Arnao. Un lugar por descubrir. Ferrocarril, Carretera, Industria y Geología. 4 en 1. 1ª parte
Buenos días.
Vamos a descubrir un lugar muy especial. Si sois amantes de la historia, no os dejará indiferentes.
No nos andaremos con rodeos. Vamos a sumirnos ya mismo en lo interesante.
Llegamos al túnel que separa ésta localidad y Salinas, famosa por su playa y bastante conocida entre la comunidad shurfera.
No está mal llegar en autobús suburbano, para volver a casa a pie. O al contrario, que también es posible.
¿Qué mejor forma que llegar a bordo de todo un Mercedes-Benz integral de piso bajo? Empezamos bien el viaje en un Citaro. Ésto ya promete.
Lo del autobús suburbano cobra algo más de relevancia una vez que ahondamos en el asunto. Por ahora, veamos el túnel de Arnao, que en principio, es para lo que venimos, ¿no?
Se trata de un túnel parcialmente revestido con ladrillo, si bien parte de él está "forrado" con la misma roca original del arrecife.
Éste túnel se enclava en un paraje natural de singular belleza, como es la Playa del Dólar 💵, si bien hace muchas décadas que una industria se halla en ésta misma zona, dándole un particular interés al lugar.
Y es que, tras el primer túnel, que se halla abandonado y presuntamente medio derrumbado, se abrió éste ya que el tráfico industrial en Arnao, que precisaba de un paso subterráneo, necesitaba más y mejor transporte de materiales para llevarlos a la fábrica principal, ubicada al este. Necesitaba un túnel más ancho que el original de 615 metros de longitud y que se hallaba socavado, presumiblemente a base de pico y pala (honestamente, espero que también unos pocos kilos de dinamita), bajo el macizo de San Martín de Laspra.
Éste nuevo y flamante túnel permitía el cruce de dos vehículos, como un camión y un tren. Sin problemas. Hace más de un siglo, los vehículos más grandes no pasaban de ser un Hispano Suiza, incluso los mayores camiones de la época. Y se cruzaban bien con los trenes que pasaban por ese nuevo y flamante túnel.
Ahora empezamos con el salseo. Comentaba, párrafos ha, que el túnel se enclava en un arrecife. Empieza aquí la historia geológica, tras haber tocado un poco de la industrial y de la ferroviaria.
El nuevo túnel se construyó con técnicas más modernas, quedó parte de su interior revestido para prevenir los desprendimientos de roca y, lo que nos concierne ahora. Se excavó en lo que era un próspero y fructífero arrecife de hace unos pocos milloncejos de años.
Breve historia de los túneles de Arnao (https://patrimoniuindustrial.com/)
Así que veamos ahora la parte geológica.
El arrecife devónico de Arnao (https://www.asturnatura.com/)
Pues ahí es nada. Se trata de pura historia de nuestro planeta, un buen pedazo allí concentrada en las rocas. Y vamos a verlo de inmediato.
Pero, para ello, tendremos que ascender... Por unas escaleras de ladrillo de la misma época que el túnel, y ya nos podemos hacer una idea de su estado, a pesar de ser ladrillo que de por sí es muy resistente, después de haber tenido que bregar con la constante erosión de la salitre durante casi 110 años.
En esa época, cuando se hizo el túnel, el Titanic ya estaba en el fondo del mar. El Olympic había tenido que ser retirado al dique seco de nuevo, ya que el personal se negaba a zarpar tras la tragedia de su buque gemelo, para hacerle costosas modificaciones en el casco y los mamparos, además de añadirle una buena cantidad de botes salvavidas en cubierta. Ha pasado mucho tiempo ya.
Y eso no es todo. Tal vez la situación mejoraría si éstos escalones más bastos que un sándwich de cemento llegasen más arriba... Pero olvidáos de eso, porque se detienen tras subir unos metros.
Y es que nadie dijo que tuviera que ser todo fácil, generación del cristal sin protección Gorilla Glass 2, que es que todo hay que decirlo, leñe.
Salid un poco a la naturaleza y dejad de una vez el ordenador... Pero claro, es muy fácil vivir en la cueva... 🤣🤣🤣
Medio-bromas aparte, lo interesante de verdad empieza justo aquí. Empezamos pues a ver cómo los fósiles se marcan en la roca circundante. Toda, una, maravilla. A tal punto, que en algún lugar se ven auténticos mosaicos de criaturas.
No soy un experto en la vida más atrás del Triásico, mi especialidad en la barra del Bar Paco (esa curiosa "virtud" que muchos tenemos) va desde el Triásico al Cretácico, abarcando como 160 millones de años o así, para más acá de los 50 millones de años comenzar a diluirse. Pero sobre éste lugar se leen auténticas maravillas. Es lógico, viendo todo lo que tenemos ante nuestra testa. Habría que ser rematadamente necio para negarlo.
En ocasiones he sentido que las criaturas inmortalizada en la roca, algunas de las cuales conozco, volvían a revivir ante mis ojos. No me hace falta tener delante el esqueleto de un dinosaurio no aviano para ello, aunque algunas icnitas he podido visitar en la Playa de La Griega... Y esas sí que son plasmadas por gigantescos animales de más de 40 toneladas cada uno.
Algunas criaturas se distinguen notablemente bien. Hasta su textura es apreciable por mucho que ahora sean tan duros como el granito, debido a la sustitución del material biológico por material mineral, que en eso consiste la fosilización.
Ésta parte geológica, que acabamos de ver, es una de las que más me hizo disfrutar de todo el reportaje durante todas las veces que he ido (ya que lo he tenido que hacer por partes, para luego unificarlo, como un puzzle).
Ahora vamos con algo de historia ferroviaria, que también en Arnao encontraremos. ¡Éste lugar es una auténtica joya!
Accedamos a la playa de la localidad, pues.
Se desconoce el paradero actual de El Rojillín. Pero, teniendo en cuenta que fue restaurado hace unos 15 años, y que volvía a estar afectado por ese asqueroso y volátil salitre, es de esperar que acabe con el mismo destino que Eleonore.
Ojalá que pronto sea posible disfrutar de ambas locomotoras allí juntas, en el Museo de la Mina de Arnao, protegidas como el Bien de Interés Cultural que son ambas, y como qué demonios, debería serlo cualquier vehículo clásico y, si nos ponemos quisquillosos, también aquel curioso tren conocido como Platanito y que, sin sentido ninguno, siendo un absoluto despropósito, se halla arrumbado en una vía seccionada por ambos extremos en Castejón de Ebro.
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