N-III. Madrid a Valencia. Un viaje inolvidable. 1ª parte

 Buenos días.

Se va a desarrollar en varios capítulos, debido a su extensión y abundancia de material gráfico.

Pronto se cumplirán 9 años, nada menos, de uno de los mejores y más largos viajes dedicados a la exploración de una Carretera Histórica.

Las imágenes se habían guardado como oro en paño, a pesar de las dificultades que han existido con la informática, cosa que sólo he logrado estabilizar durante el último lustro.

En la actualidad, debido a una A-3 que se halla completada, y seguramente en mejor estado que en la época del reportaje, la dejadez y el abandono de ciertos tramos de la N-III, algunos de ellos notablemente largos, han sido casi totales, pese a lo cual mantiene su buen estado, una plataforma ancha y adecuada, y los contrastes con los trazados más antiguos son notables y muy llamativos.

Vamos a conocer una ruta que, como una de las seis Radiales que parten de Madrid a seis diferentes puntos de nuestra geografía, es la más corta de todas ellas; pero esa longitud no se traduce necesariamente en un interés menor y, desde luego, a veces las mejores fragancias vienen en frascos pequeños.

Vamos a ver a qué clase de dificultades nos enfrentaremos, y no faltarán ciertos enlaces de relevancia para la historia de ésta importante ruta Nacional.

Tras salir de Madrid por la Avenida de La Albufera, nombre ya conveniente, las primeras trabas no tardaban en aparecer, aunque no daban realmente una idea de la dimensión de lo que nos vamos a ir encontrando. 

Recordad pinchar sobre las imágenes, así se podrán ver con mayor calidad. 

Vamos viendo que la primera población que había ya tras carretera abierta, no tiene ya nada que ver con el pasado... 




Otros se mantienen, más o menos, aun con la adición de una variante que, en el caso de Arganda, ha acabado quedando integrada en la autovía A-3.




Éstos primeros tramos, ya totalmente extraurbanos, serán explorados en el futuro, por poca dificultad que parezcan ofrecer. 





Tampoco el siguiente trazado antiguo ofrece muchas penurias precisamente, pero eso sí, el viaducto que veremos, nuestra primera parada, ha sido totalmente cerrado al tránsito rodado de vehículos mayores que una motocicleta, ya que, y ésto es digno de elogiar, ha sido preservado, goza de mantenimiento, y además se halla en un interesante punto de la ruta, como es el mismo río Jarama.




Curiosamente, se trata de uno de los pocos ejemplos que quedan de la Ingeniería del Hierro de los inicios del Siglo XX. La carretera de Madrid a Valencia tuvo la inmensa suerte de librarse de bombardeos que sí afectaron y mucho a otras importantes rutas, como fueron las posteriormente conocidas como N-VI ó N-630, y aunque no se libró del todo ya que fue gravemente dañado, se benefició no mucho más tarde de una reconstrucción integral. La Batalla del Jarama fue durante la cual sufrió los daños, y podéis consultar sobre ella en cualquier sitio web de confianza. 

De hecho, así permanece éste viaducto a día de hoy, tras la construcción de una N-III más moderna que es exactamente por donde veis pasar la A-3, un poco hacia el sur. 







Las barreras de hormigón armado, se colocaron por motivos de preservación del viaducto. Está prohibido entrar en él con un simple utilitario. Diría que como mucho un Piaggio Ape50 es lo más grande que puede aún rodar por él. Las fotografías no dejarían de ser bastante curiosas y hasta divertidas, desde luego. 




La estructura del viaducto, Imponente tanto por anchura como por longitud, se basa en los pernos que soportan y unen de manera sólida las vigas que lo componen. Habían fracasado los puentes anteriores, uno de ellos colgante pero visualmente muy frágil y que no tardó muchos años en quedar intransitable. 







Debido a sus grandes dimensiones  el puente que nos ocupa resulta notable desde cualquier ángulo. Quizás lo único a destacar sería que el adoquinado del firme, que se halla bajo el actual, lo haría aún más bello de lo que ya es en su actual estado. 






Así, casi los 120 años ha cumplido ya semejante obra maestra de la ingeniería de aquellos tiempos. Espero que se consiga catalogarlo como Elemento Histórico, si es que no se ha logrado hacerlo ya. 





Una lejana vista del viaducto que lo reemplazó y que ahora, para la A-3, tiene uno paralelo justo al lado. 





El primero de los vídeos que vamos a ver es éste. Una maravilla de lugar, en serio y totalmente recomendable para recordar épocas pasadas.





Tampoco es nada despreciable la entrada al viaducto histórico desde Madrid. Tras ésta curva se halla algo más y que capta toda nuestra atención casi tanto como aquel paso sobre el río Jarama. 




Y se trata de un tramo ciertamente largo, una recta que conserva en parte su firme, pero no el de zahorra original, aquel mejorable pavimento que no ofrecía garantías de seguridad ni de durabilidad adecuadas, y cuyo mantenimiento resultaba bastante cuestionable, dañándose cada poco y necesitando de costosas obras de reparación con una elevada frecuencia. 

Se trata del firme de adoquines que se aplicó tras la aparición del Circuito Nacional de Firmes Especiales. También aparece su bordillo, que se colocaba para que los adoquines de la carretera no se acabaran dispersando, además de favorecer su capacidad de desagüe.  

Y aunque la adherencia que ofrecen los firmes adoquinados no es la mejor, su durabilidad se demostró muy superior a casi todos los demás pavimentos, al punto de que aún es posible encontrar varios tramos en buen estado. 







Si bien en ciertos puntos se halla algo alabeado, y en otros al hacer un acceso y retirar el bordillo no se conserva todo el firme como sería lo deseable, además de que ciertas capas que se le aplicaron posteriormente sobre él ya ven sus materiales desperdigados, no es el tramo precisamente más nefasto que vamos a encontrarnos durante el viaje. Al contrario: lo peor aún se halla a unas cuantas horas de distancia. 










Era la mejor clase de firme, o al menos el más duradero que se desarrolló durante aquella época. No ofrecía más que ventajas como la capacidad de desagüe, la firmeza de la superficie y la resistencia al paso de vehículos pesados, al contrario que los firmes de grava compactada y similares cosa que la aplicación posterior del riego asfáltico fue paliando poco a poco. 




Visto éste tramo, proseguimos nuestra ruta hacia el este peninsular. Algunas bonitas poblaciones dispersas se hallan en el recorrido, como las únicas partes de la nacional que no se hallan como la actual calzada de la autovía. 




Pero no es así en todas partes. Y menos aún en tramos que eran literalmente carretera abierta y aunque alguno se utiliza para acceso a fincas, muchos se hallan en lugares de muy difícil acceso o son, directamente, intransitables. Es necesario algo mejor que un buen todoterreno para llegar a alguno de ellos, y una buena dosis de paciencia. 

Por ejemplo, el tramo siguiente estuvo más de 60 años sin explorar desde que se abandonó hasta que un explorador tomó la sartén por el mango y entró en él hasta la cocina. 




Aquí se puede ver más sobre éste ajado tramo, olvidado hace tantas décadas que nadie ya se acuerda. Nunca estaría de más darle a éstas carreteras un homenaje como recuerdo de todo lo que significaron en su época, y en las condiciones precarias o mediocres que presentaban. 

Que no falte una cuádruple rectificación de una simple curva, para hacerse una pequeña idea de la situación de una ruta que se halla en lugares abiertos y que resultaban casi completamente llanos y ubicados en la meseta. 





La siguiente parada sí que merece nuestra atención, por cuanto es una población bastante importante y cuyo más característico elemento se halla justo al lado de un área recreativa que existe exactamente junto al casco urbano. 

Los hitos kilométricos de la Instrucción del Plan Peña, mantienen su vigencia como actuales señales de tráfico, al hallarse renovados con la nueva nomenclatura de la travesía. 





Aunque bien pueda parecer un lugar bastante llano, no lo deja entrever así alguna curva cerrada. Pasamos junto al castillo de Fuentidueña de Tajo, que así se llama el pueblo. 









Y debo decir que me agradó bastante el arbolado. No sólo por la vida que aporta a la travesía. Llegábamos a la N-III desde la provincia de León y, aun siendo por la mañana, el lorenzo ya empezaba a apretar. 






Por aquí ya se ven los típicos bordillos marca CNFE, algunos de los cuales han sido elevados para servir de bordillos actuales y de paso, ayudar a contener el borde del asfalto para que no acabe descarnado. 






Y lo que nos topamos es otro puente de hierro, que fue totalmente restaurado hace unos cuantos años ya, para repararle varias patologías que habían surgido a causa de la oxidación. 






El estado del puente, que presta muchísimo verlo allí, no es el original, y tuvo que pasar por una etapa de crisis y desidia hasta que al fin se decidió actuar para salvarlo, y podéis consultar sobre la historia de éste encantador lugar en éste enlace sobre Los Puentes de Fuentidueña sobre el Río Tajo.

Me llevo también una agradable sorpresa más al ver una mención a Arriondas, preciosa población de mi Asturias natal donde se desarrolla el populoso, divertido y ya mítico Descenso Internacional del Sella. 

Un evento en el que tengo que llegar a participar algún día, aunque sea como mero espectador. 🛶 






A día de hoy, la antigua N-IIIa, que la podremos llamar así para evitar equívocos, es aún más estrecha debido a la adición de una acera. Es necesaria la cesión de paso incluso para turismos. 







Y, como es menester, os dejo el vídeo de la zona... 





No tardaremos mucho en cambiar de comunidad autónoma, aunque en los años de apogeo de ésta ruta, sólo cambiabas de provincia. Madrid aún se hallaba integrada en Castilla La Vieja. Cómo cambian las cosas sin que nos demos casi ni cuenta. 




No olvidemos que ésto sólo acaba de comenzar. 




Ahora llegamos a la primera de las complicaciones notable del recorrido, más que aquellas curvas sueltas de antes, y más que cualquier travesía normal como la conocemos hoy en día. 

La entrada no era digamos complicada, ni siquiera era necesario entrar en el propio pueblo, pero sí que quedaba justo al lado de la carretera nacional. 








Pero hoy sí que es necesario acceder, brevemente eso sí para llegar a donde nos interesa ya que el tramo original, en un punto, es de salida de la A-3 desde Cuenca. Sí. Aquí vemos con claridad cómo era el trazado original, y la necesidad de tener que llegar a la zona de las primeras viviendas... 

..., aunque tampoco es necesario hacerlo de inmediato, ya que se trata de un poblado ciertamente interesante. 




En éste pueblo se conserva íntegro el firme adoquinado que salió a la luz en la Instrucción de 1926, la del CNFE, y que es el acceso principal al polideportivo del pueblo. Las Emes de Belinchón ahí es nada, el nombre lo dice todo. Salvan un talud considerable serpenteando justo bajo las últimas casas de la población. 

Unas imágenes valen más que 100.000 palabras. 







Es éste el primer ejemplo de lo que nos vamos a ir encontrando por el camino. Hasta ahora todo ha ido bien, pero el asunto va a ir cambiando hasta el punto de que bien nos podremos quedar casi literalmente congeladitos dentro de no muchas horas. 








Y así llegamos al final, donde la N-III más moderna apareció hace 70 años aproximadamente. La A-3 se encargó de cortar totalmente su acceso, aunque haya una vía de servicio. 

Por supuesto, hay vídeos de parte de los tramos. Éste ha de ser uno de ellos. "No he reparado en gastos". 





Es uno de los tramos más significativos, y que nos da una idea de lo que significaba conducir por ésta ruta durante lo peor de la posguerra, con un mantenimiento casi nulo tanto de las vías como del material rodante, una pobreza enorme y para colmo, un aislamiento internacional casi total, en parte consecuencia del "apoyo neutral" al nazismo, que se vio recrudecido por la reconstrucción de Europa tras el conflicto mundial, llegando bastante poco material a nuestro país, y padeciendo unas secuelas que tardarían años en desaparecer. La N-III, era una de las carreteras nacionales que se habían librado de los bombardeos, y aún así, también era una ruta peligrosa e insufrible a más no poder. 

Os dejo tan sólo un enlace, que habla de éste tramo en concreto, de alguien que ha estado durante años explorando ésta ruta y que tiene valiosos documentos gráficos que así lo atestiguan... 


...y también os dejo un video propio. 






Seguiremos muy pronto, pero antes nos detendremos en otra de las travesías más recordadas, si bien no lo sea precisamente por su dificultad. 

Bien podría ser éste su acceso, en lugar de dejarlo cortado de tan estúpida manera. Ésto me parece hablando claro una auténtica gilipollez. 







En Villarrubio existen dos puntos de interés. El Vasco, que tiene merecida fama de ser un establecimiento hostelero de gran calidad, es el primero que vemos. 




El otro, el homenaje a uno de los mejores cantantes que dio éste país y cuya carrera y vida se vieron truncadas tras sufrir un estúpido accidente en la curva de acceso este de la población. 





Curva que hoy, paradójicamente, también ha acabado muerta, por la mejora posterior de trazado, hoy salida a la A-3 sentido Valencia. 

Justicia poética... Ni siquiera estoy seguro de denominarlo como tal. 





La mejora de la curva en fechas ulteriores provocó que su radio fuese más abierto y el peligro se redujera, pero persistían los problemas del tráfico masivo y del constante paso de camiones durante todo el día. 






Lo de ver pasando unas cosechadoras a 30 Km/h por la autovía, en lugar de meterse por la travesía la cual carecía de límite de gálibo fue la mayor absurdez y una de las más gigantescas barrabasadas que había visto en una autovía hasta entonces, máxime si tenemos en cuenta que carecen de viga trasera antiempotramiento. 

Lo que en los Estados Unidos llaman la Barra Mansfield y cuyo diseño tuvo que cambiarse a toda prisa tras unas pruebas de colisión a sólo 50 Km/h durante 2010.

Aqui parece que ni pruebas de colisión ni gaitas gallegas, cuando viene la tragedia, se cambia la normativa y a tirar palante. 

Más que absurdo, pero así son las cosas en éste país, literalmente aprender a hostias. 




Volveremos muy pronto...


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