La Ruta del Agua. Carreteras, Ríos y Embalses. 1ª parte

 Buenas tardes.


Iniciamos un viaje placentero como pocos, junto a cursos y grandes extensiones de agua, durante el verano y el otoño.

Disfrutando de unas agradables rutas, en ocasiones de alta montaña, que nos harán disfrutar de cada kilómetro recorrido. Podremos gozar de unas buenas vistas del entorno, y de un aire saludable, que aporta más oxígeno a nuestros pulmones.


No soy ecologista. Tampoco soy un despreocupado porcino que todo le da igual y se dedica a arrojar porquería por la ventanilla. 

La naturaleza se encarga de que algunos viajes sean, simplemente, placenteros. Desconectar del estrés y la rutina junto a grandes ríos y lagos, es sano y saludable. 

Y eso que vivo junto a la costa cantábrica, pero hay que reconocerlo, la cabra 🐐 tira al monte, que es donde más cómoda se siente: soy de los que, en verano abierto, disfrutan de la playa desde lo alto del acantilado.




Ahora vamos a irnos hacia Cuenca, así que ya os podéis untar con una crema solar de grado 60 al menos, y si la piel es sensible, llevar una manga larga ligera, basta una camisa de botones: durante el viaje a éste lugar, que se halla en otro reportaje próximo, decidí hacerlo así cuando ya me hallaba como un tomate 🍅

El Embalse de Alarcón, en un año próspero para la hidrología en España, 2013, durante el cual, de los seis que visité, sólo uno estaba a menos de la mitad, y por un defecto de diseño, del que luego trataremos.

Éste embalse dejó anegadas unas pequeñas partes de la ruta Madrid a Valencia, por lo cual, antes de su llenado, se optó por crear una nueva ruta, que discurre más al sur. 






Ya se deja ver cómo se hizo aquello. Pueblos como Olivares de Júcar y Olmedilla de Alarcón se quedaron sin carretera nacional, aunque conservaban relativamente buena conexión con ella, pero parte de su prosperidad quedó tajada por la mitad. Los pequeños puentes sobre los ríos se quedaron bajo las aguas: sólo sobresalen a la superficie en periodos de estiaje, durante una notable sequía.

Más allá, pero ya en el límite de las provincias de Cuenca y Valencia, se halla otro embalse notable, como también notable es la carretera que pasaba por allí antes de su construcción, ya que la nacional aprovechó la coronación de la presa para evolucionar a un trazado cientos de veces mejor... Lo trataremos en su momento.

Ahora veamos el Embalse de Contreras. Ésta es la presa secundaria, la del Collado. Durante el llenado del embalse, se descubrió que se filtraba agua por el muro, y desde entonces se decidió que el agua no llegase a tocar jamás esa presa. Por éste motivo, el embalse nunca pasará más allá de un mediocre 42%, más o menos. Para evitar que la presa se venga abajo, como en el desgraciado y luctuoso acontecimiento de Ribadelago. 



Pero ésta presa, la principal, por donde caen las aguas y el Cabriel vuelve a ser río, se halla en perfecto estado. 



Ésto es lo que se ve desde el mirador de lo alto de la presa... Una vista fantástica. El lugar es espectacular. Lo que pasa por el puente, es la antigua carretera, de la cual hablaremos largo y tendido. Bueno, sobre todo largo... La longitud que se ahorró, y el tiempo de viaje que se ahorraros desde entonces los conductores... La mayor parte, la inmensa mayor parte, de los 10 kilómetros que se recortó a la longitud total de la N-III, se hallaban en éste lugar. 



Ya alejándose hacia Valencia, todavía se puede disfrutar de una lejana vista que, con el zoom, se ve de qué se trata. El embalse, la presa, y la A-3 que pasa poco más allá. 




En cuanto a las vistas del propio embalse, también hay para quedarse allí un rato y disfrutar del entorno natural, de la fresca brisa que llega desde él, y ver las limpias aguas que, al poco, pasan bajo nuestros pies y vuelven a ser el Río Cabriel. 




Los viaductos de la A-3, claro. La autovía no suele ser, casi nunca, parte de mis reportajes, pero por qué vamos a despreciar las obras que se hicieron, tanto allí como en muchos puntos de España... No tiene sentido, así que ahí van y, por cierto, justo detrás se halla el recorrido del AVE, aunque apenas vais a poder verlo. 





Nos vamos a otro lugar, distante, en la provincia de León. Ésta vez, se trata de un puente, pero de uno que fue medio abandonado en favor de otro más ancho, más rápido y, sobre todo, más seguro. 

La anchura no es el principal problema si quieres conseguir un paso adecuado, lo es aún más la seguridad que te puede brindar. En una ruta transitada por donde pasan camiones, furgones y demás, pues es muy conveniente disponer de una barrera lateral adecuada. 

Y, si además puedes dejar el puente antiguo como paso peatonal, ya lo bordas. 👌 




Como se ve, la anchura no es muy limitada. El principal problema aquí, es que quitar esas barandillucas e instalar un sistema de contención mejor, aun siendo una trionda a cada lado, ya exige cierta labor de ingeniería, para que si un vehículo de cierta masa golpea las barreras, no se las lleve con él junto con parte de la estructura lateral. 





Y, por un buen motivo, lo mejor que se puede instalar, y la mejor idea, son muros de hormigón armado, y en la imagen está el principal motivo. Pasando por encima del viaducto nuevo. 



La seguridad no debe ser tomada a broma. Ya veis que las biondas del viaducto antiguo, que además sólo se hallan en sus accesos, son absurdamente bajas: ésto quizás sea la consecuencia directa de que, cuando una vez fue asfaltado para mejorar su firme, a nadie se le ocurrió elevar las biondas. 

No es un tema baladí cuando, justo debajo, espera un río que, no obstante, no pasa por su zona más profunda... 





Ya se ve el problema de haber dejado los guardarraíles como estaban, ¿no? 





Ahora eso sí, antes decía que haber dejado éste puente como peatonal era una gran idea pero, para colmo, sirve de acceso al coto de pesca y, lo mejor de lo mejor, ¡a la zona de BAÑO FLUVIAL que hay justo allí! 

Una genialidad. 👌 






Así que, por anacrónico que sea el antiguo viaducto sobre el Órbigo, tiene una gran utilidad, lo que desde luego no es poca cosa. Uno se alegra mucho de saber que las cosas siguen teniendo una labor. ¡Bravo! 





Y ahora, un vistazo por debajo, donde ve os şu estructura. Fue construido, imagino, basándose en uno de los modelos oficiales de la época del CNFE. Parece que el ensanche de las aceras forma parte de su estructura original. No se aprecian discontinuidades ni burdos agregados, así que es muy probable que date de, más o menos, 1930.




Y, ahora, vamos a visitar un canal. Situado en una carretera cuyo estado se merece la no menos curiosa denominación de escachanfrado. Estrecha y muy irregular, flanqueada por árboles y con algún rasante que, a alta velocidad, causa que la suspensión se hunda bastante al "aterrizar". 

Pero, al mismo tiempo, "disfruta" de algunos esteechamientos que, no obstante, durante el verano de 2021 me hicieron detenerme. El motivo... Parecía que el nivel del agua iba a empezar a rebosar en cualquier momento. 

Pero no. Aquello está calculado al centímetro. Que sí, el puente es basto como un sándwich de cemento, y que sólo un malecón a cada extremo no es suficiente (de hecho, un ramo situado a pocos metros indicaba un fatal accidente reciente 😔), y que la barandilla es poco menos que ridícula, aunque basta estacionar fuera de la calzada (hay espacio de sobra) y descender del coche para que sea una gozada de sitio. 




Cerca, cerca del tablero... Casi lo pasa rozando. Pero qué aguas, redios... Literalmente, a veces da mini-rabia no llevar un bañador y crema solar en el cacho maletero que tiene ese coche. 





Y además, la ligera brisa alivia a bastante, junto al hecho de que el ocaso ya se hallaba cercano. 




Reitero, una gozada. 

Cerca de allí, ya en una carretera autonómica, que se denominaba C-621 por lo cual apenas ha cambiado nada, pero que hace pocos años se benefició de un asfaltado integral y un ensanchamiento de los que hasta entonces eran arcenes para caracoles, se halla un conocido microclima que toma el nombre de ésta población. 

No voy a echarme flores, no me las merezco. Pero la banda reflectante homologada que se ve en la barandilla, fui yo quien se la coloqué. Me sobraban tres tras haber señalizado una labor bastante notable de desbroce, no muy lejos en la casa de verano, así que, ¿por qué no? 







Lo importante aquí, el tema de ésta entrada, es el agua. Miles y miles de litros de agua. El Canal de Matalobos también estaba pletórico. Ya os aseguro yo que no faltaba regadío durante el mes de julio de 2021. Pude, si me hubiera apetecido, abrir las compuertas que dan a nuestra finca, pero no era en absoluto necesario. Sí lo hice varias veces durante 2018, un año que también fue generoso durante el verano, no como el anterior que la zona de Santa María del Páramo hacia que su nombre compuesto cobrase todo su sentido. 




Y, por mucho que la denominación alfanumérica de las carreteras llegase para quedarse, persisten las denominaciones decimonónicas, cosa que es más frecuente de lo que pueda parecer. 


Antes de un nuevo episodio, y sin salir de la provincia, pero ésta vez en la antigua C-622. Hoy, la variante de población se llama, inocuamente, CL-622. Sabiamente, optaron por denominarlas sin molerse los sesos, cosa que también nos beneficia a los conductores, y que agradecemos sobremanera aunque, en éste caso concreto, sólo sea CL-622 hasta La Bañeza, porque el resto, que llega casi hasta Sanabria, es carretera autonómica de 2° orden, vamos, la carretera provincial con postes kilométricos verdes, para entendernos. 




El puente, sencillo y funcional, va sobre un bonito curso de agua, en el cual la vida brilla por su esplendor. Como espléndido era el simple hecho de estar allí para visitarlo, ya que además nunca me había detenido allí y era el mejor verano que conocí en años, junto con la gozada de 2018 que también tuvimos. 





Es curiosa la manera de ensanche, sin tocar para nada la estructura del puente, simplemente quitando las barandillas, añadiendo una plataforma sólida y consistente a cada lado, y colocando una especie de bordillo metálico algo más alto. Ello es una buenísima idea en un lugar que, en la actualidad, es una carretera exclusivamente local. 







La anchura de la calzada entre las barreras metálicas, que he preferido llamarlos como una especie de sucedáneos de bordillos elevados al ser las más pequeñas que hasta el día de hoy he conocido, sigue siendo la misma que cuando el puentecito no estaba reformado. Tiene lógica que las señales de paso preferente sigan allí, siendo perfectamente actuales. 



Hay más, así que os espero en un próximo episodio sobre el tema. 

Nos vemos muy pronto... 

Comentarios

Entradas populares de este blog

N-632 y aledaños (8ª Parte). Agradable y encantador paseo costero.

Arnao. Un lugar por descubrir. Ferrocarril, Carretera, Industria y Geología. 4 en 1. 5ª Parte: Restauración del Túnel en activo

Kassböhrer Golden Eagle y Silver Eagle. Los Setra norteamericanos y el inicio del éxito de Setra USA