N-630a. Tramos de El Tueiro, La Gotera y La Vid

Buenos días. 

Existe una zona de ésta carretera nacional que, en la provincia leonesa, ha sufrido varias mejoras durante las últimas décadas.

Por ejemplo, la construcción de túneles para salvar las dificultades orográficas existentes, que dejaban a la carretera original serpenteando entre el río y la montaña en unos auténticos cañones en miniatura.

Así, hace unas décadas se abrieron al tráfico los túneles Tueiro y La Gotera: se accedía a éstos mediante puentes sobre el río.

Veamos el tramo del Tueiro, que no por ser mucho más corto era más sencillo.

Recordad, pinchad sobre las imágenes para verlas con la calidad adecuada. 

Y es que el mayor motivo de abrir un túnel era un malhadado estrechamiento forzoso de la calzada, que ni dos turismos medianos en paralelo tenían garantías de cruzarse por allí. 

Endemoniado. 

Seguramente os estéis preguntando a qué se debe semejante cantidad de muros de hormigón, ¿verdad?

Pues a una reforma integral, ya que durante el año 2017 ambos túneles fueron cortados al tráfico, porque los puentes que daban acceso a ellos ya necesitaban ser reconstruidos y con carácter urgente.

Se asfaltaron integralmente los dos antiguos tramos y se balizaron, se señalizaron mejor y sobre todo, atendiendo a las necesidades de un nivel de tráfico mucho mayor se protegieron mediante éstos muros, muy similares a los New Jersey pero cuya parte inferior está diseñada para devolver a la calzada a un vehículo ligero que se salga del trazado.

No olvidemos que el río va justo al lado y debajo, y que antes las protecciones eran unos entrañables pero anacrónicos malecones y algunas biondas donde ésos se habían venido abajo, o habían sido golpeados y tirados al río (en alguna ocasión, junto con el vehículo).

De hecho, el estado de ambos tramos durante 2010 era éste...

Así que la mejora fue notable. 

Veamos ahora el estado actual del tramo de La Gotera. Las imágenes son de ayer, día 27 de mayo. 

Ambos subtramos pueden volver a ser utilizados en el caso de que un túnel se vea cerrado de nuevo, y todo gracias al reacondicionamiento realizado. 

El nombre de éste túnel se debe al encantador caserío, habitado y muy bonito que se halla junto a la antigua carretera nacional: el Diseminado de La Gotera. En algunos mapas figura cual caserío o similar, no obstante pero me limito a transcribir lo que figura en el panel que existe en el mismo lugar. 

Así pues, seguimos y llegamos a La Vid de Gordón sin novedades, pero salvo que recorramos a pie la zona no nos daremos ni cuenta de lo que hay junto a la intersección con la N-630 moderna.

Y no me refiero al ya inaccesible y peor que ruinoso edificio de la antigua estación de ferrocarril de Ciñera.

Ningún tren volverá a parar ya jamás en ésta antigua estación ferroviaria.

Aquí hay algo más. Es tan pequeño que por eso pasa inadvertido. Se trata del Puente del Campar. 

Si está tan dañado, es porque, durante la infausta y cruenta Guerra Civil lo bombardearon con dos obuses. Y aún así estaba tan bien hecho que ahora, casi 85 años después, sigue en pie. 

 

Aquí se puede contemplar bien que durante el CNFE fue ensanchado mediante voladizos. Las barras de la estructura lateral eran el refuerzo que sostenía esa obra de actualización, y le añadieron más de metro y medio de anchura ya que se quedaba escaso para el creciente tránsito de los modernos vehículos motorizados. 

Y entonces, menos de una década después... Se acabó todo. 

Algo a tener en cuenta es que parece una muy buena zona de pesca. No es de extrañar ya que fueron vistas varias personas en ésta tarea, y con las aguas casi cristalinas que discurren por allí lo raro sería que no hubiera pescadores... 

En la última imagen, vemos la ruina del puente, que es de un ojo, desde el que se construyó en paralelo justo al lado para reemplazarlo, y que tiene dos ojos.

Pues ahora, si os apetece subamos unos cuantos metros por una senda peatonal en la montaña, para poder verlo mejor.

Desde luego curiosa la barandilla peatonal, una bionda que sería más adecuada en una carretera, soldada a los postes de la barandilla. 

El paisaje de la zona, y además con la meteorología tan estupenda de la jornada de ayer, con un solazo considerable pero un vientecillo aliviado era muy agradable y gozoso, y junto a la vista desde allí a ambas calzadas, el bonito pueblo de La Vid y, si tienes un poco de paciencia y algo más de suerte, el paso de un Talgo 250 (AVE) junto a la modernísima N-630 pasando sin detenerse junto al ruinoso edificio de la antigua estación se convierte en un auténtico deleite para los sentidos.

Un ejemplo de algo inesperado, una fotografía que iba dedicada a la N-630 en el puerto de Pajares y que acabó por convertirse en un icono, ya que aún se puede adivinar la antigua cinta de asfalto del paso a nivel que existía justo allí, antes de elevar la carretera por encima de las vías.

La carretera te depara éste tipo de sorpresas, te eleva con sus fuertes pendientes a un estado casi hipnótico, y te da el placer de descubrir, en ocasiones, grandes momentos. 

Unos paisajes sobrecogedores, una gastronomía excelsa, unas playas y costas paradisíacas, y mucho más. Todo ésto nos espera ahí fuera. 

Volveremos muy pronto...