N-632 y Aledaños (7ª parte). Un Viaje por el Recuerdo. C-634. 💺💺 Los Canapés de Carlos III 🤴

 Buenas noches.

Hállase emplazado en las afueras de aquesta villa un bello monumento erigido hace varios siglos, que ya en nuestros tiempos luce tras una esperada restauración un poco menos lustroso de lo que merecería tal efemérides. 

Llégase a éste punto por un camino de piedra, por el cual años ha rodaba por sus raíles dispuestos a tal efecto el servicio del tranvía eléctrico, que con sus catenarias y cables fue hace décadas reemplazado por unos vehículos que ruedan sin caballos, sin voltios ni similar, ya que sucedió entonces que con la mera ayuda del gasóleo los autobuses urbanos llegaron para quedarse. 

Así la Avenida de Oviedo se encontró sin uso, que no mucho después fue reducido al minúsculo tras la construcción de una nueva calle que con enormes medios se logró adecuar con la anchura notable de dos calzadas juntas. Lo que actualmente se llama avenida de cuatro carriles. 

Por donde tales autobuses bien podrían y de hecho pueden rodar cuatro en paralelo de ser menester. 

Malecones y pretiles, decimonónicos y pétreos han visto cómo fueron acompañados de bancos para el reposo y esparcimiento de los transeúntes que a pie recorren aún éste lugar, antaño muy afuera ya del núcleo urbano de la pequeña villa. 

Una villa que parece ya toda una ciudad. 

Llégase por ésta sólida vía a la vieja construcción que a tal personalidad se le dedicara. 

Nótase poco en el pétreo monumental par de canapés los que le dan nombre al actual barrio, el tallado de las frases que fé pueden dar aún de la visita del Rey Carlos IIIº. 

Pero aún apreciará el trabajado cincelado de los vocablos acercándose Vuecencia de preferir el contemplarlos a una más reducida distancia de ellos. 

Nótase así con más sencillez lo que en aqueste pétreo y sólido par de Canapés fuera consignado.

Asiéntanse sobre un lugar de la antigua Carretera de Oviedo, y Camino Real a Oviedo el cual ya no es más un simple camino, ni hállase lejos de localidad alguna, al contrario forma parte del entramado de calles del recrecido municipio avilesino. 

Al objeto de que con una mejor sencillez apréciese lo aquí descrito, servidor hubo considerado más oportuno el destacar con éstos cuasi mágicos y no menos sencillos métodos de repintado a aquella antigua descripción de lo que se vivió en aqueste punto de la ahora localidad de Avilés, otrora Villa, y que hubo crecido de un poblado costero a casi las 105.000 almas hace unos cuarenta años. 

Finalmente continúase denominando Villa, tanto por historia como por los diversos avatares y acontecimientos acaecidos en años anteriores a ésta casi mágica por sencilla y rápida talla. 

Lejos de permanecer en medio de ninguna parte y con la graciosa presencia de un caserío a su vera, el lugar se encuentra protegido bajo las sombras de un gigante que en los tiempos de hoy, no resulta nada gigante. 

Hállase empequeñecido por una multitud de puentes todos ellos de una tipología muy moderna y de gran fortaleza y durabilidad, dispersos por las tierras de éste bello y alegre País. 

Descúbrese echando la vista a unos mapas bien puestos al día, que ésto nada tiene ya de Camino Real, de Carretera, de nada. Encuéntrase conque la ulteriormente llamada Comarcal 634 siendo así de segundo orden, se dejó al lado por la aparición de la AS-17 que también es ésta de segundo orden. 

La vía que pasa sobre el recio puente sin embargo es Nacional. Es así una vía de primer orden y que décadas ha reemplazó a la nacional de la misma condición que discurre aún por el centro urbano, al haberse recrecido éste considerablemente. 

Interrumpe no obstante al viejo Camino Real una moderna carretera también de tipo nacional, y que une la carretera principal con las instalaciones de la zona portuaria de la localidad. 

La mayor parte de tales cambios, que bien pasarían por dramáticos tuvieron lugar en no más de siete décadas. 

Un transeúnte de aquella época, anterior al lustro de asentamiento de la industria pesada no podría pues reconocer su propia localidad. 

Parece pues así que el ocaso ciérnase sobre todo el lugar ya descrito, mas es por fortuna uno después del cual nacerá un día mejor y más benevolente.

Volveremos muy pronto.