N-VI. Madrid a Coruña. 3ª parte. De La Maragatería a Becerreá por Pedrafita. Abismos y Gigantes

 Buenas noches.



Iniciamos un viaje que no será muy largo, al menos en distancia. Nos bastará y sobrará para conocer mejor ésta antigua ruta, en el paso por dos relevantes dificultades orográficas.

Recordad el pinchar sobre las imágenes para poder verlas con la calidad adecuada. 




Contrariamente a la imagen que abre ésta entrada, no viajaremos en autocar. Hay no muchas paradas por aquí y aunque se podría hacer, las frecuencias son bastante ralas: varias de las líneas viajan directamente por la A-6.

Pronto vais a comprender el porqué de la fotografía de ese elegante y viajero Setra, un rodador infatigable. 

Nos detenemos en las afueras de Pradorrey. Es éste un bonito pueblecito que, a pesar de que cuando se construyó la nueva N-VI pasaba justo por su vera, evitando la antigua travesía por escasos metros, dejó de ser de paso obligado. Así, se vio abocado a un lento pero inexorable olvido. 





Evitando la antigua y sinuosa travesía, la modernísima carretera describe una suave curva a derechas, con un amplio radio que bien podría ser aprovechado para una más moderna autopista de alta capacidad pero, en cuanto a la pendiente, no opino de igual manera. 

En sentido Madrid la subida es notable y por eso aparece un tercer carril, estando el central en la actualidad reservado para adelantamientos. 





Muy cercano a Astorga, Pradorrey tan sólo se vio realmente plácido durante los últimos años de la década de los 90, cuando la reciente autovía A-6 también acabó dejando en el ostracismo a ésta estupenda variante de trazado. 




Así que en tan pocos metros, aparecen las tres evoluciones de la misma vía, en medio de un bello entorno donde pasaremos una buena parte de la tarde. 

Imágenes de julio de 2021, con un solazo criminal pero también un vientecillo notablemente placentero.
 




Y aún así aún hay algunos negocios que nunca decaen del todo, estando el de la imagen funcionando a medio gas pero salvado del olvido y un cierre más que forzoso. 





Con éste plano que sigue, vemos bien la evolución que ha experimentado ésta archiconocida ruta radial durante las décadas, para adaptarse mejor a los nuevos requerimientos del transporte por carretera y del tránsito rodado.



Y no es ni de lejos el peor tramo que veremos, ni el más sinuoso, ni el más montañoso. Éste aún se encuentra en La Maragatería. Aún no hemos empezado la subida hacia el puerto. 

Continuamos nuestro viaje. La verdad es que ni siquiera pasan tres kilómetros antes de la siguiente parada a la salida de Combarros: el mismo ejemplo que he puesto con la prosperidad de Pradorrey se puede aplicar aquí, salvo que en ésta travesía apenas existen las curvas. Quitando la penosa calidad del enlace moderno el cual tiene un asfalto lleno de agujeros y muy alabeado, en la travesía sólo tenemos la vaguada y el puente sobre el río antes de afrontar la subida del final, tras la intersección de Magaz de Cepeda y Vanidodes. 

El bordillo marca CNFE que se utilizaba para marcar y delimitar la plataforma e impedir que sus materiales se dispersaran, vuelve a hacer su aparición en éste tramo. 





La tranquilidad. En verano abierto y con 36°, es agradable poder detenerse un poco a la sombra. Bueno, a la única sombra fuera del pueblo, y que da un solitario árbol. Como se puede ver, hacía un solazo demencial aquella tarde: eran las horas centrales del día. Pero daba igual, ya que estando aquí te podías olvidar casi de todo. 




No hay mucho que destacar de la variante. Salvo que va en una pequeña vaguada, pero tanto en la una como en la otra el trazado es extraordinario. 



Poco después, tras subir una pendiente, la primera de las varias a coronar el puerto, la carretera desciende de nuevo. En éste punto, la autovía A-6 que va a nuestra derecha se adelanta y sigue subiendo hacia el noroeste, sin impedimentos gracias a un masivo talud hecho con millones de toneladas de tierra y roca en el cual se basa, siendo lo mínimo necesario para reducir la escabrosidad del recorrido y cumplir con los requerimientos de una moderna autovía. Así, la pendiente que describe es prolongada pero para nada fuerte ni dramática. Disfruta de tres buenos carriles en la subida, no habiendo visto yo nunca allí un atasco ni tráfico denso (no viajo en invierno por la zona). Desde luego la situación no es tan benevolente con la autovía en la otra vertiente: ahora llegaremos a eso.




Aquí aún no es muy notable, pero se ve mejor según seguimos descendiendo. La continuidad de la pendiente se agradece especialmente cuando ya ascendemos hacia el noroeste por la autovía.

Y aquí, agazapado en medio de la vaguada y justo antes de empezar a ascender de nuevo una buena cuesta, vemos que se halla el pequeño pueblecito de Rodrigatos de la Obispalía. Que tela con algunos nombres castellanos, y eso que no es éste el más chocante. 




A pesar de las apariencias, el acceso no es sencillo. La antigua travesía de la N-VI ha quedado dormida en el tiempo, porque los dos extremos han sido tajados por el nuevo talud que se hizo y sobre el cual se asentó la variante para reducir en lo posible las acusadas pendientes de ésta. 

Así, el acceso es posible por la intersección en T que hay en el extremo oeste del pueblo... O bien por un andurrial estrecho y de piedra suelta que la conecta con la variante y que al menos a mí, francamente no me gusta ni un pimiento. 





Y la travesía sólo es un breve recuerdo de la importancia que algún tiempo ya lejano llegó a tener. 

Así ha quedado el pueblo, en éste caso tan pequeño que es casi una aldea... De estar privilegiadamente ubicado en la misma ruta nacional, a verse cercenado por la construcción de una variante que, para colmo, no alejó ni la contaminación ni el ruido. 

También aquí hubo que esperar a los últimos años de la década de los 90 para que el intenso tráfico se alejase a la nueva autovía A-6. Y ésta se halla al otro lado de una colina... Tampoco es que tengas que irte precisamente al 5o pino para encontrarla. 



Así siguiendo, nos ponemos a subir el tramo en pendiente más largo de todos. Los dos carriles pasan a tres. Tenemos el carril reservado para realizar adelantamientos en el medio, y vemos a nuestra derecha hitos Peña desgastados con unos números que demuestran el kilómetro que se ha recortado ya a ésta altura. Aquí, el tráfico era terrible a mediados y finales de los 90. La estupenda N-VI se quedaba muy escasa de carriles en esa época y ya desde años atrás: los camiones que iban en fila ocupaban el carril derecho y mientras que por el central les adelantaba quien podía, quien no o bien se esperaba bien salía al carril de la izquierda (permitido en la época) y con cuidado de no venir de frente una cola de vehículos que había conseguido adelantar a otra fila de camiones en sentido Madrid antes de coronar el Manzanal poco más allá. Y mejor si éstos se aprovechaban de la prolongada bajada sin tratar de adelantar, ya que luego llegaría otro carril adicional. Pero la carretera en sí misma no es mala en absoluto, sino todo lo contrario... El trazado es abierto, bastante suave, con la anchura muy adecuada y sus característicos y amplios arcenes. Aquí se dejó hecho todo un pedazo de carreterón para la posteridad: y es que se lo curraron extremadamente bien.

A tal punto que ya nadie se ha vuelto a acordar del trazado antiguo, que languidece en estado de ruina describiendo sus curvas de antaño a los lados de la más moderna y adecuada variante.

 






Lo positivo es también que viajando a velocidad legal por aquí nunca deberías resbalar, aunque estés en medio de una tormenta tropical y jarreando como si no hubiese mañana. El asfalto de tipo drenante evacúa bien el agua, a lo que ayudan las constantes pendientes y, sobre todo, unos taludes laterales que bien podrían acoger el caudal de un río pequeño. Aquí sabían muy bien lo que se necesitaba. 

Y sin embargo, mucho ojito con las nevadas: alguna vez tuve que dar media vuelta en uno de éstos recodos porque ya no sabía qué me iba a encontrar más arriba del puerto. A todo ésto, a finales de octubre, así que no me hizo ninguna falta eso de esperar a la llegada del duro invierno cerrado. 

En ésta imagen se puede apreciar la fabulosa anchura, el estupendo firme y el renovado trazado casi rectilíneo, pese a lo cual también es fácilmente imaginable el inacabable tráfico diurno que hacía parecer escaso semejante cacho carreterón. 




Y ojo también a los avisos, que no te vean recogiendo setas sin estar autorizado. Como pasa en muchos sitios, y es algo muy necesario para preservar la salud y la naturaleza de la zona. ⚠️ 




Así, la vieja carretera nacional ya se convierte en una riera, tristemente enfrentada con el ostracismo y la desidia más absolutos, y abocada a tan ignominioso y penoso final... ¡Con lo importante y necesaria que llegó a ser!, es de la necedad más redomada que ello no se le reconozca. 



Poco más allá, finalmente nos topamos con la coronación del Manzanal. No es una dificultad orográfica demasiado dura, o no lo parece salvo en invierno, cuando el paisaje se suele quedar teñido del más inhóspito blanco. Voy a obviar lo de los fuertes vientos, dejándolo para dentro de unas pocas imágenes. 





En lo alto del puerto apreciaremos de nuevo la aparición del bordillo marca CNFE, la más que notable anchura para una carretera nacional durante sus días de gloria, y el importante rasante que allí había. Los cambios de rasante fuertes eran una constante en las carreteras de la época, pero no será el más fuerte que vamos a ver en ésta ruta, ni de lejos. 






También un compañero de afición y apasionado de las carreteras se dedicó hace unos años a la restauración, con tan notable resultado, de un mítico hito situado en las cercanias: así, ésta señalización ha recuperado su lustre, aunque ya no vaya a señalizar a apenas nadie la ruta que ya no pasa frente a él, y eso que aún podría hacerlo. 

Todo un ejemplo de buen hacer, que igualmente la administración ya podría haber hecho lo mismo sin ningún excesivo derroche de material, económico ni personal. 





Las ventoleras que soplan aquí a veces son dignas de mención. El nuevo puerto va entre taludes y ha arañado 5 metros, así que tiene 5 metros menos de altitud, y así se ve también la diferencia en los mapas. Pero el antiguo no dudaba en seguir el paisaje y ello provocó que hace años, cuando antes de ser restaurado lo estuve marcando, ya en pleno ocaso y de repente sin previo aviso ni tener tiempo de oír moverse la vegetación llegase un viento helador desde el Bierzo que me acabó haciendo desistir, meterme al coche y largarme. Tuve que volver a la tarde siguiente. Y todo ésto en octubre... No me quiero ni imaginar cómo rasca por allí en pleno febrero. 

Y he aquí el repaso, hecho bajo una ventolera japuta e infernal con un par de rotuladores permanentes después de haberle rascado un poco su erosionada superficie para que al menos, la tinta durase algo... 




Duró lo suficiente hasta que fue lijado y literalmente revitalizado. 





Así era el trazado del viejo puerto, siguiendo los mapas antiguos y las señales del terreno, algunas de éstas ya en un lamentable e ignominioso estado de ruina total. 





Y una imagen histórica del actual trazado, tomada poco tiempo después de haberse abierto la variante que hoy conocemos. Ya no se pasaba junto al hito: ese tramo era historia. 




El puerto de montaña y el pueblo intercambian juguetonamente su denominación. Es más que notable el cambio de trazados y su mejora. La variante es un pedazo de carreterón espléndido aun a pesar de la complicada orografía de la vertiente berciana: describe buenos curvones pero muy bien trazados eso sí, con poca pendiente y un carril por sentido... Por ahora. 





Ya hemos visto cómo la situación se volvía más complicada según se iba descendiendo... Hemos conocido éste tramo, tan terrible y tan temido... Pero redios, es tan bonito... Es tan puro y tan simple... Limitándose a seguir el terreno, sin puentes, sin túneles y sin nada. Tan sólo se encaramaba a las colinas como y cuando buenamente podía. 

Y, pese a ello, tuvo éxito. El trazado, a pesar de la sinuosidad y de parecer diseñado con un compás y una botella de anís, no era en absoluto malo. La anchura se deja notar, y la aparición de guardarraíles bien nos habla de la importancia que tuvo hace no tanto tiempo. 




Pero la apertura del tramo La Retuerta a San Román de Bembibre en los inicios de 1973 lo dejó sentenciado, sirviendo tan sólo a los habitantes de algún pueblo cercano, a micólogos, cazadores y amantes del silencio. 

Es notable el trabajo que costó poder dar adecuado reemplazo a ésta ruta, así como a varias más que discurren por Galicia o bien forman parte de sus accesos; en éste enlace sobre la total renovación de Los accesos a Galicia, de nuestro compañero Tariq, veremos todo lo que se tuvo que construir, modificar y renovar de las tres rutas principales de las cuales nuestra N-VI forma parte. 

En ésta tesitura, tomaremos la carretera LE-106 que se ve a la izquierda de la última captura. Es ella la antigua N-VI y que ha visto mejorar su firme y señalización de manera notable durante los últimos años.




Ahí vemos esa antigua curva a la que le tuvieron que recambiar el guardarraíl, ya que el anterior había visto su base socavada por la erosión. 

Llegamos poco después al precioso pueblecito de Torre del Bierzo, donde inicia otra parte del viaje, que como tantos otros, ha tenido que hacerse a plazos. Ha sido necesario ya que a mi pesar, muchas veces no dispongo de todo el tiempo del cual me gustaría. 




Tanto el monumento de recuerdo a las víctimas del terrorífico accidente ferroviario durante lo más duro de la depauperada España de los años 40, como el bonito puente sobre el río Tremor nos esperan en el pequeño núcleo urbano. 





Desde aquí y sin más preámbulos nos vamos hacia el noroeste. También he de comentar que en ésta parte yo era el pasajero. El vehículo cambia, y de hecho por circunstancias un tanto puñeteras dudo que ya ni siquiera exista... Lástima, ya que es encomiable la dureza y es notable la buena fama que tiene. 

No habría estado mal una ruta con ambos, ya que aun faltando el modelo intermedio sería interesante, más o menos como tener a la vez un Seat Córdoba y un 124. Dejo aquí la idea, por si es posible en un futuro. 

También comentar que el Multipla de anteriores entradas no se halla disponible, aun teniendo en cuenta que se ha quedado por mi zona de influencia y lo veo cada tanto, manda narices... En una futura expedición por la zona, sería buena cosa ir por allí berlingueando por todo éste tramo, lo que me podría llevar tranquilamente una jornada si no quiero dejarme absolutamente nada.

Pero también hallamos un elemento ya longevo, tanto que quizás incluso haya sobrepasado los 150 años de historia si es el caso de haber sido colocado tras la instrucción del año 1860. Ahí es nada, no es un hito leguario como algunos que ya serán mostrados pero tampoco ha de envidiarle apenas nada. Se trata de un hito miriamétrico que se halla mejor protegido imposible, al lado de un local de hostelería y que forma ya parte indisociable de la idiosincrasia del propio pueblecito. 








Como la señal de tráfico que es y sobre todo era, una de las muy escasas que guiaron a los conductores y viajeros del camino. Hoy nos quejamos por un poste dañado o un criptograma medio borroso (y no sin razón), pero habría que vernos en aquellos años de escasez y dificultades de un país totalmente subdesarrollado. En una época de carreteras de piedra, tierra y grava compactada cuando no de barro, y sin más protecciones que algunos  y poco visibles (sobre todo con nieve) bienintencionados guardarruedas y algunos pretiles y eso contando conque los automóviles ni siquiera existían. Éstos ya empezaron a tener manifiestos problemas por semejantes andurriales (y más cuando sus prestaciones iban aumentando) debido al cuestionable mantenimiento de las vías por las que circulaban, algo que sólo tras las obras del CNFE se vio, y parcialmente, solventado. 

No mucho más allá, veremos algo que ya conocemos bien pero que por algún motivo, que puede ser tanto un tan típico para mí problema informático o simplemente que estoy más perdido que la Hilaria, no conservaba ni una sola imagen del antiguo kilómetro 370, así que ahí van, y con la firma consecuente ya que no son propias. 







Antes aún de toparnos con una complicación orográfica aún mayor que la anterior, pero ya en sus cercanías y empezando a ascender, vemos cómo la variante de trazado ha tomado ventaja de nuevo y ha comenzado a trepar antes aún que nosotros. 




Pero existe aquí un problema, que a su vez es un pedazo de punto a favor. 

He dicho la variante, pero es que la variante de ésta la ha tomado prestada en una buena parte de la subida. Así, vemos cómo el primer viaducto se vio acompañado 15 años después por su mellizo, aún más alto, más elevado sobre el terreno y más imponente que aquel. 




Conforman ese par de majestuosas estructuras una curiosa y chocante silueta en medio del pequeño valle donde se asienta Ruitelán. 




Doy fé de que, durante una noche despejada de verano abierto, sin luna y con el cielo completamente plagado de millones de estrellas, aquello es un absoluto espectáculo. Se notan extremadamente bien los dos esbeltos gigantes de hormigón recortados contra el estrellado cielo. Transmite mucha paz, pero algo de "miedo" a la vez. 




Aquí es donde comienza un tortuoso caminar por un andurrial que la elevada pluviosidad de la zona y sus derrumbamientos han transformado en un camino de cabras tan nefasto que apenas merece la pena el esfuerzo, salvo que te lleves contigo una botella de agua y algo sólido para echarte al estómago, y salvo que te interese mucho lo que vas a ver allí arriba al llegar (si llegas), porque debo decir que aquello es la boca del lobo. 




Una vez arriba, y habiendo echado culebras, crótalos, pitones reticuladas, una pareja de Titanoboa y una bandada de Gorgosaurus por la boca durante la subida, procedemos a inmortalizar lo que veamos, no sea que a la próxima el camino se halle tan escacharrado que incluso desistamos directamente de tan magno esfuerzo.

Tras intentar haber ascendido varias veces por lugares similares haciendo senderismo "ligero" (ruta adecuada para hacer con niños, sí... Os podéis ir al infierno pero ya, malditos hijos de puta mentirosos todos) y casi haberme dejado las rodillas en el intento, puedo casi asegurar que sin un vehículo adecuado yo no volvería a ascender por semejante cerro diabólico. 
 



Así, vemos un tramo de menos de 900 metros de tan estupenda carretera nacional, que estuvo sólo 15 años en servicio antes de quedarse absurda y definitivamente cercenado por una curva más suave en el descenso, ya que es la nueva calzada sentido Madrid y que baja de la frontera con Lugo la que lo ha reemplazado, con una curva mucho menos fuerte que la original. 




Resulta chocante, y hasta absurdo semejante abandono allí arriba en el esfínter del mundo, como resulta llamativo el empleo de una rígida pero también simple bionda unida al terreno por lesivos postes en H para tratar de evitar las necesariamente fatales caídas por tan enorme y profundo abismo. En ésta ubicación no sé muy bien si hubiera resultado peor la bionda de marras o esa curiosa protección cilíndrica de la que ya hemos visto ejemplos en anteriores entradas y que se solía colocar en enormes viaductos de 60 y de más metros de altura para tratar de protegernos. 

Lo único a destacar es que en la mayoría de lugares elevados como los grandes viaductos o barrancos solían tener una barandilla colocada sobre la barrera cilíndrica, y así lo he hecho para ajustarme a ésto.

Aquí va un par de ejemplos de lo comentado. 





Seré el raro yo... Pero no aprecio la diferencia aun teniendo en cuenta que siempre fueron menos gruesas (la he dibujado sobre la bionda para ocultar ésta sin complicarme mucho), y aún así sigue sin haber apenas mejora. 




Y a pesar de que existen otras opciones para conseguir una gran protección para los usuarios de la Red de Carreteras del Estado, como las barreras de tres o hasta cuatro largueros de altura (longitudinales), éstos días me estoy dando cuenta y no sin una cara de pasmarote épica de que aún se sigue optando en algunos lugares por algo tan simple como ésto que sigue, y estando además homologado para ello. Me parece insuficiente y más cuando la bionda es simple, no se trata de una doble o bien una trionda y para más pasmo aún, no parece que los postes necesiten más que ser de sección rectangular conque ni siquiera parece necesario (aunque francamente lo espero) el doblar su cantidad. 




Es que quizás un mínimo para tales abismos y en zonas con tal cantidad de tráfico pesado, qué menos que la última ya de las variaciones que os voy a dejar ya que todo es una caterva de elucubraciones pero es algo que está colocado por ahí fuera, basta con conducir por ciertas zonas y comprobarlo in situ.





No es poca la altura a la que estamos, tanto por ser alta montaña como por la pateada que nos hemos pegado para ascender triscando como cabrones monteses hasta éste abandono que se nos antoja ridículo por ser una carretera estupenda. 




Ahora bien, una vez visto semejante lugar tenemos que reconocer que el paisaje resulta impresionantemente hermoso. Es una total gozada poder disfrutar de la tranquilidad y de la relajación en semejante entorno natural, y es cuando realmente empieza a (que no acaba de) merecer la pena el habérselas tenido que ver con el maléfico andurrial medio escalabrado por el cual hemos estado subiendo no sin esfuerzo y maldiciendo todo el santoral seis veces seguidas hace escasos minutos. 





La talla y la dimensión de las magníficas construcciones que finalmente dejaron éste tramo languideciendo, también son dignas de un buen repaso y del más absoluto reconocimiento. Fuerza es decir que la envergadura de tales viaductos y desmontes justificaron sobradamente la bestial inversión acometida para conseguir abrir el último tramo de autovía radial de España durante, nada menos, que el año 2001. 





El tramo éste de marras, abandonado y dejado allí arrinconado a su suerte de manera absurda no tuvo tiempo alguno de verse dañado y su asfalto no conoció apenas deterioro. Su estado es tan bueno que bien podría acoger el tráfico de una carretera regional con sólo pasarle bien la desbrozadora (y actualizando bien la protección, redios, al menos doblando la cantidad de postes e incorporando una defensa inferior para éstos, porque ese anacrónico guardarraíl no es adecuado para semejante pedazo de barranco masivo y menos aún día de hoy). 

Y entre tantas emociones, vemos cómo afloran los recuerdos. Lo que todos hemos vivido en buena parte de las carreteras convencionales. 

Esa señal de retorno al carril a menos de 40 metros de la siguiente curva tendida mediante un muro vertical que no deja ver su desarrollo ni al tráfico que escala casi con botas de montaña por el carril central adelantando a los camiones que suben trabajosamente tras el porrón de kilómetros que ya llevan de fuerte pendiente ascendente pareciéndoles que se dirigen a la mismísima Luna por el carril especial hacia Lugo... 

No, no me vayáis a decir que, visto ahora, no os los deja de corbata. No os voy a creer. ⚠️





Las curvas son amplias, claro que sí, pero el problema está más en la cultura de la conducción que cada país tenga, y aquí, pues es la que es. En su sano juicio, si puedes recortarle 12 segundos al viaje, vas a adelantar, ¿a qué sí? Eso lo sabemos todos. Cuando no ves a nadie venir, pues señalizas, aceleras y sales. ¿Verdad? 

Y ahora es cuando estás en un momento valle de camiones ya que ha pasado una fila y la otra viene más allá, y los turismos se empiezan a adelantar entre ellos, y el más prisas le da zapato cuando los últimos se retiran a la derecha lanzándose a más de 120 Km/h, y es cuando tú en el descenso ves la recta, y como no viene nadie te pones a adelantar al dominguetas que baja pachorro a 80 porque claro, tampoco es cuestión de que roce la bionda y ésta le haga mágicamente de rampa lanzándolo a una muerte certera contra lo más profundo del insondable abismo. Y entonces el zapatos y tú os encontráis de frente en la aproximación al curvón viajando por el carril central. 

Y eso que tú bajas a 90, respetándolo todo. Pero seguro que os suena y mucho, eso de ir haciendo el albatros. También lo de los turismos y su cuestionable seguridad pasiva durante aquellos años es para ser tenido en cuenta. Joder, si hasta hace nada lo hemos visto veces y veces en la N-II entre Alfajarín y Fraga hasta que se liberalizó por fin el maldito peaje de marras de esos 90 kilómetros. 




También lo de meter las flechas de retorno a menos de 40 metros del inicio de las curvas, visto a día de hoy es digno de una tesis doctoral. Que ningún desarrollador de aplicaciones móviles vea en éste asunto una oportunidad para sacarse de la manga un videojuego sobre tratar de sobrevivir adelantando hace 25 años en un puerto de montaña, también.

🕹📱+ 🚙 🚛 +|🚍¦ + 💥 = 💀💀 




Y es aquí cuando nos quedamos ya encantados con todo esto. Y a la vez, apenados. Apenados porque, si bien la curva a rectificar era prolongada y de radio medio, semejante carreterón no ha tenido jamás ni la más mínima oportunidad de sobrevivir. 

Seguramente haya muerto igual que varios conductores de los que le daban zapato por secciones así en lugar de tener algo más de paciencia esperando a la llanura que venía a no tantos kilómetros de aquí. Porque a nueve o diez kilómetros ya se acababa la sección montañosa. 

¿Justicia poética? Yo al menos, no lo veo poético en absoluto. 




Y encantados porque, qué narices, nos hallamos entre las dos calzadas de una autovía en el esfínter del mundo, en medio de ninguna parte y de manera totalmente legal y segura. ¡Estamos detrás de la malla de delimitación del terreno de la autovía! En primer plano se ve uno de sus postes. 



¿Acaso no son la ubicación del tramo, el paisaje, la rareza del abandono y todo ésto, motivos más que sobrados para volver? Que me dejen un Mercedes-Benz G350 BlueEfficiency, que me largo para allá mañana mismo. ⚠️

Una vez abajo de nuevo, porque el descenso se las trae y es aún peor que la subida, debido al riesgo de caída y de llegar abajo más plegado que una Ruffles, sigamos, que aún nos queda algo más por ver. 

Y es no muy lejos de allí en la vertiente lucense, donde vemos algo que en parte desconocemos. 

Hay aquí dos pequeñas poblaciones que han perdido sus señales de acceso, algo estúpido ya que cumplían a la perfección su cometido. Pero un elemento fundamental ha sido recuperado y hasta la Xunta de Galicia lo tiene protegido. Gracias a la incansable labor de Xose Luis (autor y artífice de Carreteras en Galicia), ha sido posible preservarlo y darle todo el valor que su historia merece. 

Abandonado y cubierto de maleza, junto con la ya desaparecida señal... 

El antiguo leguario de Agüeira



Y ya luce recuperado tras su tratamiento y la más que inestimable protección. Es digno de loa que tan valioso elemento goce de tal estado: 

El hito leguario recuperado de Agüeira

La siguiente imagen pertenece a Jacobo, quien maneja los hilos de Carreteras en el Tiempo pudo llegar lo suficientemente pronto como para así inmortalizar la señal que nos daba la bienvenida a la siguiente localidad, Horta. 




Un antiguo guardarraíl, como ya hemos visto más pero que en éste caso protege a los conductores de una caída bastante profunda. Es por ello que los postes no son los típicos en H o, como los de aquella época, de chapa plegada o de madera. Están reforzados, cosa curiosa pero lógica si tenemos en cuenta la alternativa. 






Queda un poco bajo pero, ¿es peor ésto o precipitarse por un acantilado? 




Sí, la vegetación también lo ha ocultado en parte, no está tan sumamente bajo como aparenta y menos mal. 

La idea era muy buena, se trata de la protección monoonda metálica más fuerte de todas las que he visto, y eso que en próximas entradas veremos una que resulta, de curiosa, rocambolesca. 

Seguimos el recorrido, que se aproxima ya a su final. 




Y ya con el río Cruzul pululando por allí, vemos el gran viaducto de la variante que reemplazó a la carretera por la cual transitamos. Pasa sobre nosotros y muy cerca de nuestro destino de aquel día.
 




Éste es nuestro destino. El antiguo y típico Puente de Cruzul. 

Resulta bien hermoso, es un lugar muy especial, majestuoso e impresionante... Pero ni siquiera ésto nos hizo tener en cuenta lo de bajar por un camino empedrado de cierta pendiente para poder verlo en su plenitud desde más abajo. 

Ya habíamos tenido más que suficiente por aquel día con el escacharrado andurrial diabólico de Ruitelán. 




Así que al no ser las imágenes 18:9 suficientes para apreciarlo, va un gif para éste mismo propósito. 

Es consecuencia directa de hacer las cosas con un móvil de formato 19:9, que si no quieres unos marcos laterales que parece que te veas obligado a recortar la imagen del móvil a lo bestia con un serrucho, se pierde algo de detalle. 




La A-6 está aún más allá y más lejos que el viaducto moderno. Así, aquel día nos llegaba apenas un murmullo de los motores V8 de unos 16.000 cc de cilindrada de los camiones y autocares más potentes que por ella viajaban. El resto, salvo por el ocasional martilleo de las juntas de dilatación del viaducto moderno, ni se les notaba. 

En medio del original, ya se hallaba borrada por la inclemente meteorología cualquier atisbo de leyenda que hubiese tallada en la piedra. Aquí no hay segundas oportunidades. Qué bueno sería el retallar la piedra pero eh, de manera artesanal. No vengamos con tontadas como una losa actual con acabado poroso y más sosa que una sopa de aire, es preferible que se quede como está. ⚠️





Varias imágenes se perdieron pero es notable la anchura del propio viaducto. Cuando pasaba un turismo se cayó en la cuenta de que permitiría el paso de dos carriles, uno por sentido y un arcén de un metro a cada lado, y eso sin tener que ampliarlo con unos insultantes voladizos. 

Ésto lo vamos a poder vislumbrar bien mediante una imagen. Y la amplío para verlo mejor. 





Ahora me voy a esmerar un pelín más, por si no se ve a las claras... 




¿Que no es demasiado amplio...? Lo sé. Entonces, ¿para qué la línea de arcén, que deja cada carril en  +/-, 2,85 de anchura? Muy simple. Anchura la tiene, y paso peatonal también. Así, de poder haber sido aprovechado por la variante actual, habría sitio para la colocación de una doble bionda a uno de los lados, protegiendo la acera, siendo que los peatones gozarían del pretil a efecto de su propia protección contra una posible caída al río. 

No era el propósito del viaje pero se ve el espacio a la izquierda del vehículo. Así, de existir tráfico, y de haber pues estacionado mejor (no íbamos buscando la perfección absoluta en éste gozoso trayecto ya que por allí ni había ni se esperaba tráfico alguno), sino disfrutar de la experiencia), pues la situación sería otra. 




Ni más ni menos que ésto. Aproveché la ocasión y también actualicé el guardarraíl. Ya como última mejora del día queda otro añadido al lado del vehículo al estar el pretil ya demasiado bajo tras los ocasionales reasfaltados. 





Así. La acera a la derecha de la imagen podría protegerse con una barrera y con un límite a 40, ganaríamos en seguridad para todos. 

Pero al no hacer falta ya que desde hace décadas no sufre tráfico masivo, lo que sí estaría bien es un repintado integral de las líneas, sobre todo las centrales. Mas no hace apenas falta: las líneas visibles son de agradecer pero el estado del asfalto, por ahora goza de una calidad más que suficiente para sus actuales circunstancias. 

No obstante, ¿y si nos imaginamos que por aquí la N-VI moderna siguiera pasando? ¿Os hacéis a la idea del cambio que habría sido más probable? Yo sin duda ya me la hice, pero sólo ahora (estoy en la actualización a fecha 6/03/2023 sólo por ésto), tal vez el viejo puente no conservase su gracia. 




Las manidas barreras típicas de la época en las carreteras del norte de España, que se instalaban a finales de los 80 y hasta casi finales de los 90 unas cuantas fueron colocadas. Ésto a día de hoy toma la denominación de pretil metálico y se halla fuera de norma para otra cosa que no sea una ciudad, y no es necesario hablar de los postes en H que están en el total olvidó y menos mal. 

Pero no me detengo aquí. También me puedo ver en la situación de que la A-6 no hubiera terminado de construirse hasta 2007, como pasó aquí. Habría que actualizar ésta importante carretera porque sus sistemas de protección no cumplirían ya ninguna normativa actual; incluso en la A-8 se conservan en muchos puentes y viaductos tales barreras de una eficacia que parece cuestionable. Menos mal que en algunos se aprovechó una reforma para aumentar la anchura del tablero para además remplazarlas por las nuevas barreras mucho más seguras de tres o cuatro alturas y que han sido probadas en tests de colisión con camiones medianos y furgones grandes con buenos resultados. 





Otra hipótesis sería ésta. No os va a gustar nada, y menos aún a mí el reemplazo de los viejos pretiles por los muros de hormigón armado, si bien el monumento que hay en el centro se conserva aunque no sé cuán buena idea sería acercarse a contemplarlo pero como no conserva leyenda alguna... Una fotografía desde el arcén peatonal nos ayudaría. 




No obstante, lo más lógico de haber efectuado tal reforma habría sido incluir un puente peatonal a unos metros y así poder dedicar toda la anchura del viaducto a la calzada. 





Es hora de regresar a la provincia leonesa. Ésta encantadora señal nos indica el camino. 




No obstante, y aunque a mí me falte trecho para completarlo, podemos disfrutar de unas buenas vistas siguiendo éste enlace de nuestro compañero Jacobo:


Pero no tan rápido. Al volver por la N-VI, podemos ver el Viaducto de Cruzul desde las alturas... Ahí va, aunque gracias al pluvioso verano de 2016 tampoco se dejaba ver mucho debido a la vegetación circundante... ¡Lo cual no es ni mucho menos malo, caray! Ojalá que todos los años no parase apenas de llover ni durante el verano abierto. 
 




Al poco, comenzamos a ascender el puerto de Pedrafita... Y, a falta de una visita en profundidad de la antigua carretera de montaña que serpenteaba por la zona, sólo os voy a dejar unos recortes de prensa para que, aun de lejos, os hagáis a la idea de cómo era ésta ruta a finales de los años 70. ⚠️









Visto ésto, ¿a qué la nacional moderna, de mediados de los 80, es una auténtica maravilla?, aun teniendo sólo dos carriles. 

El recorrido sigue siendo sinuoso, cierto. Pero no se pueden pedir milagros en una zona tan escarpada, accidentada y con frecuentes corrimientos de tierra. No creo que nadie prefiera que se hubiera adaptado la antigua N-VI para tener una carretera más desahogada, porque no iba a serlo en absoluto. 

¿O acaso íbamos a aceptar una ruta de dos carriles en toda una nacional en las últimas décadas, antes de la aparición de la A-6 por la zona, sin poder adelantar apenas nunca, con unas velocidades ridículas, unas colas enormes y una sinuosidad intolerable en comparación con la variante? Pues eso. No nos quejemos sin sentido. 

Me está empezando a tentar lo de simularlo. Y no... No es broma. 




Ah, que queréis más, ¿eh? Pues vale. Vosotros lo habéis querido, y conste que a mí me va a divertir hacerlo. En un tiempo, una de las próximas entradas para la N-VI, será una exploración virtual de los peores tramos de todos. Queda pues, visto para sentencia. ⚠️

El muro resulta algo bajo, pero es de reseñar que no se haya recurrido a la manida bionda en los viaductos. Alguien que pensó en la mejor manera de proteger a los usuarios de la carretera y que hizo las cosas bien. Se empieza a ver el refuerzo metálico del muro, pero si se actúa pronto, no correrá peligro alguno. 





A veces, el encajonamiento necesitó de meter la A-6 por el trazado de la N-VI, por lo cual para dar continuidad a ésta se le pegó un tajo a las montañas, lo que se deja ver en los muros que aparecen a la izquierda. 

Sí, el asfalto está picado ya, resulta rugoso y ruedas por aquí sintiendo la vibración, pero reitero lo de la superficie que comentaba antes. Es un asfalto que por muy dantesca que sea la tormenta, y por muy fuerte que esté jarreando, te va a ofrecer la suficiente adherencia. 

En la primera imagen se ve el punto exacto donde, tras el derrumbamiento del viaducto de O Castro, se tendió a toda prisa un enlace afirmado por donde todo el tráfico pasaba de la peligrosamente amenazada autovía a la carretera nacional N-VI. 





Hoy ese lugar está de actualidad ya que aún no hay solución definitiva al problema, volviendo a revivirse la situación del año 2000 en aquel tramo. 

Volvamos al valle, donde la antigua ruta se llama tanto N-VI como N-006 A como LE-N-006, debido a que es la única que sobrevive como carretera convencional de las tres por las circunstancias antes comentadas. 

Lo de la actual denominación LE-N-006, es imperioso que no lo recuerde mucho para evitar empezar a visitar despachos esmorrando vivos a los artífices. 





Siempre lo he dicho y lo diré: menuda gilipuertez de denominaciones. 






Y qué bonita resulta la antigua ruta Madrid a Coruña, diantres. Es una gozada perderse por ella y visitar lugares tan sumamente bonitos, pero por pura afición y vocación, nada de rollos macabeos con ánimo de lucro.

Yo no voy a ser parte de una ruta monetaria, no voy a colaborar de manera altruista con nada ni nadie de ese estilo. No voy a unirme al afán capitalista y acaparador ya que cuando salgo por ahí, es a relajarme y a disfrutar de una ruta histórica, así que tenedlo por seguro que nunca caeré en lo que no tiene para mí sentido alguno. Yo salgo a la carretera a relajarme, y bienvenido sea quien me quiera acompañar en éste viaje, pero sin grabadora, sin los apuntes listos, sin nada de eso: yo me encargaré del asunto grafico, y para nuestro propio disfrute. Ésto es vida, lo demás pues eso, que paso y seguiré pasando de todo. 






Vistos los recortes de prensa, ahora miro al Santana éste con mejores ojos que el mismo día que lo vi allí aparcado y en perfecto estado. 

Volverán a aparecer esos recortes de prensa en alguna ocasión. Yo sólo aviso de la que se nos viene encima a medio plazo. ⚠️

Aunque mantengo lo dicho del Mercedes-Benz G350 BlueEfficiency y, es más, lo extiendo dos generaciones atrás con los G350cdi y G320cdi. Y si están algo elevados con unos ejes pórtico... Mejor aún. Lo rematadamente bien que me lo iba a pasar con semejante máquina escalando por andurriales así, no es necesario ni precisarlo. 



Aunque también podría subir las apuestas y elegir algo así... 





...mas es tan sumamente tragón, y encima debido al peso no tengo la licencia necesaria para conducirlo (permiso C), que me quedo con un G320cdi pero vamos, de calle. 

En el regreso, vemos más viaductos, un asfalto que ahora sí necesita una mejora urgente. Y el muro que protege a los peatones resulta muy notable. Es un trazado de alta montaña, no es necesario olvidarse de ésto. ⚠️






Ya en las llanuras del Bierzo, volvemos a disfrutar relajados, gracias al estupendo carreterón que deja las travesías de Ponferrada y Bembibre a un lado, antes de escalar el bravío Manzanal de nuevo. 




Pero es hora de regresar a la zona del Órbigo para seguir disfrutando de más visitas cuando hayamos conseguido descansar un poco. ⚠️

Volveremos muy pronto... 

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