Bajo las Alas de un Gigante

 Buenas noches.




En ésta ocasión, no vamos a poder asistir a un reportaje exclusivo de un tramo cualquiera de los que existen desperdigados por ahí fuera. 

Simplemente será un trayecto a varios lugares que nos dejarán obnubilados por la talla de los diferentes elementos que nos vamos a ir encontrando por toda la geografía nacional. 

Empecemos por el cañón que, durante varios millones de años, un río ha ido excavando. El Río Sil, todo ésto debido a la divergencia de dureza entre las distintas capas de roca, ha venido erosionando las rocas menos duras, llevándoselas con sus propias aguas. 

Así, se ha quedado un bonito paraje natural, pequeño sí, pero no es éste el único lugar que éste mismo río ha ido transformando. 





Así, mientras que la N-VI, librando la travesía urbana de Ponferrada pasa sobre la Fuente del Azufre mediante éste elevado viaducto, la actual y modernísima autovía A-6 aún se puede ver algo más lejos sobre el río. 





Para la época de construcción, la protección mediante guardarraíl se consideraba suficiente, aunque no pasó mucho tiempo antes de producirse la primera tragedia en éste mismo lugar. 

Hoy, el asunto del guardarraíl ya no es así, y si bien el tráfico pesado es escaso, para colmo, para acceder a las aceras dispuestas en el propio tablero, es necesario pasar sobre la bionda la cual, para quitar las antiguas guillotinas, en lugar de hacer partir la bionda del suelo o instalarle un inicio curvado, optaron por hacerla continua. 

Desde luego, ésto último es bastante absurdo, aunque nosotros, de manera afortunada, no tenemos problemas de movilidad. De todas formas, el chaleco reflectante se hace aconsejable en un tramo de carretera abierta como es éste. 




Según viajamos hacia el norte, nos encontraremos con bellos y encantadores paisajes, siendo que nos adentraremos en los Picos de Europa, la Cordillera Cantábrica, o como bien se llame, si es que ha cambiado de nombre de nuevo, que a saber, ya que es menudo el embrollo que tienen las administraciones con los nombres. 




Aquí es necesario agudizar el oído y la vista: ésta antigua carretera comarcal no he ha podido ensanchar aquí, estando literalmente encajada entre el río y un buen paredón de roca que oficia de montaña. 

Con cuidado y sin distraernos, veremos una antigua fuente al lado del curso de agua y un puente, que como la inmensa mayoría de los que conocemos es medieval y que, metros más allá, sobrevuela el río siendo una calle más del pueblo. El lugar es recoleto, bonito y acogedor. 





Una inscripción labrada en la piedra, ya algo afectada por las duras condiciones invernales de la zona, aparece allí para relatarnos un poco más de su historia. 





El bello puente de piedra, de un solo arco, se alza sobre las pulcras e impolutas aguas que bajan buscando zonas más amplias para discurrir más tranquilas. 

No existe sin embargo, un panel informativo sobre la historia del lugar. Pero para eso estoy yo aquí, para colocar algunos enlaces que nos permitan conocerlo mejor. 




Es de imaginar que en las cercanías haya muy buena pesca, y que algunos osos pardos se pongan las botas durante la época estival. 






Éste río no era el Sil, pero tranquilos, porque ahora mismo volvemos a él. 

No existe aquí fotografía alguna de los majestuosos cañones que ha ido excavando en Galicia, de lo cual por cierto se habla indirectamente en uno de los anteriores enlaces. Sin embargo, he aquí un lugar más escabroso, entre dos paredes verticales y que desciende de forma abrupta mediante cascadas por debajo de la antigua carretera comarcal. 





Las vistas del río abriéndose paso entre semejantes paredes destacan por su singular belleza. 





Es bien cierto que las fotografías no le hacen justicia al lugar. Para conocerlo bien, es necesario acercarse, y existen dos antiguas curvas para estacionar: la mejora de ésta carretera, que hoy día es autonómica y de la que hablaremos en el futuro, fue considerable. 

Es éste un viaducto moderno, que estando varias veces en el lugar, sin encontrar resto alguno de un paso muy anterior sobre el cañón, y viendo antiguos mapas de hace casi un siglo, finalmente he determinado que se ha limitado a reemplazar a un antiguo puente ubicado exactamente en el mismo sitio. 

No obstante, ¡lo que daría yo por ver cómo se tendiera éste moderno viaducto a varios metros de un bonito puente de piedra...! Y poder así verlos en paralelo, como en tantos otros lugares de nuestra variada geografía. 




Vista la indómita belleza de tal agreste lugar, no podía dejar de pegar tirones de orejas. Ésta señal la he repasado mediante el editor de imágenes del móvil, sin complicarme la vida, solamente para que podáis ver la inscripción que ya se halla medio borrada por las duras granizadas, los fuertes vientos y las copiosas nevadas invernales. 

No obstante, no es de desdeñar la posibilidad de que exista una densa niebla: en la mitad de mis visitas al lugar, no se podía ver el fondo del cañón debido a la graciosa nube invasora que todo lo envolvía. 

Se hacía a la vista, así, un lugar aún más misterioso, más opaco y más hostil. Lo cual se alía a las mil maravillas con el entorno montañoso y escabroso, los abismos presentes en toda la zona y el riesgo de caídas fatales inherente a semejante lugar. No contribuye especialmente a darte una cálida acogida... Pero por alguna razón, ejerce sobre mí un poder de atracción inmenso, casi irracional. Por otra parte, como todos los entornos salvajes de alta montaña en los cuales me siento tan a gusto. 





Y también en cuanto a los pasos peatonales hay para recriminar. Aquí ya empiezo a dar collejas hasta rebotar en las mollejas. Y es que, si vas a proteger a los peatones mediante un guardarraíl de doble bionda, déjales sitio para que, al menos, puedan meterse por sus aceras. Una persona corpulenta ya va a vérselas y deseárselas tratando de meterse entre las barreras para acceder a una de las más ridículas aceras que yo jamás haya visto. 

Hubiera estado muy bien dejar un solo paso peatonal, que sería sin duda más ancho y adecuado al lado del abismo ya que es por éste lado al cual se puede acceder a los vehículos sin necesidad de cruzar la calzada. 




Resulta bastante más que absurdo, incomprensible e incoherente cómo se rematan algunas estructuras. Es un buen ejemplo, de hecho uno de los mejores, de cómo tratar de no hacer las cosas, ya que no tiene sentido ninguno.

Afortunadamente, la moderna señal que indica el lugar donde nos encontramos, para los conductores que circulan hacia Villablino y el interior de la comarca de Laciana, se halla en mucho mejor estado. 




Es curioso ver cómo, sin correr el menor peligro para ello, se ha ido evolucionando. Vemos un resto, cortado a radial, de los antiguos e inaceptables postes en H y los modernos, que bien podrían hallarse a 20 centímetros de profundidad en la estructura del propio puente pero que protegen mejor a los usuarios de la carretera, gracias a un perfil rectangular con borde redondeado, que sí, es rígido, pero también mucho menos lesivo... Y sobre todo, no te va a amputar una extremidad si imoactas contra el perfil a unos relajados 35 Km/h. Basta conque caigas del vehículo viajando a 50... Para que corras un inaceptable peligro si te topas con algo así. 

Y sobre los perfiles en T se podría hablar tan mal como de los anteriores, para los usuarios desprotegidos como los que conducen un sencillo scooter. 

Menos mal que semejantes guillotinas están llamadas a ser recubiertas (ya sea mediante un forro de poliuretano o por la aparición de un perfil inferior continuo absorbente) o a desaparecer. Ya iba siendo hora. 




Prosigamos con nuestro agradable trayecto... pero por poco tiempo. 

Y es ahora cuando aparece el primer gigantón en escena. Existe una pequeña explanada para estacionar y salir a contemplar el bonito paisaje del cual ya forma parte indisociable. 

Aunque no es un paisaje tan bonito en el caso de hallarse seco, ya que el embalse de los Barrios de Luna es uno de los afectados en épocas de notable estiaje, como se vio en anteriores entradas. 

No obstante, éste no es el caso, y la hidrología durante el verano de 2020 se hallaba pletórica. Es de lo poco positivo que nos dejó ese año por demás para olvidar. 





Su talla es enorme, su altura inmensa y sobre todo su longitud, que lo hizo ostentar el récord mundial de los puentes atirantados durante alrededor de un año y medio. 

Algo que no se percibe rodando sobre él, porque si bien es prolongado y muy alto, sus arcenes son escasos, con una anchura de un metro. Para una estructura tan magnífica, resulta algo curioso cuanto menos. 

No obstante, no es ni mucho menos una crítica. Resulta entretenido pensar en qué solución se habría adoptado de no optar por éste titánico e imponente puente atirantado. Desde luego, un viaducto normal bien podría quedar directamente descartado ya que vendría a apoyarse sobre el antiguo valle, lo que viene siendo en la actualidad el lecho del embalse y, aunque existen varios de éste tipo, no recuerdo ni uno solo sobre el cual discurra una autopista tal como la AP-66 que aquí se nos muestra. 

A saber, pero tampoco apenas nos importa por cuanto todas éstas serían simples elucubraciones 




Sus colosales dimensiones salen a relucir cuando el Alsa 4048, todo un Setra S 431 DT de 510cv, 4 metros de alto y 13,89 de longitud, pasa sobre su enorme tablero quedándose casi ridiculizado por semejante titán de hormigón armado. 




Y éste es un enorme autocar de lujo pasando frente a uno de los pilares de apoyo del Fernández Casado. 





Que el modelo nuevo de Setra de doble piso, el S 531 DT, ya esté rodando desde hace varios años por ahí, da igual. Mantiene las mismas dimensiones que su antecesor. También da absolutamente igual que sea un igualmente majestuoso Beulas Glory de 15 metros, como los que dispone Alsa para líneas de largo recorrido. Llega a perder todo significado incluso si le pones a rodar por allí a un Sunsundegui Vardi articulado o a un Neoplan JumboCruiser, ambos buenos ejemplos de aquellos antiguos autocares articulados de doble piso con 18 metros de largo. Si ya un megatrailer de 25,25 metros se queda casi tan empequeñecido como un garbanzo pedrosillano ante tan magnánimo viaducto... Un metro más o menos, no tiene relevancia alguna cuando lo enfrentas a tan masiva estructura la cual se adueña de las proximidades cual silueta de una artificial y grácil montaña. 

Y ésto aún es más notable cuando el embalse se halla casi vacío, se ve pasar un tren de carretera o un autocar de éstos masivos a media distancia, y se parecen reducir a la talla de un Micromachines. Resulta una visión completamente espectacular. 

Veamos algún ejemplo para comparar con ese Setra de 13,89 metros de largo, y que tampoco le sacan demasiado. 

Los archifamosos en Europa Neoplan MegaLiner. Varios han pasado ya por éste imponente viaducto y de hecho, uno suizo se presentó en Avilés ante mi testa hace unos 17 años, rompiéndome completamente los esquemas. 





Antes de la aparición de semejantes mamotrencos, el límite en rígidos se hallaba en los 12 metros, así que era necesario tener autocares articulados de lujo para viajar con más pasaje, como y yéndonos ya al extremo, éstos impresionantes y gigantescos Neoplan JumboCruiser... 





Y justo a continuación, estando allí durante el tórrido verano de 2012, vemos un trailer de 16 metros y medio que se dirige al viaducto: y que aún así le faltan aún unos 400 metros para llegar a su tablero. 




Visto así, ¿no resulta irrisorio cualquier atisbo de comparación? Sabiendo que con ese camión que ni siquiera ha llegado al puente todo intento de comparativa resultará vano, incluso frente a un gigantesco transporte especial de una gran pieza para los ya típicos molinos eólicos. 

No encontraréis ya ese Fiat Stilo embarrancado frente a las ruinas de Casasola, ni posiblemente ningún otro vehículo: se han ido retirando y, salvo algún accidente fuerte reciente, ya no queda rastro de ningún vehículo en el lugar, también porque es más que seguro que alguno de ellos ya se halla completamente enterrado por el auténtico lodazal al que se ha convertido una buena parte del terreno del otrora fértil valle del Luna.  

Los apoyos de semejante titán bien requieren de unas cimentaciones basales igualmente magníficas. Los pilares dejan empequeñecido hasta el absurdo más hilarante a cualquier vehículo que estacione, y a nosotros como si fuésemos un piojo. 





Podéis ver cómo el magnífico coloso se adueña de todo el antiguo valle en éstas fotografías, tomadas durante ese mismo viaje de 2012, y ver cómo la antigua carretera C-623 pasa sobre lo que durante un tiempo vuelve a ser el río mediante ese discreto y encantador puentecito de piedra ubicado justo al lado de las ya escasas y erosionadas ruinas de Campo de Luna.







Un par de fotos del 29 de diciembre de 2019, con ese Audi estacionado a unos 20 metros del magnífico viaducto de la autopista. Debido a la cámara angular, no se aprecia la altura real del puente... La que ya nos ha quedado bien clara comparándola con el lujoso Setra de doble piso. 





Tampoco es necesario irse muy lejos para poder ver otro puente cercano pero que, en éste caso, ahora se halla totalmente arruinado y sin esperanzas de poder ser restaurado. 

El viaducto de Aralla, que aún se resiste a duras penas a desplomarse. 




Ya hemos hablado de éste puente y de su terrible estado, así como el motivo de su abandono, en los temas anteriores sobre éste embalse y su entorno natural e histórico. 

Incluso desde la distancia el viaducto atirantado (Carlos) Fernández Casado destaca haciéndose casi tan alto como varias de las montañas. Él es el que lleva su nombre en honor de uno de los más grandes Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la historia de nuestro país. 





Casi bajo él se halla el actual viaducto de Oblanca. Uno de los muchos pueblos que fueron destruidos durante las obras del embalse. Pero como se trató en su día, su antepasado, idéntico en todo al de Aralla, se desplomó durante las  horas de noche dejando incomunicadas o casi inaccesibles muchas poblaciones y hasta dificultando sobremanera su conexión por carretera, con lo cual tras éste casi trágico hecho se tuvo que tender el que se ve aquí en el menor tiempo posible. Y no ha defraudado viendo los resultados de durabilidad, dureza y consistencia obtenidos. 




De hecho incluso existe una imagen de su construcción, de la cual desconozco completamente su autoría. 





Su gemelo, asentado a duras penas sobre el inicio de la antigua carretera local que comunicaba la C-623 con el Puerto de Aralla (de ahí su nombre) y llegaba (y llega) hasta la N-630 en Pola de Gordón, espera por su triste y terrible destino. 




Aún se hallan algunos malecones de protección a su vera. Al igual que el viaducto y su malogrado hermano gemelo, construidos sin ningún tipo de varillaje metálico. Ésto no debería suponer problema sobre todo teniendo en cuenta que viaductos construidos con hormigón en masa, como el de la variante de Fuentidueña de Tajo, siguen resistiendo a la perfección el tráfico masivo de una autovía como la A-3 y sin dar la menor señal de fatiga. 

Sin lugar a dudas, el tiempo nos ha demostrado que en éste caso los materiales utilizados en la construcción de éstas estructuras fueron bastante patatéricos albondigosos, lo que aún así tampoco es ni pretende ser una crítica asesina ni un tornado EF5 de collejas, habida cuenta de las conocidas enormes dificultades durante la posguerra para conseguir los materiales más indicados y adecuados. 





Irguiéndose triunfante sobre todos sus hermanos próximos, incluso el más duradero de todos ellos sobre el río y que ha acabado sepultado bajo las aguas junto a lo poco que queda de Campo de Luna, el coloso masivo se sigue imponiendo en las proximidades. Él es quien expía, por sí solo, todos los posibles errores que se pudieron haber cometido con ese par de viaductos gemelos. 




Ahora sí que vemos un trailer de 16 metros y medio viajando sobre él. Es ahora que comprendemos que no existe nada ni nadie que lo pueda eclipsar, y es que simplemente su majestuosidad es abrumadora, tal como considerable es el trabajo de aquellos que llevaron a buen puerto una obra de tal magnitud. 




Y es que resulta en extremo gozoso y espectacular semejante mole en un entorno natural tan espléndido como los Barrios de Luna.

Vamos a tomarnos una pausa entre titanes, veamos algo que parece mucho más mundano pero que resulta, sin embargo, merecedor de todo el reconocimiento a todos aquellos que lo construyeron y restauraron. 




Y sin embargo, viendo esa primera imagen, comprendemos el motivo por el cual ni junto al puente de Rioscuro ni en otros muchos lugares de interés se haya optado por colocar panel alguno, y no sería de extrañar que a varios de éstos paneles les acabasen instalando un lanzallamas industrial que reaccione ante la cara de quien cometa el más minúsculo acto de vandalismo. 

Así que de nuevo, acudo al rescate... 


Según una publicación en red social de "Fotografías de paseos por Segovia y por el Mundo", que dice así:

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"Puente de Valimbre, bañado por las aguas del Río Turienzo, ubicado en la comarca leonesa de Vega del Tuerto en el término municipal de Valderrey, se trata de una de las obras pontoneras más icónicas del Camino de Santiago (sic) en su tramo leonés. Es uno de los restos romanos más importantes de la Vía de la Plata en la provincia de León, próxima a Astorga. Éste lugar siempre fue un punto carreteril en la mítica calzada romana, denominada Vía de la Plata que atravesaba de sur a norte parte del oeste de Hispania, desde Augusta Emerita hasta Asturica Augusta y a partir del siglo IX al Camino de Santiago, que sigue pasando por él. Por su emplazamiento, debió ser paso de uno de los principales caminos a Galicia hasta el año 1790 en que se proyecta la Red Radial de Caminos Reales. 
En el año 1830 se construye una nueva obra civil, aguas arriba del viejo puente. Debido a ésta nueva obra el puente ya liberado de su anterior uso y mantenimiento comenzó a deteriorarse hasta casi llegar al estado de ruina. 
En 1998, desde el Ayuntamiento de Valderrey y con ayudas del Plan Leader de Montañas del Teleno y de la Diputación de León, restauró el puente, siendo la obra ejecutada la que le ha dado el aspecto que tiene en la actualidad. 
La intervención se centró en actuar sobre las lesiones más importantes del puente, recalzar la cimentación del puente, acondicionar su tablero de paso, reconstruir el tajamar que se hallaba derrumbado y recrecer los bordes superiores para volver a hacer transitable nuevamente el vado fluvial de la histórica Vía de la Plata que a duras penas se mantenía en pie."

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Con orígenes romanos, pero de planta más moderna, el puente de Valimbre se yergue sobre el río Turienzo, uniendo las dos vegas para evitar tener que vadearlo. 




Llama la atención, además de su belleza, lo bien construido que está, para tener un tamaño relativamente tan pequeño. 





Los grandes tajamares derivan el agua del río lejos de los pilares para evitar su erosión directa. 




Si bien sus aguas se embalsan en un punto, la vista sobre el estrecho tablero del puentecito más encantador del Páramo leonés es muy agradable. 

O mejor dicho, lo es cuando los estiajes no se ceban con la Meseta Norte y dejan el Turienzo sin absolutamente nada de agua y seco como pueda estarlo una estepa. 





La restauración, llevada a cabo a finales de los 90 con carácter urgente, se basó en la reconstrucción de un tajamar que se hallaba deshecho y con su material ya disperso por los alrededores, el desbroce total y el saneamiento de la piedra. 





Reemplazó a éste estrecho puente en fechas de 1830 un trazado notablemente más rectilíneo, y que en tiempos mucho más recientes acabó integrándose en un itinerario radial del CNFE y, finalmente, en la carretera nacional N-VI que comunica Madrid y Coruña. 




Hoy ésta gran carretera ha quedado sumida en la paz y en la calma casi total de ver cómo la autovía A-6, sólo unas decenas de metros más allá, ha acabado absorbiendo el tráfico masivo de la ruta para una mayor velocidad media y una reducción considerable en los tiempos de viaje. 

No obstante, también une poblaciones que son de las más prósperas de la zona, como La Bañeza y Astorga, además de haber dos polígonos industriales entre ellas: el polígono de Riego de la Vega y el de Valderrey, que toma también el nombre de éste pueblo. 




En otras fechas como julio de 2017, pude aprovechar un fuerte estiaje para descender al lecho del río, que se hallaba totalmente seco. 

Las botas de campo volvieron con sólo algo de tierra en la suela a hollar la alfombrilla de goma del coche: no había entonces el menor peligro ya que caminando por una especie de estepa, no llegaba a hundir el calzado ni un solo centímetro. Así de agresiva y desagradable llega a ser la meteorología estival: la necedad se queda minúscula para definir a los que tratan de negar el cambio climático. 

No obstante, casi todos los veranos aquí se puede encontrar un pequeño y agradable río, y algún que otro animal cursorial que acude a beber de sus aguas con la precaución de no acercarse mucho a una persona. 




Conseguí así algunas imágenes que hablan de la solidez de éste pequeño paso superior sobre algo que, en la mayoría de visitas ninguna en invierno, se puede definir más como un riachuelo. 





Para un puente tan pequeño, llama la atención lo masivo de los tajamares, que brindan aún más solidez a la estructura del puentecito.  Así, es de esperar que durante los más glaciales días del duro invierno en el páramo, éste río sí se halle realmente vivo, con un buen caudal de agua que le haga merecedor de su nombre. 






En cuanto al tablero, resulta curioso que el Berlingo del año 2005, bastante menos ancho que el Playmobil actual, no cabe entre sus bordes más elevados. Desistí nada más notar cómo se quedaba quieto, a pesar de haberme gustado una imagen de él sobre tan bonito puente. Hay más ocasiones de hacerlo en lugares más adecuados para ello. 






La gran N-VI, una ruta gozosa, variada, importante, que no te dejará indiferente y que en la actualidad se encuentra desafectada de tráfico, al cual parece querer volver a dar la bienvenida por el ajado asfalto de sus prolongadas rectas. Pero es indudable que la autovía está bien capacitada para absorberlo mucho más eficientemente. Es mejor así. 




La imagen se perdió. Pero esa misma tarde accedí por el lecho del río hasta colocarme debajo del puente de la N-VI, y me llamó la atención que se hallaba ensanchado en unos dos metros. Cosa que no transmite al mirar la plataforma que existe entre los guardarraíles y ver que se quedó un poco "pillado" tras las últimas reformas. 

Lógico si tenemos en cuenta que el Plan de Modernización de los 50 ya venía actuando con algunas que otras características de mejora, y sobre todo el programa Redia añadió unos arcenes enormes a las carreteras de su importancia y más aún, como en éste caso, al discurrir por un lugar carente de cualquier complicación geológica más allá del leve rasante que se ve aparecer de al fondo. 





Asimismo, ese asfalto tan picado, ruidoso y rugoso, que transmite direcciones en la columna de la vibración, se halla pidiendo a grito pelao algo más que la rala capa de betún superficial que recibió en su día hace más de 30 años y que, como bien se ve, se ha revelado totalmente insuficiente para una zona donde los cambios de temperatura, entre el día y la noche, entre el invierno y el verano, si son capaces de deshacer una roca en un montón de piedras, también son muy capaces de deshacer una capa superficial hasta que el hielo penetre en las grietas y cause unos efectos devastadores en los dos carriles de la carretera.

Nos trasladamos ahora a Asturias. Una zona que sufrió los efectos de una colosal borrasca en 2010.

Estamos en la N-634, también sobre un pequeño río y que ha tenido cuatro evoluciones pero de las cuales sólo tres de ellas perduran. Todo ésto levantó ríos de tinta y tsunamis de críticas cuando la N-634 se quedó convertida en un auténtico andurrial endemoniado y se tuvo que optar por el tan indeseado como poco ortodoxo método de destruirla. 

Primero vemos lo más significativo. El último trazado, la A-8 que pasa por el enorme viaducto, bajo el cual las juntas de dilatación son ruidosas y resuenan como martillazos y no, no es broma. Bajo él y ante nosotros, la muy primitiva N-634 que desciende culebreando a éste pequeño puente y que vuelve luego a ascender por una pequeña travesía de una aldea. 




Como siempre, la panorámica se antoja otra vez como endemoniadamente exagerada... Ni que el mismo viaducto tuviese una curva limitada a 40 Km/h, en fin... ~~ 





Veamos el viaducto en toda su plenitud y grandeza. No os hacéis una idea de cómo ha mejorado éste trazado hasta que llegáis aquí abajo y lo podéis visitar en vivo. 





Casi de milagro, ésta panorámica no salió tan exacerbada, aunque sí ha cerrado algo más el diámetro de la antigua curva hacia la aldea. 





No, no se trata de la Carretera de Las Cabrillas... Esa es la gloriosa N-III que ya ha sido tratada hace un tiempo. 





Pero fue agradable darles alguna caricia y de comer unos hierbajillos a tan bonitas crías, no voy a ser tan necio de negar tal cosa. 

Aquí vemos la mejora que se construyó para poder acaparar el tráfico masivo, ya que en aquellos años la autovía aún estaba en construcción... Y que ésta tuvo que acelerarse. 




...cómo no, con una tormenta de collejas más, que arrecia para los artífices de que una protección tan moderna se vea con una eficacia mermada y reducida a la mitad por culpa de la absurda idea de atornillarla al firme con cuatro pernos que no sé si merecen siquiera llamarse como tales. 

Recuerdo que por éste tramo, aunque la A-8 acapare la mayoría del tráfico, siguen pasando camiones medianos, y sobre todo grandes autocares tanto de línea como de turismo. No veo así que la idea de proteger varias decenas vidas de un catastrófico vuelco se vea aquí aplicada. De nuevo, tormenta de granizo de collejas, porque casi vale más irse contra el talud y quedarse ahí esmorrao. Viva la coherencia... ~~




Aquí vemos la estupenda N-634 que se pudo utilizar hasta 2010, ancha, bien trazada... Pero con un notable defecto que en cuestión de días, se hablará de el con algunos enlaces consecuentes a las noticias de semejante despropósito. 





Pendiente reducida, estupenda anchura, unos arcenes amplios y en definitiva, una carretera nacional de las mejores que he conocido y por las que he viajado, algo extensivo a toda la N-634 a partir de Luarca si tomamos como destino la provincia de Lugo. 





También hay una fuente con rica y fresca agua que se agradece mucho durante los calurosos días de verano. 




Todo ello, olvidado ya en la práctica por los usuarios de la gran autovía y que pasan despreocupadamente sobre un enorme viaducto muy bien protegido con unas grandes barreras de seguridad dignas sin duda de tal denominación. 

Notable es cómo uno de sus pilares se subdivide en dos para evitar tanto el río que pasa por allí, como la afectación del tramo de la N-634 que se vio necesario recuperar a toda prisa para que el tránsito entre Asturias y Galicia no siguiera estrangulado de tal forma como ya lo estaba por el más que estúpido acontecimiento que veremos pronto. 





La pequeña aldea, con su antigua travesía restringida que se halla sólo para sus habitantes. Sí, es posible tomarla caminando, sin duda. Es una aldea bonita y en un entorno agradable y acogedor. 




Pero sus habitantes ya no olvidan cómo tuvieron que convivir con el miedo. 




El antiguo puente se encuentra con una notable limitación de masa máxima. Por razones de conservación no se les permite el acceso ni a los camiones ligeros, un Hummer H1 o un URO Vamtac tampoco tienen el acceso permitido porque su MMA supera con bastante lo indicado en la señal. 

La verdad es que tampoco hay nada a lo que acceder por aquí salvo a una pequeña fábrica de quesos, por cierto bastante buenos. 





Las frecuentes labores de desbroce no afectan a los pretiles que, sin embargo, sí que agradecerían una reparación, alguno de ellos con celeridad ya que su estado no es el mejor... Pero siguen pesando una brutalidad y aún protegen, aunque su eficacia ya no se va a ver sometida a prueba, quizás ya jamás. O eso esperamos tras ver cómo la variante más moderna se tuvo que demoler para darle paso a la anterior, que oficia como la carretera actual y que no tiene arcenes: bastante hace ya con su peraltada curva de medio radio culebreando para meterse sin muchas molestias en ésta vaguada. 







El tiempo no pasa en vano para las personas. Tampoco lo hace con las carreteras, ni las decimonónicas. Sería imposible meter por un lugar así el tráfico de una carretera actual sin antes llevar a cabo una reforma tal en el puente, que lo modificaría y afectaría de forma dramática. 




Aún en éste tramo y saliendo de él por lo que queda de la estupenda carretera que hemos visto, hoy cortado se vislumbra el resto del trazado más antiguo, hoy día ya parte del bosque. 





Una gran carretera, la Santander a Villalba (desde el Plan Peña, los kilómetros así lo señalaban, aunque en la práctica siempre tuvo inicio en Irún), que ha evolucionado de manera drástica durante décadas, y lo hace sin reparo alguno.

Volveremos muy pronto... Dejo el enlace a la 2a parte.

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