Buenas noches a todos.
Nos vamos más cerca en ésta ocasión. En pleno centro de Asturias se pueden encontrar tesoros del pasado por donde es posible pasear.
En éste caso es pequeño, pero porque el curso de agua que ha de salvar tampoco es precisamente caudaloso.
No obstante, antes de llegar a él - si viajamos en sentido Santander podremos encontrar otro signo más del pasado de ésta vieja carretera nacional.
Efectivamente, un paso a nivel en activo y con su tráfico nos recuerda que también era un punto peligroso, no sólo por la intensidad del tráfico que pasaba al día por el centro de la localidad.
Las barreras y los semáforos se mantienen en buen estado, y más vale que así siga siendo. Porque esos ferrocarriles tienen bastante movimiento.
Por el puente que se ve de al fondo discurre la que es la actual carretera. Pero no es necesario viajar con prisas porque todo ésto es zona periurbana y el límite de velocidad es bastante estricto.
Y nuestra breve visita a la travesía, hoy vía local acaba aquí pero nos vamos a desplazar sólo unos metros para dar con el motivo de la visita y que presenta un estado espléndido.
Un puente medieval nos espera. Veamos antes una breve reseña histórica del lugar.
Aquí estamos ya, viendo el camino principal de aquella época y hollándolo con nuestro calzado.
Frente a nosotros discurre la recta a la salida del viejo puente y que se une más allá con la variante de éste viejo trazado.
Nos metemos de lleno en el tablero del puente, así vemos el río Nora que discurre por debajo. Durante el invierno la vegetación tampoco plantea ningún problema para verlo, afortunadamente ya que en el verano a veces se recrece mucho entre desbroces.
Y lo siguiente es echarle un vistazo de cerca a ésta característica estructura pétrea.
El serio estrechamiento que provocaba el puente no era problemático entonces, hasta que el tráfico poco después empezó a aumentar exponencialmente. No dio sin embargo tiempo para que supusiera todo un problemón al construir la actual variante, que aquí figura en forma de puente aproximadamente tres veces más ancho ya que no tiene arcenes y sólo las líneas continuas de borde antes de las protecciones de doble bionda.
Recibió años más tarde un leve voladizo con el que se pudo ensanchar algo su calzada, pero apenas se vio afectado por ello.
Éste Alsa es un vehículo casi ligero comparado con los que pueden pasar sobre él, ya que Siero es uno de los concejos asturianos más importantes si nos referimos a polígonos industriales y también deben dar un adecuado servicio a las poblaciones que se encuentran por la zona.
Una vez visto éste encantador lugar, partiremos a Oviedo o bien en sentido Santander pudiendo ésto llevarlo a cabo por el antiguo Camino Real del cual quedan bastantes vestigios.
Volveremos muy pronto.
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