de Villanueva de Carrizo y Carrizo de La Ribera, como del estrecho puente de Ingeniería del Hierro que las une y que así, ha podido ser finalmente liberado del tráfico pesado. Así se conservará mejor. Aunque yo siempre evito la variante: es más sosa que una sopa de aire y es mucho más bonito ir por ambos pueblos. Sobre todo por ese puente de hierro. 

Allí donde los malecones se hallaban en mal estado o directamente pulverizados, la solución llegó de parte de un más que adecuado guardarraíl totalmente homologado a las directivas de la Unión Europea. 

¿Qué menos para una carretera autonómica importante de éste tipo? Desde luego es el mínimo, y todavía me reitero en un aumento de la cantidad de postes pero aún así resultan totalmente adecuados para proteger a los usuarios de ésta sinuosa carretera a los bordes de un embalse que recordemos, a veces y cuando está casi vacío es más un auténtico barranco. 



Espero que a nadie se le ocurra decirme que ve más adecuada la situación anterior, que muestro aquí con unas imágenes tomadas en 2010...








Bueno, y esos eran los que aún, con más o menos fortuna aguantaban en pie, porque algunos es que ni siquiera eso.





Lo del estado del asfalto, estando tan alabeado y hecho polvo que ni los peraltes de las curvas conseguían reducir los efectos de su deterioro ni aumentar ni un poco su adherencia, lo dejamos para otra ocasión... Eso creaba situaciones incómodas que si tenemos en cuenta la puzolana creada por el material que se iba desprendiendo de los malecones, se convertían en peligrosas al punto de que si las ruedas pisaban aquello, más de uno se salió recto y se los llevó por delante, cayendo de frente al riachuelo y quedándose esmorrao y volcado allí abajo, cuando no directamente precipitándose al embalse.






Y ni siquiera los hitos Peña se libraban del deterioro, ya que lejos de estar hechos de granito lo estaban del mismo material que los melecones... Dantesco. 


Afortunadamente aún quedan varios malecones en buen estado, y unos cuantos parecen un pretil continuo. 

Aquí a veces también hay biondas nuevas que los protegen. 




Aún recuerdo al dueño de un Renault 12 que durante los estiajes, como en aquel año lo andaba desarmando con una sierra y una maza, para juntar de nuevo y en seco todas las piezas del coche y así demostrar que lo había sacado de allí, para que le dejasen de llegar sanciones por contaminar las aguas. O sea, ¿sufres un accidente, no hay pretiles que te impidan caer al embalse, pierdes el coche y todavía te osan sancionar? Yo tengo muy claro que sí, lo saco de allí, no a base de sierra y maza pero lo saco, y a posteriori me vais a compensar más que de sobra todas las sanciones absurdas que me habéis hecho llegar. Os lo garantizo.  

No es extraño, teniendo en cuenta el estado de la carretera en aquellos años, y que durante los estiajes pudiera acceder a recuperarlo porque... Bueno, mirad las imágenes de 2017 en la zona y lo vais a comprender todo. 








El resto del lugar mantiene casi intacta su idiosincrasia, aunque también han existido ciertas leves variaciones. Incluso una pequeña zona de descanso que poco a poco se está escacharrando y cayendo al embalse ella solita. 

Que está muy bien poder estacionar, pero ya que te dedicas a ensanchar carriles, corta un poco por el otro, que hay espacio más que sobrado entre el carril y el talud para que baje un río, alma de cántaro.

No estaría mal que un turismo algo más ancho que un Chevrolet Matiz pudiera detenerse allí sin salirse al carril ni que fuera un poco. Tampoco hablo de meter allí un Mercedes-Benz Viano extralargo de casi 5,4 metros de longitud... ¿Eh? 




Así que lo de dejarlo visible y con un triángulo homologado a pocos metros quedaba fuera de toda duda, pero vamos, que me hizo una gracia de cero. 

No sé, ya que nos ponemos también estaría muy bien adecentar bien éste punto, ya no digo nada de colocar un ascensor PMR ♿ ni nada así pero hombre, asegurar arriba una buena base aunque sea más pequeña con hormigón armado, colocar una buena barandilla y proteger mejor esa escalera para poder conseguir una buena vista panorámica, sin sentir que te juegas el pellejo por conseguir unas buenas vistas sin la necesidad de subirte al monte por un camino rural de los que hay por la zona, y que tampoco abundan. 

No es una labor de ingeniería precisamente costosa ni exhaustiva, y a los visitantes seguro que te los ganas. Hay mucho y muy bueno que ver por la zona, os lo garantizo. 

Solo que si te subes allí durante un estiaje, el panorama ya no va a ser en absoluto agradable. No habrá una bella vista panorámica del embalse que te pueda compensar el notorio desasosiego de saber que has subido a ese otero del averno para no poder ni disfrutar del entorno, ni sentarte. 

¿Y por qué lo de otero del averno? 

Calma, que todo lo escrito aquí tiene sentido, ahora vamos con eso. 








Bien visibles son los muros de sillería sobre los que se asienta la carretera moderna que en sus tiempos, hace unos 70 años, supuso una buena obra de ingeniería aunque no todo les salió perfecto, y un buen quebradero de cabeza. 



Pero tampoco es que desde éste otero te puedas relajar del todo. 

El terrible estado del sitio. Ya me quedé de pie en la losa superior, porque no era buena idea ni pensar en bajar al sitio exacto, ya que hasta un escalón de acceso ha desaparecido (??????), y parte de la barandilla del banco también ha acabado cayendo abajo. 



Vamos hablando claro; que si no vas con el debido cuidado, tú también te irás a tomar por saco. 

¿A que se comprende bien ahora lo del otero del averno? Pues aún hay más. El acceso también peca de ser no ya precario sino incluso peligroso. Lo de colocar una simple barandilla de tipo barra cilíndrica para el acceso, creo que de acometer la reforma no estaría nada mal. 



Pues nada, que también me he visto en la tesitura de, con éste peculiar humor que me caracteriza desde hace largo, renombrar de manera definitiva el sitio exacto... 




Humor sí, pero bueno... El justo. 

Al final, es mejor bajar de allí con todo el cuidado posible antes de que la noche se nos eche encima, para poder relajarse de nuevo con las vistas del lugar. 

Yo me he prometido recorrer a pie la antigua C-623 durante uno de los próximos estiajes si tengo la menor oportunidad de hacerlo. 







Una pequeña zona de descanso nos permite relajarnos durante la merienda, habiendo una fuente justo al lado. 

Pero no pasa nada. He comentado que nos permite relajarnos. Y es cierto, ya que se halla en un estado de conservación poco menos que perfecto así que nada tiene que ver con el malhadado churraflermio draconiano anterior, así que bajad a disfrutar de las vistas. 









Esa fuente da poca agua, literalmente un chorro así que también puedes reponer tu provisión de líquido, bien en el establecimiento hostelero junto a la presa (Bar El Ventorrillo), bien bajando por aquel odioso andurrial diabólico recientemente restaurado, donde a su final abajo de todo podrás reabastecerte en una fuente junto al puente de lo que vuelve a ser el Río Luna, algo más al sur del pueblo de Barrios. 




Acercáos a disfrutar de un paraje precioso, espectacular, agradable y particularmente favorable, aunque espero que éste 2022 no se convierta finalmente en otro año de estiajes. Esperemos acontecimientos: y que las fuertes lluvias compensen la sequía de éste casi insoportable mes de julio. 








Volveremos muy pronto... 



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