N-VI. Madrid a Coruña. 9ª parte. Travesías y Tramos Dispersos. Bonito pueblo en la Meseta

 Buenas tardes.



En ésta ocasión visitaremos un corto tramo de una bonita localidad castellanoleonesa que hace unas décadas quedó dejado de lado por una amplia, recta y moderna variante. 

También su acceso hacia Madrid es diferente. Las dos curvas abiertas quedaron cortadas y ya fueron reemplazadas por el inicio de la nueva recta. 




La amplia y poco problemática curva, aun siendo la calzada estrecha no daba mayores motivos de queja. En esa vieja curva existe el antiguo acceso a un pueblo, que hoy es una carretera local y la vieja curva se halla olvidada. 




Aquí el punto exacto del cruce, que hoy sirve a dos pueblos uno de los cuales visitaremos. El otro no forma parte de la ruta, a pesar de lo cual también fue brevemente recorrido.

Así, vamos por una recta elevada sobre el terreno, bien protegida por malecones si bien alguna guillotina en fase de solfatara ha reemplazado a alguno que había caído abajo por algún accidente. 






El silencio no es nunca absoluto ni de noche, ya que éste tramo se sitúa entre la A-6 y la N-VI. Ambas son desde aquí bien visibles. 





En éste cruce, el moderno no hay problema salvo que ya se encuentra desgastado, y no estaría mal un buen repintado ya que no se ve bien si se permite o no hacer cambio de sentido. Así que me he permitido hacer una mejora con el sencillo editor del móvil. Sí, ésto ha sido hecho con un lápiz táctil aunque me sería mejor utilizar un lápiz óptico, pero ahí está. 

El cambio de sentido para volver hacia el noroeste no está permitido: para ello, es necesario acceder por la entrada de la otra parte del pueblo, que veremos en unos minutos. 




En la anterior calzada que precede al cruce, nadie pasa ya: su acceso está cortado así que estamos solos. 




Éste es el inicio de la zona cortada por la nueva variante del trazado. Aquí no pasa ni cristo ya que estoy seguro de que perdió las sandalias en otro lugar algo menos olvidado. 





Aquí se ve el corte de la calzada vieja. Otro absurdo ya que bien podría ser de acceso a un pueblecito próximo, que se hace por la nueva intersección en X ya vista. 




Deterioro, dejadez, desidia y olvido. Y aún así es transitable casi sin traba alguna; para visitarlo está bien. 






En ésta siguiente curva se hallaba la intersección con la que es ahora una carretera local desde el cruce nuevo y que va al otro pueblecito cercano y es prácticamente una aldea. 




Así, tras pasar el cruce los malecones siguen y además existe un hito que toma el lugar de uno de ellos: resulta tan o más pesado que un malecón así que no hay que subestimar su poder de protección frente a una caída ya que seguimos rodando en terreno más elevado que el circundante. Ojo, mucho ojo con ésto. 

Un hito de granito de éste tamaño no creo que baje de la tonelada y media. No pretendo meterlos en una pesa ni carretarlos hasta una báscula de esas para csmiones: me basta cona mera suposición. El dato si eso que me lo dé quien corresponda. Y todavía los había mayores y más pesados, como los miriamétricos que eran mayores con bastante diferencia. 






Ahora, una vez en el pueblo pasamos por un paso estrecho, precisamente el viejo puente de arcos sobre el río. Éste en verano de 2017 no parecía sufrir demasiado la sequía reinante, pero la mayor parte de la provincia no podía decir lo mismo. 





Los viejos guardarruedas y los no menos típicos malecones nos siguen protegiendo, quizá mejor que nunca ya que se ven bien de noche gracias a su repintado. 






No parece éste haber sido uno de los pasos más conflictivos de la Madrid a Coruña, pero también hay que saber que se encuentra ensanchado con voladizos. Antiguamente seguro que tenía un pretil continuo que era preferible a semejantes barandillas. 






Sí se instalaron muretes, pero alguno ya se ha llevado uno por delante tirándolo abajo y además con total seguridad siniestrando el automóvil. En 2018 apareció otro demolido y era del triple de tamaño, cosa que no augura nada bueno para quien ocupase el automóvil que impactó contra él y que al parecer cayó con el malecón allá abajo. Y aún así, con su masa pudieron contener lo suficiente en el pasado a bastantes vehículos para que no cayeran abajo y así no producir una más que asegurada tragedia. 

Pero no nos llevemos a engaño. En la actualidad vivimos en una época de vehículos que pesan alrededor de la tonelada y media y eso los turismos compactos (un Berlingo HDI 90 de 2010 y de acabado intermedio es lo que pesa). También sus estructuras y sistemas de retención son eficaces en grado sumo. 

Pero durante los años 70 no era infrecuente rodar por lugares así con coches con el volante rígido, que no tenían una columna de dirección colapsable y así actuaba de arpón, ni existían estructuras deformables en la inmensa mayoría de turismos de la época. Tampoco los cinturones de la época eran más que una banda de color negro bienintencionada y cuyo carrete se bloqueaba de un tirón, por ejemplo el producido por un golpe. 

Y aún peor era la situación de los muy añorados y queridos 600 los que sólo tenían un cinturón de bandolera que iba del hombro al broche; no había ni la banda ventral para la cadera. En tales coches, tan bonitos, recordados y añorados pero que ahora en todas las pruebas de colisión bien podrían obtener la puntuación de ataúdes con ruedas, si ya llevarse una hostia de morros contra un malecón era más que peligroso (ese frontal de fierro la verdad que mete miedo), caer abajo en un mal ángulo era sentenciarse. E ibas a resbalar en el asfalto picado de aquellos años, darle tal ostión al muro que te ibas sí o sí a caer junto con el pedrolo ese y joderte la vida si no respetabas unos límites más que aconsejables. 

Ha costado décadas llegar al punto actual, y aún así jamás debemos ir por ahí como en un videojuego que te matas y vuelves a empezar. Un mal vuelco desde la altura de éste puente o un mal golpe contra un árbol a 75 Km/h bien pueden segarte la vida. 

Mala idea hacer el cafre por aquí ya que de haber tenido la mala suerte de golpear la barandilla, seguramente la atravieses y entonces ya estaríamos hablando de una larga temporada en el hospital, cuando no una tragedia. 

Como se le ocurriera al coche caer ahí abajo sobre el techo... Se acabó. Casi era preferible darse un baño en el río y salir pingando, medio xelao, como una sopa y que te tuvieran que proporcionar ropa nueva tras verte sin coche, sin equipaje y en medio del Páramo leonés. 

¿Solución salomónica? Conduce con precaución, paspán. ¿A que así no te pasa nunca nada? Pues eso: deja de hacer el mongolo y el móvil quieto en el interior del apoyacodos.

Paspán. 





La mayoría allí siguen y son bien visibles en la aproximación a éste bien bonito viaducto, conque no hay problemas al respecto. 




También las veteranas señales siguen plenamente vigentes y visibles, y aún más teniendo en cuenta la actual limitación de velocidad en la travesía del poblado. 

Nada diré del consejo de respetar las indicaciones pertinentes, ni aquí ni donde exista una bionda que desde luego tampoco es la panacea. En el caso de los muros de hormigón, sólo cabe el quedar prensado contra ellos así que ya sabemos cómo ir por ahí fuera eh, que ya somos mayorinos. 




Una vez dejado atrás el tan bello puente, vamos a la otra parte del pueblo y visitemos su acceso, que también se halla cortado y ya es necesario entrar por una calle casi perpendicular a la carretera nacional lo cual es sin duda bastante más peligroso que el haber aprovechado la calzada original como carril de deceleración. A veces pienso que el ceburtinio de turno que con un criterio incomprensible toma como decisión semejantes mequetrefadas no es más tonto porque le faltan horas al día. 

Desde luego, con tal carrilazo de incorporación hacia el noroeste debieron de hacer la prueba con un Ferrari F40... En fin... 





Por si no fuese suficiente con la más que real posibilidad de caer de techo desde el puente siendo que el coche bien podría ser rescatado como un roadster de bulevar con la adición de una barra antivuelco, o con la opción de hacer oposiciones a sacarnos el volante de la caja torácica dentro de un quirófano, también cabe la otra posibilidad de ser embestido de lado y así conseguir un coche apto para un callejón; pues aquí también existía la no menos llamativa idea de hacer que nos pusieran el equipaje cual mochila y que ésto nos lo pudieran convalidar como porteadores de alta montaña tibetanos. 

Se ha mejorado mucho la seguridad de los viaductos (y sobre todo tras la época de la raquítica barra cilíndrica esa), con unos muros y unos arcenes que parece que vayamos por la pista de un aeropuerto; y es casi imposible un letal despeñamiento desde la enorme altura del tablero de un viaducto. Los únicos pasos a nivel se hallan en travesías que ya han sido liberadas por nuevas variantes. Sólo nos falta lo de cambiar unas pocas cosillas... 

¿Hacemos el favor de mejorar ya éstas intersecciones y prohibir el adelantamiento de una vez en sus proximidades? ¿O también nos vais a culpar de que suceda una tragedia más en un lugar así? No, yo ya no pienso tolerarlo. Ni tampoco la aparición de otra rotonda diabólica más de esas que llenan talleres de chapa y pintura hasta los topes. ⚠️

ÉSTO es lo que debió hacerse allí y en centenares sino miles de cruces similares:




Paseando por el tan absurdamente cortado acceso sureste... Nos vamos a volver a centrar en lo bonito tras la consecuente borrasca collejas. 





Pues nada, aquí estamos de nuevo viendo pasar el ya escaso tráfico del páramo desde la vieja carretera nacional. Cierto que es mucho más adecuada por anchura, que no está lejos de ser el doble gracias a los arcenes. Y eso que la vieja no es en absoluto estrecha. 

Cómo no, momento BerliBerli padre e hijo. También el moderno pasa por la nueva, y la imagen tomada desde el nuestro y que data de 2005. Son unas curiosas coincidencias. 




La anchura de la vieja carretera no es en absoluto para recriminar. Peor y mucho era en otros lugares del país, como hemos visto y veremos. 




Siguen las típicas y ya obsoletas antiguas marcas viales amarillas que en los 70 iban siendo sustituidas en los años 70, y se ven la mar de bien aún y bien delimitan los dos carriles de circulación. Ésta parte aún tiene algún uso para fincas y cotos que existen por toda la zona. 



A pesar de la adición de una acera, el resto se conserva bien e incluso la veterana señal de entrada a población sigue allí lo cual nunca está de más y sobre todo de noche o con mala meteorología (no sé si me gustaría estar ahora mismo viviendo allí, teniendo en cuenta el temporal que azota el noroeste del país y que no sé muy bien si ha llegado fuerte por la zona...). 





Ésta era la situación en 2017, pero un solo año después tuve la agradable sorpresa de encontrarme reasfaltado todo el tramo salvo ésta última parte que hemos visto. Además no existía sequía alguna siendo un año MUY generoso con el agua, así que fue doblemente agradable. 





Cómo no, el malecón que antes decía que habían golpeado y bien basta tal hostia para siniestrar casi cualquier turismo mediano. Poca broma ya que ese árbol también fue arrancado de cuajo y precipitado al rocoso terreno que espera abajo por más incautos. 





Era una gozada además la leve brisa existente en el curso del río. No dudé en quedarme algo más de tiempo y así pude ver bien cómo fue ampliado el bello puente medieval, disfrutar del lindo paisaje y hasta ver algunas personas ociosas que hacían buen uso de las cercanas instalaciones deportivas a pesar de ser las horas centrales del día. 





Horas centrales, sí y en agosto pero redios, qué somanta de minutos de disfrute con la brisa del río. Era para comprarse una casa ahí mismo y de vez en cuando venir a gozarse éste lugar. Menos mal que nuestra casa de pueblo se encuentra no lejos y casi a orillas del mismo río. Qué disfrute. 






Al fondo se ve la variante de la N-VI que llevó a una mejora inmensa en los tiempos de viaje, la seguridad del trazado en sí, la comodidad al no tener que vapulear constantemente el cambio de marchas y aún más el no tener que vérselas con las pestosas vaharadas sulfurosas de los constantes camiones que en las rectas tan pequeñas y que sólo eran la unión de dos curvas aceleraban una y otra vez causando no pocas molestias a sus "seguidores". 

¡Y ahora no aceptamos que nadie se fume un pitillo en el coche a ventana abierta!, ni siquiera aceptamos casi a ningún fumador en nuestro entorno. Algo lógico pero aún así la diferencia entre ambas situaciones es abismal. Casi lo "mejor" en aquellos años era el tener que viajar a ventana cerrada con el más que apestoso aroma del puto pitillo dando vueltas por el habitáculo. 😂 





Incluso me distraje tanto en esa ocasión que pude disfrutar de la visión de éstos elementos con solera de los pueblos de la ruta. Un ejemplo es la tan típica iglesia, así como el no menos significativo nombre de la propia travesía y que habla bien a las claras de aquel relevante pasado. También han sido recordados los tan típicos y ya escasos anuncios de las rutas de antaño, que poco a poco fueron sustituidos por unos paneles metálicos más grandes pero también más sosos que una sopa de aire. 






Éste ejemplo de anuncio es más que evocador. Los demás como eel Nitrato de Chile, Philips AutoRadio, y otros tantos son un recuerdo de cómo era el viajar por aquellas carreteras nacionales otrora tan saturadas y por las que tantas horas se solía tardar en llegar a nuestro destino, muchas veces haciendo unas cuantas paradas intermedias y más de una y de dos veces era más que necesario un buen descanso nocturno. 





Lo bueno era que las paradas para comer eran no pocas veces realmente algo que merecía y bien la pena. 

Así, éste agradable punto de la N-VI espera por mi próxima y deseada visita que seguro que no me defraudará. Al igual que sucede en otros muchos lugares de ésta prolongada, bella y variada ruta con tanta historia y tanto encanto como pocas nos pueden ofrecer. 



Volveremos muy pronto. 

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